Delante de la mezquita, Abdul Salam se aproxima timidamente hasta el puesto donde se recogen fondos y entrega 200 rupias, su salario de un día como conductor. En Leh, se ha lanzado una llamada urgente a la ciudadanía para los sin techo amenazados por la llegada inminente del invierno.
Como Abdul Salam, la población de la principal ciudad de Ladakh, región de la Cachemira india golpeada por las excepcionales lluvias monzónicas, intenta ayudar en la medida de sus posibilidades a las 800 familias que lo han perdido todo por las avalanchas de barro.
La asociación de la comunidad musulmana de Leh ha instalado un puesto en el corazón de la ciudad y los voluntarios se relevaban para introducir en pequeñas bolsas los caramelos enviados por los urbanitas de Nueva Delhi y destinados a los 2.000 niños que están en la calle. Hay 5.000 damnificados en la ciudad.
Llamamiento al Gobierno
«En cinco días , hemos recogido 500.000 rupias (unos 8.000 euros), 300.000 solo el viernes, día de la plegaria musulmana», se felicitó Nissar Ahmad, voluntario de la asociación que puntualiza: «Durante el Ramadán, la gente piensa que su deber es ayudar a los otros». A cien metros de la mezquita, un templo budista también ha colocado un puesto delante de un cartel que señala: «Por favor, ayudadnos».
«El principal desafío es la reubicación de la población desplazada porque tenemos el tiempo limitado», argumenta el líder de la asociación budista de Ladakh, P.T. Kunzang, para añadir: «En un mes hará frío y es trabajo del Gobierno actuar».
Fuente: www.elperiodico.com
