Inicio Enseñanzas Textos fundamentales Shantideva – Bodhisattvacharyavatara II : Revelamiento del mal (Versos 34-65)

Shantideva – Bodhisattvacharyavatara II : Revelamiento del mal (Versos 34-65)

49
0

Shantideva

Bodhisattvacharyavatara

Homenaje a los Budas y los Bodhisattvas.

shantideva-4.gif

II Revelamiento del mal

[34]

Dejándo[lo] todo, debo solo partir.

Pero, al no haber comprendido esto,

por aquellos que son mis amigos, o los que no lo son,

he cometido todo tipo de fechorías.

[35]

Los que no son mis amigos, [ya] no serán nada más

y aquellos que son mis amigos, tampoco.

Yo mismo no seré nada más;

igual, nada será más.

[36]

Como una experiencia en sueño,

todas las cosas en las que me solazo

no serán más que del dominio de los recuerdos:

no volveré a ver más lo que pasado es.

[37]

Incluso en esta vida tan breve

muchos enemigos o amigos forman parte del pasado.

Sin embargo, me quedan por afrontar

todas las fechorías insostenibles hacia ellos cometidas.

[38]

Así, al no haber comprendido

que no soy más que pasajero,

he cometido numerosas fechorías

bajo el imperio de la ignorancia,

el apego y la aversión.

[39]

No deteniéndose ni de noche ni de día,

continuamente esta vida se agota

y no se prolonga.

¿Por qué escaparía a la muerte?

[40]

En mi lecho recostado,

aunque rodeado por la familia y los amigos,

debo hacer, solo, la experiencia

de sentir la vida dejarme.

[41]

Cuando me aprehendan los mensajeros de la muerte,

¿para qué los amigos, para qué la familia?

Entonces, sólo los méritos me protegen,

pero no los he acumulado.

[42]

¡Oh Protectores!, yo que soy tan negligente,

inconsciente de tales terrores,

he cometido tantas fechorías

por esta impermanente vida.

[43]

Si el condenado que se lleva para cortarle un miembro,

en ese mismo momento se aterroriza, si su boca se seca,

sus ojos [son] espantosos, cavados en sus órbitas,

y si se ha vuelto irreconocible,

[44]

¿qué decir, entonces, de aquel, completamente aterrado

por la enfermedad del gran pavor,

cuando sea asido por las encarnadas formas

de los horrorosos mensajeros de la muerte?

[45]

«-¿Quién podría protegerme,

realmente, de este gran espanto?-».

Aterrorizado, con los ojos desorbitados,

buscaré un refugio en las cuatro direcciones.

[46]

Al no ver ningún socorro,

me sumiré en una total aflicción.

Si no hay, ahí, protección ninguna,

entonces, ¿qué bien hacer podría?

[47]

Es por lo que tomo refugio, desde hoy,

en los Victoriosos, los Protectores,

aquellos que se esfuerzan en proteger a los seres

y que por cuyo gran poder aniquilan todos los miedos.

[48]

Tomo refugio, también, con todo mi corazón,

en el Dharma que ellos han comprendido

y que suprime los miedos de la existencia cíclica,

así como en la asamblea de los Bodhisattvas.

[43]

Si el condenado que se lleva para cortarle un miembro,

en ese mismo momento se aterroriza, si su boca se seca,

sus ojos [son] espantosos, cavados en sus órbitas,

y si se ha vuelto irreconocible,

[44]

¿qué decir, entonces, de aquel, completamente aterrado

por la enfermedad del gran pavor,

cuando sea asido por las encarnadas formas

de los horrorosos mensajeros de la muerte?

[45]

«-¿Quién podría protegerme,

realmente, de este gran espanto?-».

Aterrorizado, con los ojos desorbitados,

buscaré un refugio en las cuatro direcciones.

[46]

Al no ver ningún socorro,

me sumiré en una total aflicción.

Si no hay, ahí, protección ninguna,

entonces, ¿qué bien hacer podría?

