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Escultura japonesa en el Museo Oriental de Valladolid

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El Museo Oriental de Valladolid cuenta con una colección de esculturas japonesas compuesta por una treintena de obras de los periodos Edo y Meiji.

El grupo principal lo constituyen las imágenes budistas, entre las que están representadas las distintas categorías en las que se suele dividir este panteón religioso: Budas, bodisatvas, Reyes de la Ciencia o Myo-o, las divinidades o Tenbu, los Gongen o Apariciones Circunstanciales y los religiosos eminentes o patriarcas del budismo.

Algunas piezas destacadas

Buda Amida-sanzon en el Altar

Buda_en_altar_250_x_262_.gifAmida simboliza el sol poniente y, al mismo tiempo, la vida en el más allá. Su paraíso occidental es la Tierra Pura (Gokurakujodo): es allí donde las almas –liberadas de toda impureza, purificadas de todo deseo–, acceden a la llamada de Amida. Amida es el Buda que acoge, que consuela en el más allá. Es, al mismo tiempo, el Buda del “poder intelectual”: es la causa excelente de la sabiduría del discernimiento maravilloso. Esta función salvadora de Amida, unida a la sencillez de la doctrina de las diversas sectas de la Tierra Pura, le hicieron muy popular en Japón. En este país la secta Jodo-Shinshu lo hizo su divinidad única y la secta Jodo-Shu lo declaró su divinidad principal.

En esta escultura del Museo Oriental, encontramos una imagen de Buda estilizada. Está de pie sobre el trono de flor de loto. Lleva a la espalda la aureola dorada “Funagata Kohai”. Aunque le faltan las manos, todo indica que la mano derecha la llevaba levantada en la postura de “no tener miedo”, mientras que la izquierda, bajada, estaba en el gesto de la caridad. Las puertas de la hornacina (zushi) están pintadas con imágenes de diez Budas, así como de los donantes que mandaron hacer la obra y las figuras de Fudo-Myo-O y Jizo.

Escultura_150_x_232_.gifBuda Sakyamuni, «El iluminado»

Esta escultura del Museo Oriental representa a Buda (Shaka-Nyorai) realizando el doble gesto de la generosidad y donación con ambas manos extendidas. Está sentado con las piernas cruzadas, en la posición de loto. Lleva la vestimenta monacal, con los hombros cubiertos y el pecho al aire.

Está con los ojos semicerrados. Tiene un rostro sereno. Su cabeza lleva la protuberancia craneal y el pelo rizado. Al centro se destaca la “urna”. Las orejas, tienen los lóbulos alargados, propio de la condición principesca de Buda, y que pasaría después a ser distintivo de la santidad en las imágenes budistas.

Butsudan

El «butsudan» o altar de Buda, es un altar familiar. Dentro del mismo se guardaban una estatua de Buda, así como de otros personajes budistas. A veces se colocaban las tablillas de los antepasados (ihai) con los nombres de los difuntos de la familia.Decorado con mayor o menor riqueza, era costumbre que, sobre este altar, se hiciesen ofrendas simbólicas.

Butsudan_250_x_164_.gifEste «butsudan» del Museo Oriental lleva en sus puertas la flor de la naranja mandarina «tachibana», el emblema los «Ii», una familia de «daimio», de la región de Omi, naturales de Totomi y descendientes de Fujiwara Yoshikado. El primer daimio de esta familia fue Naomasa Ii (1561-1602). Sirvió bajo Ieyasu, quien en 1590 le dio el castillo de Minowa y 12.000 «koku» ( unidad equivalente a 180 litros de arroz) de tierra, en Kozuke. En la batalla de Sekigahara (1600), se lanzó a la carga con su ejército de «demonios rojos» y derrotó a las tropas de Shimazu Yoshihiro. Como premio, Ieyasu le concedió los inmensos dominios de Omi, de 180.000 koku.


Fuente: www.museo-oriental.es

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