Hasta hace unos años, estas maravillosas semillas, que tantas bondades pueden aportar a nuestra dieta, sólo se podían conseguir en el norte de África o en diferentes zonas del continente asiático. Afortunadamente, eso ha cambiado y ya son muchas las marcas ecológicas que las comercializan para cocinar o germinar. También es posible conseguirlas en los supermercados de alimentación oriental que se encuentran en grandes núcleos urbanos. Para los que piensen que nunca las han probado, sólo recordarles que el fenogreco es uno de los principales ingredientes del polvo amarillo de curry y, en parte, el responsable de su penetrante olor. Y precisamente ese olor es una de las singularidades que poseen estas semillas, ya que si ingerimos una cantidad significativa, nuestro cuerpo comenzará a oler a fenogreco.
Semillas cargadas de salud
Se dice que antiguamente se añadían semillas de fenogreco al menú de los harenes con la intención de aumentar “las curvas” de las mujeres. Esta historia no tiene nada de fantasía, ya que estamos hablando de uno de los mejores alimentos que podemos utilizar para casos de anorexia o trastornos de adelgazamiento relacionado con problemas metabólicos. Esto no tiene que ver sólo con su alto poder nutritivo, ya que contienen más de un 50% de glúcidos y hasta un 30% de proteínas, sino más bien con la presencia de fenogrekina, una sustancia que regula la secreción de insulina y equilibra la función pancreática. Además, ayudan a aumentar el apetito y actúan como anabolizante vegetal, devolviendo masa muscular a las personas con excesiva delgadez o que hayan sufrido convalecencias.
Otra de sus notables características es su alto poder digestivo y su capacidad de estimular la función hepática. Tras una comida pesada, no hay nada mejor que tomarse una infusión de fenogreco. Y, por enumerar algunas de sus muchas propiedades, podemos decir que estas semillas también son diuréticas y laxantes, cardiotónicas e hipoglucémicas.
Un toque hindú en la cocina
Lo primero que hemos se recordar cuando introduzcamos las semillas de fenogreco en nuestra alimentación es que son bastante amargas. Antes de usarlas, es importante tostarlas un poco en el horno o la sartén, lo que además potenciará bastante su aroma. Una vez tostadas, podemos incluirlas en panes, sopas, platos de cereales o guisos con legumbres, que serán mucho más fáciles de digerir. Hay que recordar que crudas serían demasiado duras para comerlas. Por eso, siempre deben formar parte de guisos y platos calientes, a no ser que las molamos y utilicemos como condimento. También podemos germinarlas e incluirlas en ensaladas, algo que suavizará su textura y sabor y duplicará sus notables propiedades nutritivas. Y, ya sean germinadas o tostadas, si hay un ingrediente con el que combinan a la perfección ése es el queso, sobre todo el fresco.
Para los que no toman lácteos, una sugerencia: probad a rebozar unas rebanadas de tofu con un poco de fenogreco molido antes de pasarlo por la plancha. En caso que queramos utilizarlas para infusión, no hará falta tostarlas y bastará con poner 20 gramos a hervir en un cuarto de litro de agua durante 5-10 minutos y dejarlas reposando otros 5 minutos más.
Por Laura Kohan
Fuente: www.larevistaintegral.com