AGGI-SUTTA
Discurso del fuego
Aggi Sutta
Discurso del fuego
(Samyutta Nikaya, 46.53)
Traducido y publicado por Isidatta para el Bosque Theravada © 2009
Una mañana, un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y vestimentas externas, entró a Savathi para mendigar comida. Entonces, se les ocurrió esto: “Todavía es demasiado temprano para mendigar la comida en Savathi. Vayamos al parque de los ascetas errantes de las otras sectas”.
Acto seguido, estos monjes fueron al parque de los ascetas errantes de las otras sectas. Allí intercambiaron cordiales saludos con ellos y, una vez concluidas sus palabras de bienvenida, se sentaron a un lado. Entonces, los ascetas errantes les dijeron: “Amigos, el asceta Gotama enseña el Dhamma a sus discípulos de la siguiente manera: ‘Venid, monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los siete factores de iluminación’. Nosotros también enseñamos el Dhamma a nuestros discípulos de esta manera: ‘Venid, monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los siete factores de iluminación’. Así que, amigos, ¿cuál es la diferencia, la distinción, la divergencia entre el asceta Gotama y nosotros, en consideración a la enseñanza de un Dhamma y otro, o en consideración a un forma de instrucción u otra?’
Entonces, aquellos monjes, ni se deleitaron en las palabras de los ascetas errantes ni tampoco las rechazaron. Y así, sin deleitarse en ellas y sin rechazarlas, se levantaron de sus asientos y se fueron pensando: “Vamos a aprender el significado que estas palabras en presencia del Bienaventurado”.
Acto seguido, se fueron a Savathi para mendigar comida. Cuando retornaron de esta su habitual ronda de pedir limosnas, se alimentaron y se acercaron al Bienaventurado. Después de rendirle homenaje, se sentaron a un lado y le relataron toda la discusión que tuvieron con los ascetas de las otras sectas. [Y el Bienaventurado dijo:]
“Monjes, cuando los ascetas de las otras sectas hablan de esta manera, debería preguntárseles así: ‘Amigos, cuando la mente llega a ser perezosa, ¿cuál de los factores de iluminación no es oportuno desarrollar en esta ocasión, y cuál de los factores de iluminación es oportuno desarrollar en esta ocasión? Además, amigos, cuando la mente llega a estar agitada, ¿cuál de los factores de iluminación no es oportuno desarrollar en esta ocasión, y cuál de los factores de iluminación es oportuno desarrollar en esta ocasión?’ Siendo preguntados de esta manera, aquellos ascetas errantes no serían capaces de responder y hasta podrían contrariarse. ¿Por qué? Porque esto no estaría dentro de su dominio. Yo no veo a nadie, monjes, en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmines, con sus devas y seres humanos, que podría responder satisfactoriamente a estas preguntas, excepto el Tathagata, el discípulo del Tathagata o alguien que lo hubo oído de ellos.
[i. Lo inoportuno en la mente perezosa]
“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a ser perezosa, no es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación ni la ecuanimidad, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente es perezosa, monjes, y es difícil despertarla mediante estos factores.
“Es como un hombre que quiere encender un pequeño fuego. Si él lanzara ahí el pasto mojado, el estiércol de vaca mojado, la madera mojada y lo rociara todo con el agua y esparciera la tierra encima, ¿sería capaz de encender el pequeño fuego?”
“No, venerable señor”.
“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a ser perezosa, no es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación ni la ecuanimidad, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente es perezosa, monjes, y es difícil despertarla mediante estos factores.
[ii. Lo oportuno en la mente perezosa]
“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a ser perezosa, es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación y el arrobamiento, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente es perezosa, monjes, y es fácil despertarla mediante estos factores.
“Es como un hombre que quiere encender un pequeño fuego. Si él lanzara ahí el pasto seco, el estiércol de vaca seco, la madera seca y soplara sobre todo y no esparciera la tierra encima, ¿sería capaz de encender el pequeño fuego?”
“Sí, venerable señor”.
“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a ser perezosa, es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación y el arrobamiento, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente es perezosa, monjes, y es fácil despertarla mediante estos factores.
[iii. Lo inoportuno en la mente agitada]
“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a estar agitada, no es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación y el arrobamiento, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente está agitada, monjes, y es difícil calmarla mediante estos factores.
“Es como un hombre que quiere apagar una gran hoguera. Si él lanzara ahí el pasto seco, el estiércol de vaca seco, la madera seca y soplara sobre todo y no esparciera la tierra encima, ¿sería capaz de apagar la gran hoguera?”
“No, venerable señor”.
“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a estar agitada, no es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación y el arrobamiento, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente está agitada, monjes, y es difícil calmarla mediante estos factores.
[iv. Lo oportuno en la mente agitada]
“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a estar agitada, es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación y la ecuanimidad, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente está agitada, monjes, y es fácil calmarla mediante estos factores.
“Es como un hombre que quiere apagar una gran hoguera. Si él lanzara ahí el pasto mojado, el estiércol de vaca mojado, la madera mojada y rociara todo con el agua y esparciera la tierra encima, ¿sería capaz de apagar la gran hoguera?”
“Sí, venerable señor”.
“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a estar agitada, es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación y la ecuanimidad, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque la mente está agitada, monjes, y es fácil calmarla mediante estos factores.
“Pero la atención consciente, monjes –yo declaro- es útil en todo momento [1] ”.
NOTA:
[1] Los Comentarios agregan la siguiente ilustración: “Ella [la atención consciente] es deseable en todas partes, como la sal o como un primer ministro versátil. Al igual que la sal realza el sabor de todos los condimentos y al igual que un primer ministro versátil cumple con todas las tareas del estado, así también la restricción de la mente agitada y la estimulación de la mente perezosa se logra mediante la atención consciente y sin la atención consciente, esto no podría ser hecho”. (Cf. Bodhi, 2000:1910).
FUENTES:
“Aggisutta” en The World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/14S5/2/2.6/2.6.3 (13/05/2008)
BHIKKHU BODHI (2000) “Fire” en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications.
Págs. 1605-1607.