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Dormir como un buda: ¿el sueño del despertar?

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Bouddha sur son lit de mot, avant d'entrer dans le Paranirvana
Bouddha sur son lit de mot, avant d’entrer dans le Paranirvana

Los budas son humanos. Nace, viven, comen, duermen y mueren como todos nosotros. Pero, cómo es su sueño, ¿duermen, meditan?

Así como ciertas personas duermen el sueño de los justos, ¿se puede dormir como un Buda? ¿Qué lugar debemos darle al sueño en una ascesis? ¿El sueño es una ayuda o un obstáculo para el Despertar?

Es difícil avanzar por un camino tan delicado como el del sueño.

No conocemos muchas cosas sobre el rol del sueño. Dormir es más que un alto en la vida cotidiana, ya que su ausencia procude numerosas perturbaciones fisiológicas y psicológicas. Uno de cada dos franceses afirma padecer falta de sueño y sentir los efectos negativos sobre su vida.

La falta de sueño influye en nuestro sitema nervioso, disminuye nuestra capacidad de concentración y de memorización, genera cambios de humor, agresividad o letargo.

¡Demasiados obstáculos para meditar!

Algunas pistas

Cuando se impone una falta de sueño artificial, los científicos no saben siempre qué es lo que conduce a la muerte. ¿Se trata del estrés producido por la experiencia o se trata realmente de las consecuencias de la falta de sueño? Dormir parece más importante que la comida. La muerte por falta de reposo sobreviene antes que por ayuno absoluto.

Incluso si los científicos insisten en que una insuficiencia de sueño baja las defensas inmunitarias, aumenta las enermedades cardíacas, la diabetes, la obesidad y los riesgos de padecer cáncer… no se puede afirmar que esos males sean así de fuertes en una persona que practica la meditación: la reducción de estrés por la práctica meditativa puede evitar sus efectos negativos. Numerosos budistas o yoguis están convencidos.

¿Es posible que se beneficien de la acción del sueño que repara las neuronas dañadas disminuyendo y les ayuda a regenerarse, disminuyendo los perjuicios del estrés y de las perturbaciones emocionales? La paz engendrada por estas prácticas, la disminución de las emociones perturbadoras podrían compensar los efectos negativos de la falta de sueño.

La insuficiencia de sueño conlleva problemas de discernimiento, de juicio y de atención.

Es difícil imaginar una práctica del depertar apoyándose en la falta de sueño.

Entonces, ¿por qué algunos grandes meditadores durmiendo muy poco o nada pueden continuar concentrándose y desarrollando aptitudes mentales excepcionales?

Todo depende de si nuestro organismo tiene necesidad de reposo o de sueño.

No está probado relamente que el ser humano tenga necesidad de dormir.

Un reposo neuronal podría ser suficiente.

Los practicantes centrados en una ecomía de tensiones musculares y orgánicas, en un soplo respiratorio sutil, en una pureza de intención consumiendo menos fuerzas, pueden, en el corazón mismo de la meditación, continuar a practicar en un estado de frescor psicológico y mental.

Siguiendo el Óctuple sendero (visión justa, pensamiento justo, palabra justa, medios de existencia justos, atención justa, concentración justa), el meditador actúa entre la fuerza y la relajación, el esfuerzo y el reposo, y puede avanzar sin lesión con un poco de sueño. Algunos grandes meditadores evolucionan en una práctica donde el tiempo de vigilia y el del reposo se entrelazan estrechamente.

Para dormir como un buda, comencemos durante la jornada por simplificar nuestra vida gastando menos energía. Consumamos menos fuerzas dispersas. Cuando nos acostemos, pidámosle a nuestro cuerpo que se detenga, que deja escapar el cansancio al suelo. Enseñémosle el reposo. Si el sueño nos sorprende, dejémosnos llevar. Si el sueño no llega, continuemos sintiendo nuestro cuerpo descansar. Como en Yoga Nidra, permanezcamos conscientes de nuestro cuerpo adormecido. Estaremos, por supesto, muy lejos del sueño de buda, pero nos abrimos a un gran campo de experimentación.

En espera de vuestro sueño de buda, os deseo un profundo reposo.


Alain Delaporte-Digard




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