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Una roca que brilla cada 60 años

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roca_china.jpgPosada sobre el valle vecino al Templo Fahua, en la provincia de Yunnan, se halla una curiosa roca esculpida con antiguos caracteres. Pero lo más notable de esta piedra es que, según una antigua leyenda, el sol resplandece sobre ella solamente una vez cada 60 años.

Cuentan que cuando el monje Xuanzang (602- 664 d. C.) iba de regreso a Chang’an, después de haber recibido las escrituras budistas en India, se topó con monstruos acuáticos mientras cruzaba el Río Sha. Entonces, las escrituras cayeron al agua, pero Xuanzang las rescató y buscó un lugar sobre el cual secarlas.

El monje y sus compañeros abrieron las Escrituras sobre una roca y encendieron fuego para secarlas, cuando repentinamente salió el Sol en medio de la noche, iluminando el cielo y la roca, dando el calor necesario para secar el papel mojado.

Dicen que cuando el monje recogió las hojas, observó que los escritos habían quedado impresos sobre la roca, la cual ganó desde ese entonces el nombre de “Roca para secar las escrituras al sol”.

Según informes de la prensa de Yunnan, esta roca mide más de 12 metros de altura y los árboles y la hierba crecen densamente a su alrededor.

Lo curioso es que cuando el sol se encuentra alto en el cielo, iluminando todos los rincones del valle, la roca parece no recibir la luz del astro.

En el frente de la roca, sobre su superficie plana, se observan ocho líneas de antiguos caracteres, cada una con al menos una docena ellos tallados. Además de éstos, se encuentran muchos otros finamente tallados, pero su lectura es casi imposible por el desgaste de la roca.

Algunos de estos caracteres “rizados”, aparentemente anteriores a la Dinastía Chin, son utilizados aún en el diseño de sellos.

Los Testimonios

“El sol brilla sobre la roca una vez cada 60 años. Después de la puesta del sol, el mismo sale detrás de las montañas esa misma noche”, cuenta un profesor de apellido Cao, estudioso de la historia, cultura y geografía china.

Cao evoca relatos de los ancianos de un pueblo cercano a la roca, en particular uno de un leñador que suele ir a la montaña todos los días para recoger leña, pasando de manera obligada cerca de la piedra. Según la historia, una noche, cuando el leñador pasaba junto a la roca, vio salir el sol de nuevo después de haberse ocultado el mismo día. La luz brillante iluminó la roca. Sorprendido, soltó la leña y corrió al pueblo para contarles a los demás.

De acuerdo otro relato narrado por un monje del Templo Fahua, hace unos años la roca brilló por varios minutos la víspera del 20 de marzo.

“Fue alrededor de las 6:00 pm, durante el equinoccio de la primavera de 2005. Vi que el sol iluminaba la roca durante media hora”, contó el monje. “Fue durante la estación lluviosa, y el templo estaba más bien oscuro, como de costumbre. De repente, el sol llenó la sala”.

A pesar de años de haber vivido en el monasterio, el monje aseguró esa fue la única vez que vio el sol en la roca.

De acuerdo con los archivos de la Prefectura de Anning, en una ocasión que la piedra brilló, la barba y cabello en los retratos de Buda en las paredes se hicieron increíblemente vívidos. Poco después, el sol se había ido, y todo se volvió oscuro otra vez.

“Esto fue informado en 1921. La leyenda local dice que el día después del equinoccio de primavera, una vez cada 60 años, después de ocultarse el sol, sale nuevamente en la misma tarde. El Sol brilla sobre la cima de las montañas y el valle, iluminado la roca especial. Los bosques reviven su color, los retratos de Buda irradian un aura dorada, y la sala del templo se llena de brillantes rayos de luz”.


Fuente: www.lagranepoca.com

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