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Shantideva – Bodhisattvacharyavatara V: La vigilancia (Versos 1-35)

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Shantideva

Bodhisattvacharyavatara

Homenaje a los Budas y los Bodhisattvas.

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V La vigilancia

[1]

Aquellos que deseen observar las instrucciones

deben vigilar muy atentamente su espíritu.

pues si no controlan sus pensamientos

no podrán mantener la ética, tampoco.

[2]

El elefante del espíritu, abandonado a sí mismo,

nos traerá los peores tormentos.

Un simple elefante salvaje, incluso loco e indómito

no causará nunca tales destrozos.

[3]

Pero si el elefante del espíritu es sólidamente atado

con la cuerda de la memoria perfecta,

todos los miedos desaparecerán

y todas las virtudes vendrán a nuestras manos.

[4]

Los tigres, los leones, los elefantes y los osos;

las serpientes y todos los enemigos;

los guardianes de los seres que viven en los infiernos,

los espíritus malhechores y los caníbales también,

[5]

Encadenando nuestro espíritu

los encadenamos a todos.

Que nuestro espíritu sea domado,

y todos lo serán igualmente.

[6]

De esta manera todos los miedos

y sufrimientos inmensurables

vienen del espíritu: esto es demostrado

por el Enseñante perfecto mismo.

[7]

¿Quién ha decido crear

todas las armas de los seres de los infiernos?

¿quién ha formado los suelos de hierro ardiente?

¿de dónde han surgido todas estas flamas?

[8]

Creaturas y objetos,

todo, procede de los pensamientos errados, ha dicho el Muni.

Así, en los tres mundos, aparte del espíritu

no hay nada más que temer.

[9]

Si la perfección de generosidad

es erradicar la pobreza del mundo,

¿cómo los Budas de antaño la han perfeccionado,

puesto que todavía hay indigentes?

[10]

La perfección de la generosidad dicha está ser el pensamiento

de dar todo a todos,

así como los frutos de un pensamiento tal.

Ella es, pues, simplemente un estado de ánimo.

[11]

No se trata de poner al abrigo los peces y demás animales

con el fin de evitar que sean matados.

La perfección de la ética consiste

en la voluntad de abandonar toda acción no virtuosa.

[12]

Los seres odiosos son innumerables como el espacio,

no es posible llegar a acabarlos;

pero sólo triunfar sobre los pensamientos de cólera

viene a ser triunfar sobre todos los adversarios.

[13]

¿Dónde encontraría bastante cuero

para cubrir con él la superficie de la tierra?

El cuero de mis suelas, solo,

equivale a cubrir la tierra entera.

[14]

Así, no soy capaz

de domeñar las cosas exteriores;

pero, si no dominase más que mi espíritu,

¿qué otra [cosa] habría que dominar?

[15]

El resultado de un estado de de concentración claro, único incluso,

es tomar un renacimiento en un reino cual el de Brahma.

Mis acciones físicas y orales no tendrán un efecto tal,

si mi actitud mental es débil.

[16]

Si el espíritu está [pensando] en otro lugar, ha dicho el Omnisciente,

la recitación y el ascetismo,

incluso practicados largamente,

seguirán siendo vanos.

[17]

Aquellos que no comprenden el secreto del espíritu,

que constituye la esencia suprema del Dharma,

errarán siempre sin meta ni significado,

incluso si desean ser felices y vencer al sufrimiento.

[18]

Puesto que es así, debo

tener bien a mi espíritu y protegerlo.

Aparte de la de proteger el espíritu,

¿para qué se necesitarían varias disciplinas?

[19]

Como en el medio de un gentío numeroso y agitado

tendría cuidado si tuviese una herida,

igual, en una muchendumbre de personas de mentalidad baja

protegeré siempre la herida de mi espíritu.

[20]

Si tengo cuidado de una herida,

temiendo el mínimo dolor que podría provocar,

¿por qué no proteger mi espíritu de toda herida,

por miedo de hacerme aplastar por las montañas infiernales?

[21]

Si actúo siempre de esta manera,

entonces, incluso en medio de desalmados

o rodeado de mujeres,

mis esfuerzos por dominar[me] no disminuirán nunca.

[22]

Más vale estar sin ningún bien,

sin honores, sin cuerpo y sin recursos;

más vale que las demás virtudes degeneren,

que dejar nunca [uno] su espíritu degradarse.

[23]

Vosotros que deseais domeñar vuestro espíritu,

[con] las manos juntas os ruego:

Esforzáos constantemente por cultivar

la memoria y la vigilancia.

[24]

Las personas turbadas por la enfermedad

no pueden hacer nada con vigor;

igual, aquellos cuyo espíritu está turbado por la confusión

no pueden hacer nada con vigor.

[25]

Para aquellos cuyo espíritu está desprovisto de vigilancia

nada de lo que habrán escuchado, contemplado y meditado

quedará en su memoria,

no más que el agua en un jarrón horadado.

[26]

Si aquellos que han estudiado y tienen la fe

tien el defecto de la faltar en vigilancia,

incluso si son totalmente perseverantes,

su espíritu será mancillado por las caídas morales.

[27]

Los ladrones que son los estados sin vigilancia,

tras la degradadación de la memoria,

roban incluso los méritos que he acumulado

e iré hacia los reinos inferiores.

[28]

Las pasiones, esa banda de ladronas,

buscan una buena ocasión;

habiéndola encontrado, hurtan las virtudes

y destruyen la fuerza vital de los renacimientos dichosos.

[29]

Así, no dejaré nunca la memoria

alejarse de la puerta de mi espíritu;

incluso si se va de ahí, recordaré las pruebas

de los reinos inferiores, y la volveré a poner en su sitio.

[30]

Por la compañía de los Maestros, y por el siguir

las instrucciones de los Abades, gracias [al] temor, también,

la memoria nacerá fácilmente en el espíritu

de los seres fortunados que practican con respeto.

[31]

«-Es en [la] presencia de los Budas

y todos los Bodisattvas,

que pueden todo sin obstáculo ver,

que moro siempre-».

[32]

Por este pensamiento se desarrolla

un sentimiento de pudor, de respeto y miedo.

De esta manera, el recuerdo de los Budas

surgirá una y otra [vez].

[33]

Una vez que la memoria permanece

para guardar la puerta del espíritu,

vendrá también la vigilancia;

e incluso lo que sa había ido volverá.

[34]

Cuando al inicio de una acción me doy cuenta

que mi estado de ánimo no es correcto,

es ese momento sabré quedarme

tan firme como un pedazo de madera.

[35]

No debo nunca de [dejar] errar

mi mirada, sin fin preciso,

pero, teniendo el ánimo resuelto,

debo siempre guardar los ojos bajos.


Fuente: http://sambodhi.iespana.es/

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