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El Sutra del Corazón

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El Sutra del Corazón (Prajñāpāramitā Hṛdaya Sūtra) o Sutra de la esencia de la sabiduría es un Sutra muy popular en la escuela budista Mahāyāna por su brevedad y profundidad. Se tiene como la más investigada de todas las escrituras budistas1 y la más popular.

El Sutra del Corazón es uno de los textos que conforman la literatura Prajñāpāramitā (o de Perfección de la sabiduría) dentro del budismo Mahāyāna. Junto con el Sutra del Diamante, se consideran lo más representativo de su género.

Consiste catorce Shlokas o versos en sánscrito (260 caracteres en la versión china, Taisho Tipitaka Vol. T08 No. 251, traducida por Xuanzang). Esto le convierte en una de las versiones más abreviadas de los textos Prajñāpāramitā (o Perfección de la sabiduría), teniendo en cuenta que existen algunos ejemplos de unos 100.000 slokas.

Según Edward Conze el sutra pertenece al tercer de los cuatro periodos del canon Prajñāpāramitā, aunque al contener un mantra, se superpone al llamado período tántrico y se incluye en la sección tántrica en algunas secciones del Kangyur (canon budista tibetano).
El estudio del Sutra del Corazón se enfatiza en algunas tradiciones budistas del este asiático; su versión china es muy recitada en las ceremonias de las escuelas Zen en China, Japón, Corea y Vietnam. También es significativo en la escuela japonesa de budismo Shingon, cuyo fundador, Kukai, escribió un comentario sobre él. También el budismo tibetano le estudia en profundidad.

Este sutra es de los pocos no atribuidos a Gautama Buda. En algunas versiones chinas del texto, comenzando por la de Fayue del año 735, Buda confirma y canta las palabras de Avalokiteśvara.

El Sutra del Corazón

Prajnaparamita Hridayan Sutra ¡Rindamos homenaje a la Perfección de la Sabiduría,
la Adorable, la Sagrada!
Avalokita, el Sagrado Señor y Bodhisattva,
se internó en el profundo curso de la Sabiduría
que todo lo trasciende.

Mirando hacia abajo, desde lo alto,
sólo contempló cinco agregados,
y vio que, en sí mismos,
estaban vacíos.

Aquí, ¡Oh! Sariputta, la forma es vacío
y el vacío mismo es forma;
el vacío no se diferencia de la forma,
la forma no se diferencia del vacío;
todo lo que es forma, es vacío;
todo lo que es vacío, es forma;
lo mismo es aplicable a los sentimientos,
a las percepciones, a los impulsos y a la consciencia.

Aquí, ¡Oh! Sariputta,
todos los dharmas se caracterizan por el vacío;
ni son producidos, ni detenidos,
ni están mancillados, ni son inmaculados,
ni son deficientes, ni completos.

Por lo tanto, ¡Oh! Sariputta,
en el vacío no hay forma,
ni sensación, ni percepción,
ni impulso, ni consciencia;
ni ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente;
ni formas, ni sonidos, ni olores, ni sabores, ni cosas tangibles, ni objetos de la mente,
ni elementos del órgano visual,
y así sucesivamente
hasta que llegamos
a la ausencia de todo elemento de consciencia mental.

No hay ignorancia, ni extinción de la ignorancia,
y así sucesivamente,
hasta que llegamos a la no existencia de decadencia ni muerte,
ni extinción de la decadencia ni de la muerte.

No hay sufrimiento, ni origen, ni cesación, ni camino;
no hay cognición, ni logro, ni no-logro.

Por lo tanto, ¡Oh! Sariputta,
el Bodhisattva,
a causa de su estado de no persecución de logros,
y habiéndose confiado a la perfección de la sabiduría,
vive sin pensamientos que lo envuelvan.
Al no estar envuelto en pensamientos,
nada le hace temblar,
y superando toda preocupación,
alcanza al fin el Nirvana.

Todos los que aparecen como Budas
en los tres períodos del tiempo,
despiertan por completo a la excelsa,
verdadera y perfecta Iluminación
porque se han confiado a la perfección de la Sabiduría.

Por lo tanto, uno debería reconocer al prajnaparamita como el gran sortilegio,
la quintaesencia de la gran Sabiduría,
el sortilegio supremo, el sortilegio inigualable
que alivia todo sufrimiento, en verdad—
porque ¿qué podría ir mal?

Este sortilegio procede del prajnaparamita
y dice así:
Se fue, se fue, se fue más allá;
se fue, trascendiéndolo por completo.

GUEIT, GUEIT, PARAGUEIT, PARAMASAMGUEIT,
BODI SUAJA
¡Oh! ¡qué despertar! ¡Aleluya!
Esto completa el corazón de la perfecta Sabiduría.

Fuente : www.oshogulaab.com

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