18.08.2010. Un nuevo templo budista (datsan) ha sido consagrado en la ciudad de Chitá, en Transbaical. El nuevo templo se sitúa en el lugar del datsan construido en 1899 y que quedó incinerado al cabo de 15 años. Entre todas las ciudades rusas Chitá es la segunda en la que, en los últimos 100 años, se ha creado un templo budista.
La aparición de un datsan más en una ciudad rusa que dista mucho de las regiones tradicionales de budismo, es una buena señal, asevera Dimitri Nikíforov, jefe del centro budista del lama Tsonkap en Moscú.
En las regiones tradicionales de budismo: Calmukia, Buriatia y Tuva, hay datsanes. En lo que se refiere a otras zonas de Rusia, tan solo en San Petersburgo había un templo budista construido antes de la revolución. Tal situación obedece a que en los territorios no tradicionales había poca gente que profesaba esta religión que no estaba en condiciones de edificar un templo. Esperamos mucho que la inauguración del datsan en Chitá sea la primera golondrina y que pronto en muchas megápolis de Rusia aparezcan templos budistas.
Crece el número de budistas
En el último decenio en Rusia el número de personas que se inclinan por la doctrina de Buda ha aumentado considerablemente. La gente es atraída por la sencillez y, a la vez, la profundidad de esta doctrina, su sentido filosófico, que es cercano a toda persona pensativa, continúa el budista Dimitri Nikíforov.
Actualmente en Rusia muchas personas muy diferentes desde el punto de vista de su pertenencia étnica, estado social y edad muestran gran interés por el budismo. Pues, el budismo no es tanto una religión de fe cuanto religión de experiencia y conocimientos. En éste se otorga gran importancia a la comprobación lógica de unas u otras tesis y dogmas. Por eso, toda la doctrina no se base, en el fondo, en la fe en lo ignoto sino en la lógica y en su confirmación por vía empírica.
A pesar de que en el budismo contemporáneo existen varias corrientes, no se contradicen mutuamente en lo esencial. A saber: en el postulado sobre la necesidad de comprender y aceptar el mundo tal como es. Quizá esta sencillez, con toda la variedad de la doctrina, en los últimos años se ha vuelto tan cercana a los rusos cansados de resolver los complejos problemas personales y sociales, reflexiona Dimitri Nikíforov.
En cambio, los centros budistas especializados son muchos en toda Rusia, a diferencia de los templos. Tan solo en Moscú hay no menos dos decenas de ellos. Así y todo, la existencia de su propio datsan da a los budistas certeza de que su religión está realmente reconocida a nivel estatal.
Ya durante varios años en Moscú se habla de la construcción de un templo budista en la colina Poklónnaya. Allí existen ya: una iglesia ortodoxa, una mezquita y una sinagoga. Es decir, de las cuatro confesiones oficiales de Rusia tres están representadas ya. Los budistas confían en que allí aparecerá también un datsan.
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Fuente: La Voz de Rusia