Mahāmudrā (Sánscrito: Gran Sello o Gran Símbolo), (Tibetano: Chagchen, contracción de Chagya Chenpo), es un método Budista que conduce a la naturaleza, o la esencia, de la mente (conocido como naturaleza búdica) y la práctica de la estabilización de la realización trascendental.
Esto incluye instrucciones de múltiples niveles de las enseñanzas budistas, incluyendo el Sutra y el Vajrayana, de modo de proveer una gran cantidad de aproximaciones que sean útiles para diversos tipos de personas. Se cree que el Mahamudra nos permite realizar el flujo de la pureza, la claridad y la perfección innata, que se resume como «naturaleza búdica»..
El Mahamudra es prominente en la escuela Kagyu del Budismo Tibetano, pero es practicado también por las escuelas Gelug y Sakya, y es posible que también, derivándose del Mahayana, es practicado en China, Rusia y Japón.
Todos los linajes de Mahamudra se originaron en la India, con los maestros Maitreya y Asanga, luego fue introducido en Tibet por Marpa y Atisha. Atisha lo transmitió a través de los linajes Kadampa y Marpa fue la fuente de los Kagyu, ambos linajes fueron reunidos por Gampopa quién permitió que se transmitiera hasta nuestros días.
El término Mahamudra
El término Mahamudra es a menudo explicado refiriéndose a la inequívoca validez de la experiencia. Por ejemplo, si un documento contiene el gran sello del emperador, entonces no hay dudas de que ese documento es auténtico. Similarmente, durante la genuina experiencia del Mahamudra, no hay dudas de que se ha realizado la completa claridad de la mente directamente (que se conoce como Tathāgatagarbha, la realización de que es posible alcanzar la Budeidad) y estabilizar esa experiencia conlleva a una profunda certeza y una eventual iluminación espiritual.
Meditación Mahamudra
Las prácticas de meditación Mahamudra trabajan revelando directamente el vacío en una experiencia directa en nuestra mente. Esto se realiza meditando directamente en nuestra propia mente. Esto se conoce como «tomar el camino del directo conocimiento válido» — enfatizando la experiencia directa de los fenómenos de nuestra propia mente experimentando así la realización del vacio.
Los manuales de meditación (particularmente los del 9no Karmapa) están entre los más detallados y precisos en la literatura budista. Para las prácticas de la «tranquilidad» se enumeran los estadios de calmar la mente y especifica muchos de los problemas comunes (por ejemplo, excitación, somnolencia, duda, apatía) junto con las prácticas para remediar estos problemas. Los objetos de meditación son objetos simples, estatuas de Buda, la respiración, mantras y visualizaciones complejas en Yidams. Estos objetos de meditación son comunes en las prácticas tibetanas Vajrayana.
Las instrucciones detalladas para las prácticas de la claridad espontánea (del inglés Insight) es lo que hacen del Mahamudra (y del Dzogchen) enseñanzas únicas.
El meditador es instruido para observar la mente en descanso incluso durante la ocurrencia de los pensamientos. En algunas prácticas las emociones perturbadoras son deliberadamente invocadas de modo que el meditador pueda experimentar directamente su naturaleza «vacía». El meditador es posteriormente instruido en la observación de aquello que esta buscando la naturaleza de la mente: observar al observador.
Algunas preguntas son realizadas al meditador para verificar su experiencia, para despertar destellos de claridad posterior y para identificar y corregir las malinterpretaciones. El Océano de Significado Definitivo y Apuntando al Dharmakaya (del 9no Karmapa) enumeran estas preguntas y las respuestas más comunes.
La relación con el maestro es fuertemente enfatizada, en el antiguo Tíbet estos textos no estaban a disposición sino a través de un maestro y era necesario finalizar las prácticas preliminares. Algunas partes de la transmisión se realizan verbalmente y a través de empoderamientos y transmisiones leídas. Especialmente el maestro apunta directamente a la mente del estudiante.
Las prácticas de meditación del Soto Zen tiene algunas similitudes con el Mahamudra. En ambas tradiciones las transmisiones que apuntan directamente ocurren entre el maestro y el discípulo. Sin embargo, las enseñanzas del Mahamudra, tanto en lo referente a calmar la mente como en la claridad espontánea son mucho más detalladas que en las escuelas de Soto.