Existe dentro del Canon Pali del budismo un famoso diálogo entre el sabio Nagasena y el rey Milinda; en su antología de la doctrina, Buddhist Scriptures, el gran traductor Edward Conze (uno de los primeros académicos en convertirse al budismo) se basa en este reputado diálogo para exponer algunos de los principios básicos del budismo. Hacemos aquí una traducción con comentarios.
Conze incluye ahí una selección de prajna (sabiduría), “el intento de penetrar la realidad de las cosas como son en sí mismas”; según los budistas, esto nos remite al nirvana puesto que las cosas en el mundo del samsara (de la muerte y la impermanencia) no tienen realidad en sí mismas, dependen en su originación de otras cosas y así ad infinitum. Nagasena explica que el sabio se distingue porque puede ver “la impermanencia, el sufrimiento, y el no-ser”.
Nagasena, el sabio que vivió alrededor del año 150 a.C., describe el nirvana (término que se traduce a veces como “extinción” o “liberación”) como el cese del deseo que lleva al “cese del apego, del devenir, del nacimiento, del envejecimiento, de la muerte, de la pena, del lamento, del dolor, de la tristeza, de la desesperación –esto es, de toda la masa de sufrimiento”.
El sabio explica al rey que sólo dos cosas no son producidas por karma, causa o naturaleza, y esas son “el espacio y el nirvana”. Como un addendum, quizás sea útil citar lo que se dice en el Sutra Diamante (“el texto que corta toda ilusión”) sobre la forma en la que el bodhisattva alcanza el nirvana: se debe “producir un pensamiento sin soporte, un pensamiento que no tiene soporte en ningún lugar, un pensamiento que no se soporta en la vista, oído, olfato, tacto, gusto ni en objetos mentales”. Un pensamiento sin causa: que simplemente es, que no habita en ningún sitio, es independiente, y por lo tanto debe de ser idéntico al espacio mismo, que no puede separarse y del cual no se puede decir que está en algún lugar, que de hecho es vacío.
A continuación traducimos las 24 cualidades del nirvana que Nagasena enlista para el rey Milinda en una serie de símiles…
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