Inicio Arte sacro Arte budista – El gesto de la meditación: samâdhimudrâ o dhyânamudrâ

Arte budista – El gesto de la meditación: samâdhimudrâ o dhyânamudrâ

110
0

Samâdhimudrâ

Bodhisatva Avalokiteshvara, China (1279-1368), porcelana
Bodhisatva Avalokiteshvara, China (1279-1368), porcelana

o dhyânamudrâ

Kannon con vestimetna blanca, Japón, madera lacada y dorada, Panteón budista
Kannon con vestimetna blanca, Japón, madera lacada y dorada, Panteón budista

El gesto de la meditación

Asociado con una postura sentada, estable y serena, y con un rostro de recogimiento – los ojos cerrados o semicerrados – el gesto de la meditación se lleva a cabo con las manos superpuestas, sobre el regazo, las palmas abiertas hacia arriba y los pulgares unidos. Heredada de las experiencias de los ascetas errantes de la antigua India, la meditación es una práctica esencial del budismo. Recoge un amplio abanico de ejercicios del espíritu encaminados a despegarse de los pensamientos negativos agitados por las pasiones, a penetrar en la verdadera naturaleza de las cosas y, finalmente, alcanzar el Despertar.

Buda sentado meditando, Sri Lanka, siglo XIV, bronce, museo Guimet
Buda sentado meditando, Sri Lanka, siglo XIV, bronce, museo Guimet

La primera etapa de la práctica meditativa consiste en tranquilizar la actividad del cuerpo y colocarse en una postura confortable, sin relajación. A continuación vendría tranquilizar la actividad mental dirigiendo la atención al vaivén de la respiración. Los estados mentales ligados a esta práctica son descritos en términos de concentración meditativa, de recogimiento, de estabilización del espíritu, de unificación…

Buda protegido por la nâga, Camboya, siglo XI, gres, museo Guimet
Buda protegido por la nâga, Camboya, siglo XI, gres, museo Guimet

Sikshasamuccaya XII
« Ya sea caminando,
de pie, sentado,
o en reposo ;
ya sea hablando o en silencio,
permanece recogido,
su estado de recogimiento no le abandona jamás. »

Bodhisattvacâryâvatâra 8,1 « Llevaré mi espíritu a un estado absorto
ya que el hombre cuyo espíritu está distraido
cae en las garras de las perturbaciones. »

Fuente: www.guimet.fr

Artículo anteriorZem — Clara luz
Artículo siguienteZem — El budismo es un camino a adoptar