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Encontrar el Zen en el deporte

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Hangzhou, (El Pueblo en Línea)- Metido en una montaña empinada, el Templo Lingyin de 1.700 años de antigüedad se encuentra en Hangzhou, provincia de Zhejiang, y ha sido siempre un importante destino para los peregrinos en busca de tranquilidad espiritual.

Pero pocos saben que el famoso santuario budista tiene el único equipo de bádminton formal en los círculos religiosos de China, cuyos monjes han competido en torneos y ganado premios.

En abril, un equipo de cuatro monjes del templo ocupó el tercer lugar en la ronda preliminar del torneo nacional de bádminton. En la segunda ronda de la competición en la que jugaron con equipos de otras ciudades para el título del campeonato regional el pasado fin de semana, también quedaron terceros.

Yan Kong, de 31 años de edad, es el capitán del equipo y dice que el bádminton ha sido un juego muy popular para los monjes.

“Muchos de ellos son aficionados a este deporte, así que pusimos una cancha al lado del Salón de los Quinientos Discípulos en el 2005. Y en el 2009, se construyó una pista de bádminton de serie y formamos el equipo”, dice el monje.

Con un techo de cristal y un piso rectangular verde, la cancha de bádminton del templo tiene el mismo aspecto que cualquier otro gimnasio. Sólo las paredes de color caqui, que coinciden con el aspecto de la mayoría de los muros de los templos budistas chinos, y los vestidos de los monjes, dan a las instalaciones una huella de budismo.

El equipo cuenta con más de 10 jugadores que practican dos o tres veces a la semana, normalmente una o dos horas cada vez, después de haber terminado su rutina diaria, dice Yan Kong.

El debut público del equipo fue en el 2011, cuando se unieron a la Liga de Clubes de Bádminton de Hangzhou y quedaron en el tercer puesto.

“Muchos espectadores estaban curiosos. Algunos dijeron que los monjes deberían permanecer en el templo a estudiar Zen (una escuela del budismo) y meditar, y se preguntaban por qué nos presentamos”, recuerda Yan Kong.

El monje dice que jugar al bádminton es una salida para la meditación zen.

“El Zen es omnipresente en nuestra vida. Si hacemos las cosas con un corazón de Zen, estamos en un ashram sin importar dónde estemos”, dice. “Con el corazón del Zen, no vamos a ser molestados por nuestros competidores, ni perseguimos fuertemente ciertos resultados, pero vamos a disfrutar el proceso de jugar al bádminton. Esa es una parte de la meditación Zen, que no es lograr algo, sino conseguir que nuestro espíritu se purifique durante el proceso”, explicó.

Pero la mayor parte de su vida está ocupada por la religión, enfatiza el monje.

Muchos de los jugadores famosos de bádminton de China han entrenado al equipo, como Chen Gang, un jugador del equipo nacional oficial que ahora entrena en el equipo nacional de Corea del Sur.

Li Xiang, secretario general de la Asociación de Bádminton de Hangzhou, es el actual entrenador del equipo.

“Me llamaron y me invitaron seriamente a que los entrenara”, dijo Li. “Tiene mucha pasión y talento por este deporte”, agregó.

Su hija, Li-Wang Jingzi, se convirtió en la compañera de Yan Kong en la competición de dobles mixtos, ya que el equipo carecía de una jugadora mujer. “Yo siento que son tolerantes y no se preocupan mucho por el éxito o el fracaso”, dijo la estudiante de segundo año de la Universidad de Zhejiang.

El bádminton no es el único deporte estrella del templo. Zhi Zhong, el monje encargado de prensa en el templo, dice que el baloncesto y el ping-pong también son bien recibidos por los monjes. El templo alberga un concurso todos los años e incluso envía monjes al extranjero para mostrar sus habilidades con este juego de mesa chino de más de 2.000 años de antigüedad.

“La práctica física no es contradictoria con la vida religiosa”, dice Zhong Zhi.

Para muchos monjes, la pasión por el deporte se remonta a la época en que eran jóvenes.

Yan Kong se convirtió en monje en 1998 y asistió a la universidad budista de Minnan en Xiamen, en la provincia de Fujian. Recuerda que muchos de sus compañeros de clase iban a la vecina Universidad de Xiamen para jugar al baloncesto, ping-pong o al tenis. Más tarde, las aficiones fueron llevadas naturalmente a los templos.

“Tal vez se piensa que la vida de los monjes es misteriosa o estereotipada como la meditación solitaria”, dice. “En realidad, también participamos en actividades sociales”, explicó.

En el pasado, cuando la agricultura era el pilar de la economía social, los templos budistas tenían tierras de cultivo y los monjes tenían que alimentarse a sí mismos trabajando la tierra. Entonces, el trabajo agrícola jugaba el mismo papel importante como la meditación Zen, dijo Yan Kong.

Y es por eso que uno de los fundadores del Zen tenía un dicho famoso que transportar agua, acarrear leña, comer y ponerse la ropa eran parte del Zen para los monjes budistas.

Ahora, los templos de las ciudades no tienen que cultivar, por lo que los monjes pueden realizar actividades deportivas y sociales, que ayuden a enriquecer sus vidas y su meditación, dice Yan Kong.


– Fuente: China Daily




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