Shantideva
Bodhisattvacharyavatara
Homenaje a los Budas y los Bodhisattvas.
IV La atención
[1]
Los Hijos de los Vencedores, tras haber
asimilado bien el espíritu de Despertar,
deben siempre hacer esfuerzos, sin indolencia,
por no apartarse del adiestramiento.
[2]
Es preferible verificar si hay que ejecutar o no,
lo que se emprende a la ligera
o sin haber sido bien examinado,
incluso si una promesa ha sido hecha.
[3]
Pero, ¿cómo podría yo volver nunca
a lo que, en su gran sabiduría,
ha sido examinado por los Budas y sus Hijos,
así como por mí mismo, tantas y tantas veces?
[4]
Si acaso, tras haber hecho una promesa tal,
no pusiese todo en obra para cumplirla,
al haber así engañado a todos los seres,
¿qué género de renacimiento tomaré?
[5]
Si, como lo ha dicho el Buda, aquel que ha decidido
dar la más mínima cosa ordinaria
pero no hace ese don,
devendrá en espíritu famélico,
[6]
Entonces, si engañase a todos los seres
tras haberlos invitado sinceramente
a la felicidad insuperable,
¿cómo tendré un renacimiento dichoso?
[7]
Sólo los Omniscientes pueden conocer
las impenetrables vías de los karmas, que hacen
que aquellos que han abandonado el pensamiento de Despertar
alcancen, sin embargo, la liberación.
[8]
Para los Bodhisattvas, de todas las caídas
bien es esta la más pesada,
pues, si llega a producirse,
se comprometería el bien de los seres.
[9]
Alguien más que, ya fuera por un instante,
obstruyese o impidiese sus acciones virtuosas,
al afectar la dicha de los seres,
a sus renacimientos desdichados no vería un final.
[10]
Si al destruir la dicha más que de un sólo ser,
afecto a mi ser mismo,
entonces, ¿qué decir, si destruyo la dicha
de todas las criaturas encarnadas, infinitas como el espacio?
[11]
Entonces, aquellos que alternan la fuerza de la caída
y la fuerza del espíritu de Despertar,
Permanecen, así, implicados en la existencia cíclica
y serán impedidos, por mucho tiempo, de alcanzar las tierras.
[12]
Así, según la promesa que he hecho,
debo resolverme a actuar, respetuosamente.
Si, desde ahora en adelante, no hago ningún esfuerzo,
caeré más bajo cada vez.
[13]
Aunque hayan pasado innúmeros Budas
que han obrado por el bien de todos,
no me he aventajado con sus cuidados,
a causa de mis propios yerros.
[14]
Y si, con todo, continúo así,
todavía y siempre, en los renacimientos miserables
experimentaré la enfermedad, la servidumbre,
la mutilación y el desmembramiento.
[15]
Si es raro [el hecho] que aparezca un Buda,
[el] que obtenga yo la fe y un cuerpo humano,
y [el] que sea capaz de cultivar la virtud,
¿cuándo, pues, los encontraré de nuevo?
[16]
Hoy estoy con buena salud,
tengo qué comer y no enfrento daño alguno,
pero la vida es momentánea y engañosa;
este cuerpo no me ha sido prestado más que por un sólo instante.
[17]
Teniendo en cuenta esta conducta,
no obtendré [ya] más un cuerpo humano.
Pero fuera del estado humano,
no son efectuadas más que fechorías. Ninguna virtud.
[18]
Si en el momento en que tengo la oportunidad
ni siquiera actúo de manera virtuosa,
¿qué podría bien hacer, cuando seré
obnubilado por los sufrimientos de los reinos inferiores?
[19]
Si en vez de acumular virtudes
no acumulo más que negatividades,
durante mil millones de eras cósmicas no escucharé ni siquiera
las palabras «renacimiento dichoso».
[20]
Por esta razón, el Victorioso ha dicho:
«-Es tan arduo obtener una vida humana,
como para una tortuga marina pasar su cuello
dentro de un yugo que flote sobre el gran océano-».
[21]
Si el extravío de un instante
suscita los peores infiernos, durante eras,
con respecto a fechorías amasadas, desde siempre, en el samsara,
inútil [es] decir que no tendré renacimientos dichosos.
[22]
Ahora [bien], haber sido zambullido en este sufrimiento total
no suscita la Liberación,
pues en el transcurso de esta experiencia
nacen todo tipo de otras negatividades.
[23]
Entonces, si tras haber encontrado una libertad tal
no me aplicara al bien,
no habría peor engaño,
ni mayor locura, tampoco.
[24]
Y si, tras haber comprendido eso,
en mi locura continúo siendo holgazán,
en el mismo momento de mi muerte
una inmensa turbación se elevará en mí.
Fuente: http://sambodhi.iespana.es/