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Shantideva – Bodhisattvacharyavatara VIII: La concentración (Versos 1-35)

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Shantideva

Bodhisattvacharyavatara

Homenaje a los Budas y los Bodhisattvas

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VIII La concentración

[1]

Tras haber desarrollado, así, la perseverancia,

hay que colocar el espíritu en concentración.

Un ser humano cuyo espíritu está distraído

permanece entre los colmillos de las perturbaciones.

[2]

Al permanecer en soledad, mi espíritu y mi cuerpo

no serán, en nada, distraídos.

Así, debo renunciar a toda vida mundana

y abandonar completamente las fabricaciones mentales.

[3]

La vida mundana no es abandonada, a causa de la avidez:

el apego a las personas y el deseo de tener bienes.

Hay, también, que renunciar a ello completamente.

Es así como deben comportarse los Sabios.

[4]

Tras haber comprendido que la vista profunda, unida a la calma mental,

destruye completamente las pertirbaciones,

hay que, primero, desarrollar la calma mental, la que proviene

del gran gozo de estar libre de todo apego al mundo.

[5]

Por el apego extremo que [yo], ser efímero,

tengo por otros seres efímeros,

durante miles y miles de existencias

no veré más a los que amo.

[6]

Si no los veo, soy desdichado,

y no llego a guardar mi espíritu en equilibrio.

Pero, incluso si los veo, ello no me satisface

y sufro, con el mismo torturante deseo que antes.

[7]

Mientras quede mi fuerte apego a los seres,

la realidad permanecerá totalmente velada;

toda desgana de la existencia cíclica es aniquilada

y seré devorado por la turbación.

[8]

Puesto que no pienso más que en ello,

mi vida fluye, sin valor tener.

A causa de mis amigos, de mi familia, temporales todos,

incluso el Dharma, que lleva a la Liberación, es aniquilado.

[9]

Si imito el comportamiento de los seres pueriles,

tendré, certeramente, renacimientos inferiores.

Si me conducen al infortunio,

¿por qué hacerles compañía?

[10]

En un sólo instante aquellos que eran mis amigos

pueden, de pronto, devenir en mis enemigos.

Como se enojan incluso cuando hay lugar de reír;

es difícil halagar a los seres ordinarios.

[11]

Las palabras provechosas les irritan;

además, me desvían del bien.

Si no los escucho se enojan, y así,

irán hacia renacimientos desdichados.

[12]

Celosos de los superiores, hacen [la] competencia a los iguales;

arrogantes hacia los inferiores, achispados por las alabanzas,

se encolerizan cuando un discurso no les gusta.

De los seres pueriles no vendrá ningún bien.

[13]

Por la compañía de los seres pueriles,

Ocurrirán, ciertamente, todos tipos de fechorías,

tales [como] alabarse rebajando a los demás,

o hablar de los placeres de la existencia cíclica.

[14]

Así, si frecuento a otros pueriles seres

ello no me aportará más que desdichas,

pues ellos no me hacen bien

y yo no se los hago, tampoco.

[15]

Debo, entonces, escabullirme lejos de los seres pueriles.

Cuando tope con ellos, los halagaré por mi alegría,

pero no debo volverme demasiado familiar;

hay que actura correctamente, como ordinariamente.

[16]

[Así] como una abeja toma la miel de las flores,

no debo tomar más que lo que sirve a la práctica.

Como nunca antes los había visto,

debo, con todos, permanecer distante.

[17]

«-Tengo bienes y honores,

numerosos son los que me quieren-».

Si desarrollo una arrogancia tal,

tras la muerte sobrevendrá el miedo.

[18]

Así, espíritu mío, tan oscurecido,

preocupándote de todo a lo que

tanto te apegas,

creas miles de sufrimientos por venir.

[19]

Así, los Sabios no deben apegarse,

pues del apego nace el miedo.

Hay que comprender, firmemente,

que todo esto es de [la] naturaleza de ser abandonado.

[20]

Pese a que mucho bien sea dicho de mí,

que tenga posesiones y la celebridad,

esa reputación y esos bienes amasados

no podrán seguirme allá donde debo ir.

[21]

En tanto otros me denigren,

¿cómo estar feliz por los elogios?

En tanto otros me alaben,

¿cómo estar desdichado por los denigramientos?

[22]

Si incluso el Victorioso no gustaba

a todos los seres, de tendencias diversas,

entonces, ¿qué decir [tiene], entonces de un ser malo como yo?

Debo desechar al pensamiento de mezclarme al mundo.

[23]

Denigran a aquellos que no tienen bienes

y dicen [el] mal de aquellos que tienen.

¿Cómo podrán, aquellos que son tan difíciles para [con]vivir,

estar, jamás, contentos de mí?

[24]

Porque los seres pueriles no están contentos

cuando no pueden obtener lo que quieren,

no hay que tomar en amistad a ninguno de ellos.

Esto ha sido dicho por los Tathagatas.

[25]

Que pueda, al fin, permanecer en el bosque,

donde ni los animales salvajes, ni los pájaros,

ni los árboles, dicen la [más] mínima palabra disgustante.

Vivir junto [con ellos] es tan agradable.

[26]

Al morar dentro de una gruta, bajo un árbol,

o, también, en un templo vacío,

¡que nunca mire hacia atrás,

que sea sin apego!

[27]

Que pueda, en fin, permanecer

en lugares desprovistos de propietario,

naturalmente espaciosos,

de los cuales aprovecharé, sin apego.

[28]

Que pueda, en fin, vivir sin miedo alguno,

con sólo mi tazón y algunos útiles,

teniendo por vestidos lo que los demás tiran,

sin tener necesidad de esconder mi cuerpo.

[29]

Tras recorrer los carneros,

que pueda, al fin, que mi cuerpo

y el esqueleto de los demás,

están, igualmente, sujetos a [la] descomposición?

[30]

A causa de su olor, ni los chacales

se acercarán

a mi propio cuerpo, tampoco.

He allí lo que sucederá con él.

[31]

Este cuerpo aparece como un todo.

Sin embargo, la carne y los huesos, incluso si se han formado juntos,

una vez descompuestos, se separarán pedazo a pedazo.

Entonces, ¿qué decir de los demás amigos?

[32]

Estamos solos al nacimiento.

Estamos solos cuando morimos.

Si los otros no comparten este sufrimiento,

¿para qué amigos, hacedores de obstáculos?

[33]

Igualmente como aquellos que viajan

pasan de un lugar a otro,

aquellos que toman las rutas de la existencia

pasan de un nacimiento a otro.

[34]

Antes mi cuerpo

sea llevado por cuatro [empleados de pompas] fúnebres,

rodeándolo los seres mundanos, afligidos,

antes de eso, parto hacia el bosque.

[35]

Sin amigos y sin rencor,

este cuerpo permanecerá en [la] soledad.

Si soy contado ya como muerto,

incluso cuando muera no seré llorado.


Fuente: http://sambodhi.iespana.es/

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