Alimentos curativos, es de hecho el verdadero nombre que debiera darse a lo que técnicamente se conoce hoy como alimentos funcionales. ¿De qué estamos hablando? El concepto es simple y para explicarlo no hacen falta extensos argumentos teóricos.
En general se aconseja consumir tal o cual alimento para prevenir tal o cual enfermedad, pero cuando ésta se presenta, la combatimos con medicamentos. La buena noticia es que existen alimentos capaces de curar (no sólo prevenir) enfermedades y precisamente éstos son los alimentos curativos o funcionales.
Sin más trámite, puedo enumerar los más conocidos, que consumes habitualmente en tu dieta sin otorgarles -quizá- la dimensión que merecen. La soja, el ajo, la avena, la mayoría de las frutas y verduras y en especial las uvas son sólo algunos de ellos, pero existen algunos notoriamente eficaces para los que dedico un párrafo especial.
El aceite de oliva es un alimento funcional, capaz de curar una importante cantidad de dolencias; el tomate es notable frente al cáncer de próstata y el viejo y querido vino tinto es una verdadera fuente de salud en lo que a enfermedades cardíacas refiere. Por último uno de los más potentes: el pescado; gracias a su importante contenido en omega 3 destaca (al igual que el Aceite de Oliva) por su capacidad de reducir el colesterol “malo” y aumentar el “bueno”.
Fuente: www.cocina.org