[47]

Es por lo que tomo refugio, desde hoy,

en los Victoriosos, los Protectores,

aquellos que se esfuerzan en proteger a los seres

y que por cuyo gran poder aniquilan todos los miedos.

[48]

Tomo refugio, también, con todo mi corazón,

en el Dharma que ellos han comprendido

y que suprime los miedos de la existencia cíclica,

así como en la asamblea de los Bodhisattvas.

[49]

Animado por un profundo miedo,

me ofrendo a Samantabhadra;

igualmente, a Manjugosha
hago ofrenda de mi cuerpo.

[50]

Al Protector Avalokiteshvara,

a él, quien actúa con una infalible compasión,

dirijo un lamento, exclamando:

«¡Proteged al desalmado que soy!».

[51]

Buscando una protección,

con todo mi corazón imploro

a los Aryas Akashagarbha, Ksitigarbha

y todos los demás protectores compasivos.

[52]

Tomo refugio en Vajrapani,

a la vista de quien los mensajeros de la muerte

y los otros, aterrorizados,

en las cuatro direcciones, huyen.

[53]

En el pasado no he observado vuestros consejos;

pero ahora, a la vista de este tormento,

tomando refugio en vos con todo mi corazón

ruego por que el miedo sea aniquilado prestamente.

[54]

Si, ya espantado por una ordinaria enfermedad,

hay que seguir los consejos del médico,

¿qué decir tiene, entonces, que lo hay, cuando, perpetuamente,

soy alcanzado por centenares de males, tal como el deseo?

[55]

Si todos los seres vivientes en este mundo,

podrían ser aniquilados por uno sólo de esos males,

y si, para curarlos, ninguna otra medicina

pudiere ser encontrada en todos los rincones del universo,

[56]

entonces, la intención de no seguir los consejos

dados por los médicos omniscientes

para curar todas las tribulaciones,

daría testimonio de una enorme y despreciable ignorancia.

[57]

Si hay ya lugar para tener cuidado

al abordar un pequeño precipicio ordinario,

¿qué decir, entonces, de ese precipicio insondable,

abierto con una profundidad de millares de leguas?

[58]

Es inconveniente que me divierta,

diciéndome: «Hoy no moriré»,

pues el momento en que [ya] no seré más

vendrá, indudablemente.

[59]

¿Quién puede concederme los estados sin miedo?

¿Cómo librarme de todo esto con certeza?

Si es certero que no seré más,

¿cómo puedo tener tranquilo el espíritu?

[60]

Las experiencias del pasado, están acabadas:

¿Qué me queda de ellas, ahora?

A causa de mi apasionado apego a todo ello,

he ido en contra de los consejos del maestro.

[61]

Si, tras haber abandonado a mis parientes, mis amigos e incluso mi vida,

debo hacer frente, sin compañía, a un destino incierto,

¿para qué pueden servirnos

aquellos que son nuestros amigos y aquellos que no lo son?

[62]

«¿Cómo librarme, de manera certera,

de las acciones negativas, fuente del sufrimiento?»

De este modo, noche y día,

no debo reflexionar más que en ello.

[63]

Todas las acciones negativas que bien he podido cometer,

por equivocación y ceguedad,

[ya] sean acciones negativas por naturaleza

o verdaderas transgresiones,

[64]

Todo ello lo confieso

en presencia de los Protectores;

prosternándome una vez y otra vez, [con] las manos juntas,

con el espíritu aterrorizado por los sufrimientos.

[65]

¡Que todos los Guías del mundo escuchen,

claramente, mis errores y mis faltas.

Como esas acciones no son -en absoluto- positivas,

en el porvenir no las cometeré más.


Fuente: http://sambodhi.iespana.es/

Artículo anteriorShantideva – Bodhisattvacharyavatara II : Revelamiento del mal (Versos 1-33)
Artículo siguienteShantideva – Bodhisattvacharyavatara III: Adopción del espíritu de Despertar