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Tertulias cristiano-budistas (1/2)

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ES115066.jpgExtractos del libro El Dharma y el Espíritu, Conversaciones entre un budista seglar y un católico jesuita.

Suzuki Kotaró. El fundador de nuestra Asociación Budista Koseikai, Niwano Nikkyo (observador en el Concilio Vaticano II) anhelaba el despertar de la humanidad entera a la fe. Que elevemos el corazón a Dios, a Buda. o a Alá. Si tuviéramos ese espíritu, vendría la paz al mundo.

Juan Masiá. Eso lo pueden decir mejor en japonés que en español. Me gusta la expresión shûkyo-shin. Shûkyo es religion y shin significa corazon. Shûkyo-shin es el corazón, núcleo, meollo o entraña de la religiosidad, es decir, la espiritualidad. Shûkyo seria la religion institucional, histórica, sociológica. Su fundador, el maestro Niwano anhelaba suscitar espiritualidasd. Pero si miramos las religiones -instituciones-, han traicionado a menudo la religiosidad.

S. Por eso cuando hablamos de dialogo interreligioso aspiramos a despertar juntos a lo hondo de la religiosidad, fuente de las religiones. Es la premisa de los encuentros.

M. Sin ella, el dialogo sólo es reunion de salón o torneo teórico.

S. Pero de la fuente de la espiritualidad brota agua de salvacion.

M. Ha dicho usted una frase que recuerda la Biblia. “Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación”. (Is 12, 3).

S. Bien, pero permítame un chiste malo. En España, ¿sacan solamente agua de esa fuente o también vino?

M. La Biblia dice que el vino alegra el corazón humano. Una marca de vino lleva en latín la etiqueta de aqua vitae.

S. Los monjes budistas, cuando bebían vino, lo justificaban como “agua de sabiduría”.

M. Por eso usted ha fomentado la sabiduría de nuestro grupo en año nuevo brindando con sake .

S. Y usted nos devolvió la cortesía con un vino de Cádiz. Algún día iremos a probarlo allí, mientras estudiamos juntos las tres culturas.

M. Que sea pronto. Pero volvamos al tema. La espiritualidad, fuente de salvación, nos hace confraternizar.

S. Los cristianos dicen que son hijos de Dios. Los budistas decimos que somos hijos de Buda. Hijos del mismo padre, hermanos y hermanas, hemos de querernos y ayudarnos. No hay religiosidad auténtica sin compromiso compasivo. En japonés, se dice jihi, misericordia, palabra clave budista, semejante al amor al prójimo del cristianismo.


M. ¿Por dónde comienza usted a explicar su espiritualidad?

S. Por el acto de confianza antes de recitar los sutras: Me encomiendo, abandono y refugio en manos del Buda, de su enseñanza y de la comunidad.

M. ¿Qué es lo esencial de esa enseñanza?

S. Vivimos engañados. Necesitamos despertar, dejarnos iluminar, escuchar al Dharma.

M. ¿Y qué es o quién es el Dharma?

S. Actividad que da vida a todo, energía que hace vivir, el aire que respiro.

M. Pero nos dicen que el budismo es enseñanza sobre el sufrimiento y camino para librarse de él.

S. Ese fue el primer sermón sencillo del Buda. Abrir los ojos con lucidez a la realidad del dolor, salir del engaño e ignorancia radical para percatarse de que la desorientación de nuestros deseos está incrementando continuamente ese lado oscuro de la vida. Pero no hay que quedarse ahí. Por debajo de la ignorancia radical (no sé si se parece a lo que ustedes llaman mal original), hay que descubrir la bondad original, lo mejor de nosotros en el fondo del fondo. La ceguera original es el lado oscuro de la realidad. Pero el verdadero rostro de la realidad es luz y vida. Lo negativo es el contraste, como en el claroscuro de una pintura.

M. Decía Kant que el invidente de nacimiento no tiene idea de tinieblas.

S. Buena imagen. La luz, no la produzco, se me da. En el Sutra de los Sentidos innumerables el Buda, como sol y luna, proyecta luz de vida sobre todo el mundo..

M. En el Evangelio, el Padre y Madre del cielo envía lluvia y sol sobre buenos y malos.

Parte 2


El Dharma y el Espíritu. Masiá Clavel, Juan; Suzuki, Kotarô. Ed. PPC, 2008

Fuente: Vivir y pensar en la frontera (Blog de Juan Masiá)

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