Entrevista a Ricard Rotllant, monje budista.
–¿Qué es meditar?
-Mantener nuestra mente completamente enfocada en una sola cosa.
–¿Durante cuánto tiempo?
-El que queramos.
–¿Con qué objetivo?
-Superar estados mentales burdos y recuperar el estado mental sutil.
–¿Qué es un estado mental burdo?
-Aquel en el que la mente está conceptualizando lo que recibe a través de los sentidos físicos. El sutil es el estado natural de la mente. Lo tenemos todos, pero de entrada no sabemos conectar con él.
–No lo comprendo muy bien.
-Un ejemplo. A través de mis ojos llega una imagen al cerebro, mi cerebro la transmite a la mente, y en la mente se produce un concepto: me gusta, no me gusta. La mente burda es esa: la que trabaja conceptualizando a cada instante.
–O sea, que todo el día funcionamos con la mente burda.
-Pues sí, demasiado. A no ser que practiquemos meditación.
–¿Se puede meditar solamente un minuto?
-Sin duda. La mente se puede enfocar un minuto en una sola cosa. Mi intención es tratar de hacer llegar al máximo de gente posible, a través de la radio, el poder de la meditación para alcanzar la felicidad. La meditación es una técnica precisa y rápida para alcanzar la felicidad.
–¿Más que el yoga?
-Son la misma cosa.
–El yoga sería meditación en movimiento.
-Sí, exactamente. Cuando hacemos yoga hacemos meditación, y cuando practicamos meditación desde la mente trabajamos el cuerpo. Es muy diferente de la gimnasia normal. Mientras hacemos gimnasia podemos mirar la televisión o pensar en la compra del súper, y la mente va por un lado y el cuerpo por otro. Eso no sucede en el yoga. Si se practica bien, el cuerpo y la mente van al unísono.
–¿Podemos meditar paseando?
-Sí, hay prácticas específicas. Se trata de observar cada paso que damos de forma consciente. No tener la mente en otro lugar mientras caminamos.
–¿Y se puede meditar en el metro?
-Por supuesto. Un maestro del Tíbet explicaba que a veces envía a sus discípulos al mercado, o a sitios donde hay mucha gente, para comprobar el nivel de concentración que han adquirido durante la práctica en su retiro. Si estás en el metro y tu mente se va, arrastrada por los sonidos y las imágenes de la multitud, mal asunto.
–¿Y en un atasco?
-Aproveche los atascos para meditar. Son una magnífica oportunidad. ¡En un atasco de tráfico no se puede hacer otra cosa mejor! Si generamos enfado o ira, nos perjudicamos a nosotros mismos, y a la larga podemos enfermar. Ponga la espalda recta, relájese y medite.
–¿Y en qué me concentro?
-Por ejemplo, en un objeto que cuelgue del retrovisor. Lo mira, lo recuerda, y después lo visualiza con los ojos cerrados.
–¿Y la respiración?
-Es la base. Parece muy sencillo, pero concentrarse en la respiración es difícil.
–A veces, meditando, me duermo.
-Puede pasar. Es porque no tiene la mente demasiado trabajada.
–¡Muchas gracias!
-No se preocupe, suele ocurrir. Durante la meditación pueden surgir varios obstáculos: los más importantes son el sopor y lo contrario, la excitación, la incapacidad de tener la mente concentrada en una sola cosa. A veces la mente es como un elefante llevado por un mono.
–Cuando alguien medita ¿es feliz?
-Sí, porque está en el camino que le llevará a trascender todos sus problemas básicos.
–¿Qué experimenta usted?
-Gozo profundo, paz, calma. Me siento libre de la cárcel egótica, muy abierto y liberado.
–¿Cuánto se tarda en llegar hasta este punto?
-Un buen meditador tarda poco, pero hay que entrenarse hasta llegar ahí. La mente es una musculatura y hay que entrenarse como cuando se va al gimnasio. Al principio recomiendo meditar poco rato; después ya estaremos más tiempo.
–¿Qué postura es más adecuada?
-La que favorezca que el cuerpo no sea ni una distracción ni un estorbo. Si nos sentamos de una forma correcta, con las piernas cruzadas y la espalda muy recta, pero nos duelen las rodillas, no meditaremos bien. Es recomendable estar cómodo, tener la espalda lo más recta posible para que las energías fluyan correctamente, y así la mente se estabilizará más. Si relajamos el cuerpo, es más fácil relajar la mente.
Autor: Gaspar Hernández
Foto: Martí Fradera
Fuente: www.webislam.com