Madrid, 29 sep (EFE).- Tras el anuncio ayer de que su película «También la lluvia» representará a España en los Óscar, Icíar Bollaín ya tiene entre manos un nuevo proyecto en el que cambiará Bolivia por Nepal para «inspirarse no basarse» en la vida de «Vicky Sherpa», la maestra catalana que llevó sus enseñanzas al Himalaya.
Victoria Subirana (Girona, 1959) se convirtió en «Vicky Sherpa» cuando se casó con un ciudadano nepalí de esta etnia. Había llegado a Katmandú inspirada por la literatura de Lobsang Rampa y Hermann Hesse en 1988 y allí descubrió que su profesión, la de maestra, tenía mucho más sentido debido a unos índices de analfabetismo del 80%.
«Tiene una pedagogía que desarrolló ella, en la que no sólo trata de enseñar a leer y escribir, sino también impulsar una especie de crecimiento personal», explica a Efe Icíar Bollaín, que traslada su mirada siempre discreta, siempre sensible y siempre comprometida a la vida de esta mujer, que escribió su biografía bajo el título de «Una maestra en Katmandú».
El universo femenino, a excepción de en «También la lluvia», ha sido uno de los ejes de su filmografía. Desde las inmigrantes que germinaban como «Flores de otro mundo» en un pequeño pueblo español, hasta las «mataharis» que dan nombre a otra de sus cintas, pasando por la mujer maltratada de «Te doy mis ojos».
Ahora, con Victoria Subirana, «una mujer muy corajuda» cuya labor en Nepal sigue en activo y quien ha recibido amenazas por parte del gobierno nepalí, retrata «la idea de que la educación puede servir para el cambio social», según la realizadora, puesto que al crear escuelas de elite gratuitas para los más desfavorecidos, rompió el estatismo social nepalí.
«Hay un sistema de castas en Nepal que, aunque está prohibido, sigue presente y los niños de las castas más bajas sienten que tiene menos derechos», explica Bollaín.
«Vicky Sherpa» está todavía construyendo sus cimientos, algo normal si se tiene en cuenta que «También la lluvia» acaba de terminarse y no llegará a las salas de cine comerciales hasta el 7 de enero. «Básicamente, está todo en el aire», reconoce la realizadora. Incluso el título es todavía provisional.
Pero a pesar de que no sale del cine de personajes, que es lo que más le gusta y lo que se le da bien, Bollaín parece que ha perdido el miedo a los grandes retos. Con «También la lluvia» rodó el primer guión que no había escrito ella misma y también grabó en el extranjero.
Y ahora, «después de filmar en Bolivia me he dicho: ‘Sí, se puede rodar fuera, es apasionante y enriquece mucho la historia'», explica tras un primer viaje para llevar a cabo las localizaciones.
«Me propuso la historia el productor Larry Levene, y me tiré a la piscina», detalla.
En esa piscina -que tiene un presupuesto inicial de 3,5 millones de euros-, Bollaín nadará entre el naturalismo y el lirismo. «Es una historia realista porque está inspirada en cosas que han sucedido, se va a rodar en escenarios naturales y con actores de allí», explica, «pero también tiene su parte de poesía», reconoce.
Y es que en Katmandú es difícil escapar de lo espiritual. «Lleva muchos años siendo un destino para mucha gente. No es que esté masificado pero hay mucha presencia de turistas», asegura.
«Tiene rincones medievales y te das cuenta de que eso es así desde hace muchos, muchos años. Allí la vida te da la impresión de que es exactamente como era entonces», asegura.
Y aunque todavía no quiere hablar del rostro que interpretará a «Vicky Sherpa», si puede adelantar que, muy a su pesar, esta vez no podrá trabajar con su actor fetiche, Luis Tosar. «No veo meterlo, pero si pudiera…», concluye.
Autor: Mateo Sancho Cardiel
Fuente: EFE