Según los consejos del Buda a Sigalaka, una de las seis relaciones que ha de ser honrada y respetada es la de padres e hijos. Nos da la impresión de que esto era algo sobre lo que Sigalaka ya sabía alguna cosa, puesto que él adoraba las seis direcciones, en primer lugar, por deferencia a los deseos de su padre. Mucho se podría decir sobre las obligaciones de los hijos hacia sus padres. Sin embargo, aquí me centraré en las obligaciones de los padres hacia sus hijos.
Yo no soy padre, pero ciertamente he tenido la oportunidad de observar el carácter del hecho de ser padre por medio de mi comunicación con amigos y discípulos que son padres, por medio de la observación de lo que ocurre a mi alrededor y por medio de la lectura y el contacto con la media en general. Quizá en esto sea relevante eso de él que contempla, ve casi todo el juego. Sobre la base de tal experiencia como la que he tenido –aun siendo esta indirecta- me arriesgaré a ofrecer una lista de puntos que cualquier padre budista hará bien en tener en cuenta. No voy a entrar en el tema de si uno debe o no tener hijos. Es simplemente un hecho establecido que mucha gente, incluidos budistas, los tienen, y que hay por consiguiente una necesidad de considerar como desenvolverse de la mejor manera en esta importante relación.
Las observaciones que quiero hacer –muchas de las cuales son de simple sentido común- están expresadas en la forma de quince puntos, el primero de los cuales es:
1. Recuerden que primeramente son budistas y después padres
Si son ustedes ambas cosas, budistas y padres, mejor piensen que son budistas que son padres, en vez de padres que son budistas. Hay una gran diferencia entre estas dos posturas. Diciendo esto, no estoy, ciertamente, animando a los budistas a que pongan a sus hijos en segundo lugar. No estoy sugiriendo que si quieres irte de retiro y tu hijo está enfermo lo dejes a merced de otra persona y te vayas. En absoluto. El budismo viene primero en el sentido de que es del budismo, de principios budistas, de donde sacas los principios para tratar de ser un padre, o una madre, budista y no tan sólo un padre, o una madre.
Los seres humanos tenemos en común el ser padres con casi todas las especies animales; ser padres no es un gran logro, casi todos los seres humanos lo son. Pero aunque es fácil hacerse padres, ser buenos padres es verdaderamente muy difícil y ser padres budistas lo es todavía más, ya que eso trae consigo aplicar, o tratar de aplicar, principios budistas a las relaciones con los hijos. Este punto subyace en todos los otros que quiero dar.
2. No temas enseñar a tus hijos budismo
Hoy en día hay gran cantidad de ideas confusas sobre que se debe enseñar a los hijos. Se dice con frecuencia que no debemos interferir en lo que piensen los demás; debemos alentar a la persona a que piense por sí misma. Los hijos no deben ser indoctrinados, sino que se debe permitir que crezcan con mentes abiertas, libres, casi en blanco. Entonces, cuando sean lo suficientemente mayores, ellos decidirán por sí mismos si quieren ser cristianos, budistas, agnósticos, musulmanes, hare krisnas o lo que a ellos más les llame.
Esa forma de pensar no es nada realista. Mientras cuidadosamente te abstienes de enseñarles a tus hijos budismo, te abstienes, tal y como lo ves, de indoctrinarlos, toda suerte de agentes van a trabajar mucho indoctrinando a tus hijos con valores muy diferentes a los tuyos, lo quieras o no. A los niños se les indoctrina constantemente: en la escuela o en la guardería, por medio de la televisión, de las películas, del ambiente general de nuestra sociedad. No pienses que si te abstienes de indoctrinar a tus hijos ellos serán completamente libres de elegir entre distintas cosas cuando alcancen uso de razón, cuando sea que eso ocurre (si de hecho se llega a alcanzar).
