Inicio Arte sacro Estatua del luohan Tâmrabhadra

Estatua del luohan Tâmrabhadra

106
0

gui_5_98DE1247-400x493.jpg

El término luohan (sánscrito arhat) califica a los discípulos directos de Buda, que han conseguido el Nirvâna, y el ideal de la búsqueda budista. Esta estatua del discípulo meditando, hierático, con un rosario de una rara calidad, traduce la quietud particular de la concentración, hecha de vigilancia y determinación. Por la monumentalidad y el equilibrio de la figura, la verdad plástica del cuerpo y de la kâsâya que le cubre, la expresividad característica del periodo Liao-Jin (siglos X-XIII) en el retrato fuertemente, esta obra manifiesta una filiación con la tradición realista de la época Tang (618-907). La comparación con los grabados de arhat llevados a cabo bajo los Song del Norte (960-1127) permite la identificación de esta estatua con la del sexto discípulo , Danmoluobatuo (sánscrito: Tâmrabhadra), enviado por Buda a Ceylan.

La obra es resultado del sincretismo entre el arte de escultura en barro cocido reservado a las estatuas de culto en las épocas precedentes, y el arte de la cerámica, utilizando el vidriado tricolor.

La figura pertenecía en su origen a un grupo monumental de arhat, realizado del mismo modo, y descubierta a principios de siglo en el santuario rupestre llamado de la « Montaña de los Ocho inmortales», cerca de Yizhou, en el sur de Pekín. Todas estas estatuas tienen en común representar los hombres santos que han alcanzado la Iluminación, sobre un zócalo de guijarros : alusión a los lugares elegidos para meditar. A esta creación escultural, fidel al arte del fin de la época Tang pero con un realismo nuevo, se hace eco de la estatutaria contemporánea, en Yungang (Shaanxi) y en Gansu. Estas vienen a confirmar que, la China del Norte calificadas de «bárbaras» por dinastías extranjeras, eran el centro de una cultura budista floreciente, que había abandonado la China « legitimista » de los Song.

Fuente : www.guimet.fr

Artículo anteriorLeyendas sobre el nacimiento de Buda
Artículo siguienteAntiguos relatos sobre la honestidad