1.- Ofrecerles nuestro apoyo y nuestra ayuda práctica en las labores de la tierra, en los negocios y en otras ocupaciones, siempre y cuando no vaya implícita ninguna acción perjudicial.
La mayoría de las personas no disponen de un modo de vida independiente y necesitan trabajar para vivir. Podemos ofrecer nuestro consejo en lo que se refiere al modo de ganarse la vida y de incrementar y cuidad de sus beneficios empleando medios éticos. Podemos ayudar y apoyar a los que están sufriendo, por ejemplo, a los enfermos, donándoles medicamentos y cuidándoles. Ayudamos a los discapacitados de cualquier forma que podamos: enseñando a las personas con problemas auditivos el lenguaje de signos para que puedan comunicarse; guiando a los ciegos, enseñándoles el braille, comprándoles un perro que les guíe o pagando su adiestramiento. Podemos ayudar físicamente a los discapacitados o inventar mecanismos que les ayuden a superar su discapacidad. Hay muchas cosas que podemos hacer una vez somos conscientes de las posibilidades.
2.- Ayudar a los que están confundidos sobre los medios que han de utilizar, especialmente en su búsqueda de felicidad.
Pueden estar experimentando infelicidad y dolor como resultado de acciones erróneas. Haciendo uso de nuestra destreza, tratamos de ayudarles a reconocer que los responsables de sus sufrimientos son sus propias acciones y que, si quieren evitar la infelicidad y el dolor, tienen que dejar de crear sus causas.
Evidentemente, no podemos acabar con su sufrimiento como si extrajéramos una astilla, pero quizá podemos ayudar a disminuirlo y evitar que hagan lo que les traería sufrimiento en el futuro.
3.- Ser útil a los demás.
Esto se refiere, particularmente, a recibir y dar la bienvenida a los forasteros de un modo cordial y amistoso, proporcionándoles comida, alojamiento, guía o asistencia de la forma más respetuosa y agradable que podamos
4.- Ayudar y proteger a los que viven con temor.
Existen muchas maneras de rescatar y proteger a los animales de morir devorados, quemados o ahogados. Podemos reconfortar a la gente que tiene miedo y aunque no podamos liberar a los que se encuentran en la cárcel y están sometidos a la tortura o, dicho de otro modo, a los que están en peligro, podemos contribuir de diversas formas con organizaciones que trabajan por sus derechos y su libertad
5.- Consolar a los afligidos
Pueden estar afligidos por la pérdida de sus padres, hijos, compañeros, seres queridos, que les han ayudado o por la pérdida de sus posesiones o de su país. La tristeza no siempre es evidente; puede estar profundamente arraigada o permanecer oculta
6.- Ayudar a los necesitados satisfaciendo, por ejemplo, sus necesidades básicas.
No obstante, hay muchas personas que sufren la pobreza espiritual; les gustaría practicar la meditación para producir en ellos un cambio interno, pero no saben como hacerlo y no tienen a nadie a quien dirigirse para recibir un consejo fidedigno. Aunque no nos encontremos en posición de aliviar la pobreza material de muchas personas, podemos enseñas a los demás la verdadera práctica espiritual, lo cual tiene efectos de alcance muchos más amplios. Puede cambiar sus vidas, afectar su futuro y sus relaciones con los demás.
7.- Ayudar a los que buscan un maestro espiritual aceptando la tarea de enseñarles, no para obtener fama, respeto o recompensa, sino motivados por un deseo sincero y compasivo de ayudarles.
Intentamos ayudarles materialmente procurándoles un modo de vida y compartiendo con ellos lo que tenemos. Después les enseñamos a desarrollar la estabilidad mental contrarrestando las emociones perturbadoras individuales, a transformarse mediante la comprensión del camino medio y a evitar o eliminar el orgullo que se basa en el concepto erróneo de que han obtenido logros o resultados espirituales que no han alcanzado.
8.- Ayudar empleando métodos que concuerden con el modo de pensar de los demás.
Hemos de considerar las disposiciones, los intereses y las capacidades de los demás cuando les ayudamos, pero solo deberemos convenir con sus deseos cuando su consumación proporcione un bienestar tanto temporal como último. A veces, nos veremos obligados a dar un consejo que se oponga a sus deseos inmediatos si esto les va a conducir finalmente a la felicidad.
9.- Apoyar y animar a los que están implicados en buenas obras, a los que tienen fe, a los que estudian las enseñanzas o practican la generosidad o la disciplina ética o cultivan la sabiduría o el esfuerzo entusiástico.
Podemos hacer esto recordándoles los excelentes resultados que traerán sus esfuerzos. La disciplina ética y la generosidad conducen a renacimientos favorables y a la prosperidad. La sabiduría adquirida escuchando, reflexionando y meditando es la llave de la liberación. La fe y el esfuerzo entusiástico son tan esenciales para el logro de un renacimiento favorable como para la liberación. Ofrecemos nuestro apoyo a los que se sienten desanimados y en peligro de abandonar el bien que están haciendo y tratamos de ayudarles a superar los obstáculos de su camino.
10.- Dirigir a los que están equivocando el camino, a volver al camino correcto.
11.- Utilizar poderes milagrosos para ayudar a los demás.
Esto no se puede hacer a menos que poseamos diversas formas de percepción superior, que dependen del desarrollo de la quietud mental.
Del libro: Una luz en el camino de Dimpakara Atisha (982 – 1054)
Fuente: budismotibetano.net