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Shantideva – Bodhisattvacharyavatara VIII: La concentración (Versos 71-100)

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Shantideva

Bodhisattvacharyavatara

Homenaje a los Budas y los Bodhisattvas

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VIII La concentración

[71]

Esos cuerpos impuros no son, tampoco,

encontrados sin tener que dar el precio.

Para obtenerlos te agotas

y serás atormentado en los infiernos.

[72]

El niño no puede acumular riquezas.

¿Cómo las aprovecharía un noven adulto?

Al final de la vida, tras haber hecho fortuna,

marcado por el tiempo, ¿para qué haré el deseo?

[73]

Esclavos de sus deseos, algunos

se agotan trabajando todo el día.

Cuando finalmente vuelven a sus casas,

su cuerpo agotado se queda tendido como un cadáver.

[74]

Otras sufren por haberse ido lejos

y extarañan su país.

Aunque tengan gana de abrazar a una mujer,

no tendrán oportunidad.

[75]

Otras más desean servir a sus propios intereses

y, en su confusión, se venden por ello incluso.

Pero no obtienen lo que desean

y son llevados, sin provecho, por el viento de las acciones de otro.

[76]

Algunos venden su propio cuerpo

y, sin autonomía, son explotados por otros.

Cuando sus mujeres dan a luz, sus nenes viene al mundo

bajo un árbol, o en un lugar aislado, en cualquier sitio.

[77]

Ciertos imbéciles, cegados por sus deseos,

Pensando encontrar un medio de asegurar su subsistencia,

se vuelven mercenarios, aunque teman por sus vidas,

o, por la carnada de la ganancia, se hecen esclavos.

[78]

A causa de sus deseos, ciertos [otros] mutilarán su cuerpo;

otros serán empalados sobre una pica;

algunos se atravezarán con un puñal,

y otros se inmolarán. Tal es evidente.

[79]

Por los tormentos que me causan la adquisición, la
protección o la pérdida

de mis bienes,

debo comprender que serán, siempre, mi ruina.

Quien está distraído por el apego a los bienes, no tendrá

la ocasión de librarse de los sufrimientos de la existencia.

[80]

Los esclavos del deseo tendrán

muchos trajines y poco placer,

igual como las bestias que tiran un carro

no pueden pacer más que unos manojos de hierba.

[81]

Nosotros que sufrimos por los frutos de nuestras
accioness pasadas,

despilfarramos una vida calificada, perfecta y difícil de
reencontrar,

por lo que es ordinario y de poca importancia,

[lo] que incluso un animal puede obtener.

[82]

Es certero que los objetos de deseo van a perecer,

y que me harán caer en los reinos inferiores.

Mientras que la Budeidad es alcanzada

por un esfuerzo millones de veces menor.

[83]

Con el fin de satisfacerlos, continuamente se agota uno

por lo que no tinene grandeza.

Los esclavos del deseo tienen sufrimientos más grandes
que aquellos [otros]

que obran por el Despertar; pero Despertamiento no tienen.

[84]

Las armas, el veneno, el fuego, los precipicios

y los enemigos del mundo del deseo,

no son en nada comparables a los sufrimientos

de los reinos inferiores, cuando se los contempla.

[85]

Al haber desarrollado, así, desgana por el deseo,

hagamos nacer el gozo de la vida solitaria.

Los afortunados se pasean en los apacibles bosques,

sin causa de disputas o perturbaciones.

[86]

Grandes piedras planas les hacen casas placenteras,

refrescadas por el claro de luna que embalsama a sándalo.

la brisa del silencioso bosque y apacible los abanica,

y caminan reflexionando en el bien del otro.

[87]

Viven donde quieran, bajo un árbol, en una cueva,

en casas vacías, el tiempo que deseen.

Exentos del sufrimiento ligado a la protección o al apego,

permanecen libres y sin inquietudes.

[88]

Llevan una vida independiente, sin apego,

en un lugar desprovisto de contacto humano;

tales dichas y tales satisfacciones

son difíciles de encontrar, incluso para Indra.

[89]

Tras haber contemplado así

todas las cualidades de la vida solitaria,

hay que apaciguar las fabricaciones mentales

y meditar sobre el espíritu de Despertamiento.

[90]

Primero, hay que hacer el esfuerzo por habituarse

a la igualdad de sí mismo y otro;

puesto que ante los embates y las desdichas somos iguales,

hay que proteger a todos los seres como si fuesen
nosotros mismos.

[91]

Aunque el cuerpo tenga muchos aspectos y partes, como las manos,

cuidamos de él como si fuera una única entidad.

Así, aunque los seres vivan dichas y sufrimientos diferentes,

buscan, como yo, la dicha: somos en ello idénticos.

[92]

«-El sufrimiento que es [el] mío

no perjudica al cuerpo de otro-».

El [sufrimiento] es mío, con todo,

pues mi prensión del «yo» me lo vuelve intolerable.

[93]

Igual, aunque el sufrimiento de los demás

no recaiga, tampoco, sobre mí,

sin embargo, debo eliminarlo,

tras considerar a los otros como «yo», él debería serme
insoportable.

[94]

Como lo hago por el mío [propio], debo eliminar

el sufrimiento del otro, porque es sufrimiento.

Como lo hago por mi propio cuerpo, debo tomar cuidado

de los demás, porque son seres.

[95]

Puesto que yo mismo y los otros

somos semejantes en nuestra búsqueda de la dicha,

¿qué tengo, pues, tan extraordinario?

¿Por qué buscar la dicha para mí sólo?

[96]

Puesto que yo mismo y los otros

somos semejantes en nuestro deseo de evitar el sufrimiento,

¿qué tengo, pues, tan extraordinario?

¿Por qué protegerme y no a los otros?

[97]

«-Pero, ¿por qué protegerlos,

puesto que su dolor no me alcanza?-»

El sufrimiento de las vidas futuras, tampoco

me perjudica verdaderamente; ¿por qué preservarme de ello?

[98]

Sería una vista errada concebir

que soy yo [mismo] quien haré experiencia de ello,

puesto que la persona que muere

es otra [distinta] a la que retoma nacimiento.

[99]

«-Aquel que sufre, ¿no debiera

protegerse a sí mismo del sufrimiento?-»

La mano no sufre el dolor del pie;

entonces, ¿por qué lo protege?

[100]

«-Aunque no sea coherente,

ella lo hace a causa de la prensión de un «yo»-».

Todo lo que no es funda[menta]do para mí mismo o para los demás

debe, a toda costa, ser abandonado.


Fuente: http://sambodhi.iespana.es/

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