Meditación en la vida cotidiana
Bokar Rinpoche
Un principiante se tiene que retirar necesariamente a un lugar tranquilo, adoptar una postura específica, guardar silencio y respetar ciertas condiciones. Pero cuando se adquiere el hábito y la experiencia, uno se vuelve capaz de meditar en cualquier circunstancia: andando, trabajando, hablando, comiendo, etc. Entonces se dispone de mucho tiempo para meditar. Además en cualquier circunstancia se mantiene la mente tranquila, abierta y relajada. Esta experiencia de gozo y de serenidad es la misma meditación.
También es una experiencia de libertad. La libertad es un valor al que en nuestros días se le concede una importancia extrema. Pero aunque tuviéramos toda la libertad externa, mientras que nuestra mente siga prisionera de sus venenos [∗] y sus pensamientos, no seremos libres.
Un conductor principiante va muy tenso al volante, tiene miedo de provocar un accidente, de no saber maniobrar como es debido. En cambio cuando se va acostumbrando, es capaz, sin perder la atención en lo que hace, de hablar con la persona que está sentada a su lado. La conversación no le impide permanecer concentrado en la conducción del coche ni estar atento a la señalización de la carretera. El meditador principiante también debe estar extremadamente atento en la práctica de la meditación; después desarrolla progresivamente la capacidad de mantener la meditación ocupándose de otra cosa, hablando o trabajando. Se experimenta entonces en cualquier ocasión un gran gozo interior y una auténtica libertad.
Nota
[∗] Apego, aversión, opacidad mental, celos y envidia, y orgullo, son los cinco venenos base producidos por el aferramiento al ego.
Fuente: http://appamadanet.webs.com/index.htm