Por consiguiente, no temas enseñar a tus hijos budismo –o, mejor dicho, comunicarles algo del espíritu del Dharma. La sociedad, en el sentido más amplio, les va a comunicar toda suerte de mensajes, alguno de los cuales pueden definitivamente tener efectos negativos sobre ellos. Luego no te frenes en darles la influencia positiva del Dharma. No tienes que intentar enseñarles doctrinas budistas difíciles de comprender, como la ley del surgimiento condicionado. No tienes que hacerles leer A Survey of Buddhism en su tierna edad. Puedes empezar muy pronto enseñándoles libros con ilustraciones de la vida del Buda, o las historias tradicionales de las vidas previas del Buda. A todos los niños les gustan las historias, y es de esperar que la televisión no excluya completamente el contar cuentos en casa. Así podrás introducirles en el mundo de la cultura budista y darles algo del sentimiento del budismo.
Algo más que puedes hacer –algo más que debes, de hecho, hacer- es dar ejemplo. A medida que tus hijos crecen y empiezas a comunicarles tus valores –digamos, tu compromiso con el habla ética- es importante que tú mismo demuestres ese compromiso en tu forma de vida. Como todos los padres saben, los niños notan rápidamente las discrepancias. No hay que decir a tu hijo o hija que está mal decir mentiras y decirles cuando alguien llama a tu puerta “di que no estoy en casa”.
También comunicas algo del espíritu del Dharma a tus hijos a través del ambiente que prevalece en casa. Es importante que cuando los niños vuelvan de la escuela o de alguna otra actividad, sientan que el hogar es un buen sitio en que estar: quizás tranquilo, quizás animado y alegre, pero feliz y positivo, con un ambiente de afecto y seguridad. Quizás algún día se den cuenta que ese ambiente tiene algo que ver con el hecho de que eres budista y que meditas; pero independientemente de que vean o no esa conexión, sentirán el beneficio de vivir en un ámbito positivo.
3. Dense cuenta de que ser padres les pone frente a dificultades
No creo que necesiten los padres que se les recuerde que por ser padres están frente a dificultades, porque es caro criar a los hijos, o porque puede haber hijos difíciles, o porque se pasan noches en vela… Pero uno está frente a dificultades en otro sentido también –frente a dificultades con el mundo, en el sentido más amplio. Como padres budistas, ustedes tratan de educar a sus hijos en acuerdo con principios budistas. Pero esos principios están lejos de ser reconocidos por el resto del mundo. Le dices algo a tu hijo, pongamos por caso, pero el mundo le dice algo un tanto distinto, incluso lo opuesto.
Cualquier budista tiene que luchar para mantener de ese modo sus principios, pero como padres tienen que librar esa batalla por sus hijos, además de por uno mismo. La medida en que hay que proteger a los niños de influencias exteriores, particularmente cuando son muy pequeños, es un tema muy polémico; de todos modos sólo se les puede proteger en cierto grado. Pero es importante y útil reconocer que tratar de educar a los niños según principios budistas es un desafío tremendo, porque el resto del mundo –consciente o inconscientemente, intencionadamente o sin intención- tiene constantemente sobre ellos una influencia distinta, y sobre ti también.
4. Forma parte de la asociación de padres y maestros
Ahora llegamos a algo más específico. Tarde temprano tu hijo empieza a ir a la escuela. Mi cuarto punto es, por consiguiente: forma parte de la asociación de padres y maestros. No dejes a los maestros la educación de tus hijos durante las horas de escuela. Se podría casi decir que la educación es demasiado importante para dejársela a los maestros; de igual modo que se dice a veces que la política es demasiado importante para dejársela a los políticos. Bien puede ser que los maestros estén haciendo una labor excelente, pero ellos también están frente a dificultades –ser maestro es en cierto modo igual de difícil que ser padres.
Si tienes niños en edad escolar es, por eso, buena idea conocer a los maestros. Habla con ellos sobre tus hijos, sobre los niños en la escuela en general, discute con ellos también los problemas a que ellos se ven enfrentados como maestros. Hoy en día los maestros lo pasan muy mal. Hay más y más casos de maestros atacados físicamente por estudiantes, este tipo de cosas les hace la vida verdaderamente difícil. Si formas parte de una asociación y organización de profesores y padres puedes contribuir con ideas y sugerencias para que la escuela sea mejor para todos los niños que allí van. Puede que incluso tengas la oportunidad de llegar a ser presidente y así incluso tener la gran oportunidad de influenciar en la escuela de modo creativo y positivo.
Fuente: www.librosbudistas.com