El Tíbet, la altiplanicie china que aspira al autogobierno liderada por el Dalai Lama, es un gran desconocido en muchas partes de Europa, por lo que la muestra ‘Tiempo para el Tíbet’, que se presenta hasta el 19 de septiembre en el Museo de Antropología de la ciudad alemana de Leipzig, despierta interés.
El arte, la cultura y la medicina del Tíbet son por unos días los protagonistas de esta exposición que pretende acercar a los alemanes a las creencias budistas o a la medicina natural, explicó el director general de la asociación de museos estatales de Dresde -al que pertenece la institución de Leipzig-, Martin Roth.
Los objetos de la muestra fueron puestos a disposición hace tiempo por el tibetano Geshe Gendun Yonten, que vive en Alemania, y es fundador del centro de cultura budista de Hannover.
‘Para nosotros es un gran honor y es un importante tema para el futuro’, consideró Roth.
En la muestra pueden verse antiguas y modernas figuras del Buda, piezas artísticas, recipientes con los que se hacen sonidos, medicinas naturales o cuadros religiosos llenos de color, conocidos en el Tíbet como Thankas.
En una esquina dedicada únicamente a la medicina, los visitantes podrán experimentar como las bolitas conocidas como ‘De Mug’ ayudan a combatir el malestar y los mareos, mientras el ‘Mu Tik 25’ actúa contra el dolor de cabeza.
Además, dos monjes budistas que viajaron a Alemania con motivo de la exhibición, mostrarán en directo cómo se hacen los Mándala -diagramas o representaciones simbólicas complejas del budismo- en el suelo de la sala de exposición a partir de arena de colores.
El Tíbet es una región autónoma del suroeste de China, situada en el Asia Central, cuya capital es Lhasa. A más de cuatro mil 500 metros de altura, está rodeada de las cordilleras de mayor altitud de la Tierra.
Desde la invasión por parte de China en 1949 y el posterior levantamiento nacional tibetano 10 años después y su consiguiente represión, el líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama, tuvo que huir con sus allegados y otros refugiados en busca de asilo político. El gobierno tibetano en el exilio se encuentra en India.
Mientras, el Dalai Lama sigue buscando el apoyo de la ONU y de otros miembros de la comunidad internacional, cuyo apoyo suele traducirse en un choque con las autoridades chinas.
La recepción en Alemania del Dalai Lama por parte de la canciller federal Angela Merkel en 2007 desató la tensión con China, que no se calmó hasta este año, en julio, cuando Merkel visitó China.
Desde el fin de la revolución cultural china, la cultura tibetana ha sido promocionada de forma imparable. Libros y periódicos pueden comprarse escritos en lengua tibetana y existen varios canales de radio y televisión en ese idioma.
Fuente: www.informador.com.mx
