Kazuo Inamori es un empresario muy particular. Fundador y CEO de Kyocera, además de creador de la empresa de telecomunicaciones japonesa DDI Corporation, Inamori es además monje budista y filántropo.
Como explica en su libro “Negocios y espiritualidad”, son precisamente los principios del budismo zen los que le han permitido triunfar en el mundo de la empresa. Principios que van más allá del beneficio económico puro pero que gracias a los mismos, consiguen maximizarlo y revertirlo sobre la sociedad.
Tu motivo para triunfar
Uno de los principios del budismo zen que practica Inamori, es que el zen debe formar parte de cualquier aspecto de tu vida, incluso de algo es principio tan alejado de la religión como pueden ser los negocios y la administración de empresas.
Esta idea la refleja en su libro A passion for success en el que explica que servir nuestros propios intereses personales no es suficiente: el éxito se consigue cuando también somos capaces de alinearnos con los intereses del resto de miembros de nuestra organización.
Aspira a la perfección
Ingeniero de profesión, Inamori se describe como un “perfeccionista”. En su visión del mundo, el 99% no es suficiente: un puente cuyos cálculos sean precisos sólo al 99%, seguramente no resista el próximo terremoto, suele poner como ejemplo.
El mismo principio debería aplicarse al diseño y la planificación de nuestros productos y servicios, explica. Por supuesto es consciente de que autoexigirnos la perfección cada día, en cada una de las acciones que llevamos a cabo, puede ser una tarea titánica. Pero como en todo, si ponemos nuestro empeño, “podemos llegar a acostumbrarnos”, incorporar la “perfección” a nuestra rutina diaria es una actitud mental…
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