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La luz del mundo – Joseph Goldstein

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La luz del mundo

Joseph Goldstein

goldstein.jpgEl desarrollo de nuestra vida comienza en nuestra mente. El Buddha dijo: «La mente es la precursora de todas las cosas». ¿Qué es esa mente de la que se desarrolla la vida?

Cuando observamos de forma directa la mente vemos que es algo dinámico, que está cambiando continuamente, condicionada y vuelta a condicionar por todas esas diferentes cualidades mentales que van apareciendo y pasan por ella; cualidades como amor, miedo, rabia, alegría, atención, ignorancia y muchas más. A veces esas cualidades interaccionan entre sí de forma armoniosa, y otras la mente parece una especie de guerra de las galaxias entre los distintos factores mentales.

Vipassanā quiere decir ver las cosas claramente tal como son. Gracias a la exploración meditativa podemos experimentar, de forma íntima e inmediata, qué cualidades de la mente son precursoras del sufrimiento y cuáles nos llevan a la libertad. De ese modo, el conocimiento deja de ser una información de segunda mano; lo comprendemos directamente, por nosotros mismos. Y eso significa poder ver tanto lo que sucede en el momento como las leyes que gobiernan todo ese desarrollo, todo ese proceso de vida.

Según el Buddha, esa sabiduría subyacente y esencial de que las acciones saludables y las nocivas tienen sus correspondientes resultados es un aspecto del entendimiento correcto. Y ese entendimiento es la base de todo el Dhamma [1]. Es la fuente de cualquier tipo de felicidad. Cuando adquirimos esa sabiduría básica –saber que las acciones del cuerpo, habla y mente nos llevan a alguna parte, que son condiciones de los diferentes tipos de resultados– ganamos la posibilidad, del todo importante, de poder elegir sabiamente.

Elegimos sabiamente sencillamente porque cultivamos la capacidad de vernos a nosotros mismos con honestidad, al ver nuestro particular cúmulo de cualidades, tanto saludables como nocivas. Expresamos esta elección cuando practicamos el dejar pasar, nos abstenemos, no llevamos a la acción los pensamientos y sentimientos negativos, al saber por la sabiduría que nos causarían infelicidad a nosotros y a los demás. De igual forma, podemos elegir poner en acción pensamientos y sentimientos positivos, sabiendo con sabiduría que llevan a resultados felices. Gracias a ese entendimiento básico y correcto de que las acciones tienen resultados, podemos crear nuestra propia vida y dejar de convertirnos en víctimas o en prisioneros de nuestras pautas de condicionamiento.

Entender el papel de las leyes físicas naturales, como la ley de la gravedad o las leyes de la termodinámica, no nos resulta difícil. Pero el Buddha descubrió que también actúa una ley moral natural que influencia las experiencias de la vida. La llamó la ley del kamma, y es justamente esa comprensión de que las acciones nos producen resultados. El mismo principio lo encontramos en otras muchas tradiciones espirituales. Quizá el ejemplo mejor conocido en Occidente es el pasaje bíblico que afirma que recogemos lo que sembramos.

El Buddha identificó el kamma como la actividad volitiva. Esto es, que cada volición en la mente es como una semilla con un tremendo potencial. De la misma forma que la bellota más pequeña contiene todo el potencial de un gran roble, así, cada una de nuestras acciones volitivas contiene la semilla de sus resultados kámmicos. El resultado particular dependerá de las cualidades de la mente asociadas a esa volición. Codicia, odio y engaño son cualidades negativas que producen frutos de sufrimiento, mientras que generosidad, amor y sabiduría son factores positivos que dan frutos de felicidad.

El Buddha, a ese entendimiento de la ley del kamma –la ley de la acción y el resultado–, lo denominó la luz del mundo porque ilumina el funcionamiento de la vida y el porqué de las cosas. La sabiduría de ese entendimiento nos facilita la libertad para poder hacer elecciones sabias en nuestra vida.


Otro artículo de Joseph Goldstein publicado en Buddhachannel:

La acción compasiva


Nota

[1] Dhamma: La ley de la naturaleza; la enseñanza del Buddha.

Joseph Goldstein, «La Meditación Vipassana, La Práctica de la Libertad», Dharma, Alicante, 1998. Adaptación y nota: Alejandro P. de León, Buenos Aires, 2001. Revisión: 05-Abr-2006.




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