El Budismo, el Sexo y la Vida Espiritual
Una entrevista con Sangharákshita
Parte 4 – Preguntas 11-15
11. Has estado empleando los términos «deseo» y «avidez». «Avidez» tiene una connotación neurótica mientras «deseo» se emplea en el sentido de una sana apetencia. ¿Debe acaso contemplarse siempre el deseo sexual como apego neurótico?
- El budismo tradicional, especialmente el Theravada, tiende a sostener que incluso una sana apetencia sexual es el reflejo de un estado mental torpe.
- Según los principios budistas se puede estar Iluminado y, a la vez, disfrutar de los alimentos sin que esto suponga un deseo neurótico. Pero dudo que este principio pueda extenderse a la experiencia sexual. Los budistas pueden reconocer que, incluso estando iluminados, se necesita comer; pero no que un iluminado necesite implicarse en una relación sexual ni procrear.
- Además, debemos recordar que la apetencia sexual siempre implica a otra persona. Cuando se establece una relación personal, emocional o física, con otra persona en el contexto de una relación sexual, habitualmente se producen todo tipo de proyecciones psicológicas que, a veces, desembocan en situaciones muy complicadas e incluso negativas – cosa que no ocurre, pongamos por caso, con la comida o con el sueño-. Incluso la llamada «sana apetencia» por el sexo, si satisface conduce rápidamente al apego; y éste al surgimiento de sentimientos de posesividad intensos, de celos, de odio. Se podría argumentar que quizás para algunos sea posible disfrutar del sexo sin caer en ese tipo de actitudes; pero aún así es muy probable que en la mente de la persona hubiera una carencia de emoción positiva y que estuvieran presentes estados mentales torpes, no tanto de deseo neurótico como de explotación e indiferencia.
12. Volviendo un momento a los Cinco Preceptos… En una ocasión escribiste una «versión tántrica» [13] de ellos, en la que el tercero decía «No malgastar la energía». ¿Podrías explicarnos esto?
- El tercer precepto es una forma importante de la disciplina ética. Me he dado cuenta de que la mayoría de los jóvenes occidentales no aceptan bien la idea de la disciplina, lo cual dificultaba comunicar la importancia del precepto en términos disciplinarios.
- Así pues, a lo que me refería por medio de esta formulación tántrica era a que la energía sexual es un paradigma de la energía en general. No creo que se trate de una energía sexual específica, especial e independiente. El organismo psicofísico es, en sí mismo, una expresión de energía, y la actividad sexual es sencillamente una de las formas en que se manifiesta. Es obvia la importancia de no dilapidar la energía; por tanto, si se sostiene que la energía sexual es una forma de energía, obviamente concluiremos que ésta no debe ser derrochada.
13. Algunos dicen que la actividad sexual – y en particular el orgasmo – confiere energía, y rechazan la idea de que la agote… ¿Tienes algún comentario?
- No esto muy de acuerdo con la idea de que el sexo realmente pueda proporcionar energía a la gente. Durante el orgasmo hay una expedición de energía. Uno gasta energía que puede dar una sensación de estar «rebosante» -como al pegar un raquetazo-.
- Cuando la gente afirma que el sexo y el orgasmo realmente te proporciona energía, está refiriéndose a algo muy distinto. Creo que, especialmente en el caso de los hombres, cuando éstos experimentan un orgasmo, experimentan una especie de sensación de logro, de haber llegado a la meta, de haber realizado algo que consideran valioso. Su ego se siente un poco inflado y acrecentado, interpretando esto como un acceso de energía. Y no es éste, en absoluto, un estado sano ni positivo.
- Con frecuencia, cuando se ha experimentado un orgasmo se desemboca en un estado que podría llamarse de «enervación». Al realizar el esfuerzo que supone alcanzar el orgasmo, la tendencia natural sencillamente es de descansar. Si se quiere meditar, superar los obstáculos, concentrarse y entrar en dhyana, [14] es necesario efectuar un gran esfuerzo; y tras un orgasmo, no está uno para tales esfuerzos. Hay quienes no sientan ganas de realizar ningún esfuerzo -especialmente de tipo mental- hasta varias horas después, mientras que hay otros que necesitan varios días antes de ser capaces de conseguir integrar su energía mental. No se trata de que estén físicamente agotados o mentalmente exhaustos; lo que han perdido es cierta agudeza, no sólo en el ámbito de la meditación sino además en otras áreas. Hay que otorgar a la energía -especialmente a la energía mental- un poco de tiempo para permitir que ésta se regenere y pueda volver a expresarse.
14. Habrás oído que se dice que en el momento del orgasmo se experimenta la disolución del ego y la fusión con la pareja…
- Parece haber una confusión aquí entre sucumbir y trascender el ego. El ego se pierde en el sueño profundo; tampoco se es consciente en otras muchas situaciones; no porque se haya sido trascendido el ego sino porque, temporalmente, se ha regresado a un estado inferior de ego o de consciencia.
- Y lo de «unión» es un disparate… ¡A menudo la gente que experimenta este tipo de unión durante el orgasmo cinco minutos después está discutiendo y peleándose!… ¿Dónde está la unión? ¿qué se ha conseguido? Si se lograse una verdadera unión en un sentido espiritual – y no en la línea de mutua enajenación – las actitudes hacia la otra persona podrían transformase totalmente… Las personas se volverían positivas afectuosas, cuidadosas… Cosa que raramente ocurre en la mayoría de las relaciones de pareja.
15. Pese a ello, el sexo suele considerarse una ruta vital -la ruta vital- que conduce a la plenitud y a la satisfacción emocional…
- Me pregunto si la gente consigue alcanzar satisfacción emocional y plenitud con del sexo. El sexo proporciona algo de satisfacción y plenitud, pero con un período de vida muy efímero.
- La satisfacción emocional y la plenitud son algo muy importante. Desde una perspectiva filosófica, el budismo considera que las dificultades humanas se producen al buscar la absoluta felicidad en algo que es incapaz de proporcionar absoluta felicidad. Busca la permanencia en algo que es incapaz de proporcionarle permanencia; busca lo real entre lo irreal. No hay cosa finita que pueda proporcionar infinita e ilimitada satisfacción y plenitud -emocional o de otro tipo-; y eso es lo que, con frecuencia, suele buscarse en el sexo. El sexo puede proporcionar a la gente una cierta dosis de satisfacción y de plenitud; pero no puede proporcionarle satisfacción y plenitud al nivel de sus expectativas o esperanzas.
El Budismo, el Sexo y la Vida Espiritual
- Parte 1 – Introducción
- Parte 2 – Entrevista : Preguntas 1-5
- Parte 3 – Entrevista : Preguntas 6-10
- Parte 4 – Entrevista : Preguntas 11-15
- Parte 5 – Entrevista : Preguntas 16-20
- Parte 6 – Entrevista : Preguntas 21-25
- Parte 7 – Entrevista : Preguntas 26-30
- Parte 8 – Entrevista : Preguntas 31-35
- Parte 9 – Entrevista : Preguntas 36-40
Fuente www.librosbudistas.com