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Larepas, los pintores de Buda

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dampa.jpgLos pintores de thangkas realizan sus obras totalmente a mano, utilizando como soporte el papel, la seda y diversas telas. El resultado son pinturas que, transcurridos mil años, conservan aún todo su brillo. Debido a su amplitud temática, los thangkas son considerados como una historia viva del Tíbet. Transmitida de generación en generación. Este arte ha sido heredado por varios maestros en la región autónoma del Tibet. Uno de ellos es Dampa Rabten, profesor de 67 años de la Universidad del Tíbet.

Entre los tibetanos, los pintores de thangkas suelen conocerse como larepas, es decir, personas que saben pintar imágenes de Buda y de Dios. El oficio de larepa se transmite de padres a hijos, de maestros a discípulos, y entre los monjes de las lamaserías. No obstante, Dampa Rabten heredó esta arte por otra vía. Su abuelo, llamado Tsering, fue un pintor muy allegado al XIII Dalai Lama; y su padre, Kelzang Norb, era diseñador artístico. Influido por el ambiente familiar, desde muy niño Dampa Rabten sintió una fuerte inclinación por la pintura. A los 11 años ya dominaba todas las técnicas de la pintura tradicional tibetana, así como el arte de elaborar los pigmentos. Buena prueba de sus dotes era su capacidad de pintar en la uña de su dedo meñique complejas figuras de árboles, montañas, lagos, ríos, personas, pájaros y otros animales.

Cuando Dampa Rabten tenía 15 años, su padre lo envió al monasterio de Sera, donde ingresó como discípulo del ilustre monje Champa Ngawang. Allí, el joven estudió sistemáticamente la lengua tibetana, la doctrina lamaísta y el arte de la pintura. Kelzang Norb esperaba que su hijo llegara a ser un monje prominente. Pero tres años después, Dampa Rabten abandonó el monasterio. Sin embargo, como él mismo explica, este período de estudio le sirvió para adquirir una sólida y profunda base técnica y artística:

“Los conocimientos y la experiencia que adquirí en el monasterio tuvieron una importancia decisiva en el desarrollo de mi carrera artística. Los conocimientos teóricos no solo me permitieron conocer de forma sistemática la historia, las técnicas, las escuelas y otros aspectos de la pintura de los thangkas, sino que me han servido de rica fuente de inspiración”.

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Al referirse a las vías de transmisión de las técnicas y el contenido de su arte, Dampa Rabten, que siempre ha vivido rodeado de este tipo de pinturas, no puede evitar suspirar emocionado. En su opinión, a lo largo de la historia del Tíbet ha habido varios maestros de la pintura. No obstante, algunos de ellos, a pesar de dominar la teoría, no supieron pintar. De ahí que resulte tan difícil llegar a ser un verdadero maestro en el arte del los thangkas:

“Por ejemplo: en la transmisión de maestro a discípulo, solo se presta atención al aprendizaje práctico de las técnicas, pasándose por alto los conocimientos teóricos. Este procedimiento impide el desarrollo de la pintura. En tiempos del gobierno Gaxia, el que dirigía el Tíbet feudal, los pintores pertenecíamos a una asociación compuesta por unos doscientos miembros; los pintores de thangkas no llegábamos al centenar.”

La Universidad del Tíbet se fundó oficialmente en 1985. Al crearse la Facultad de Bellas Artes Tibetanas, Dampa Rabten comprendió que tenía el deber ineludible de incorporarse a ella como profesor de pintura tradicional. Así fue como el arte de los thangkas, la pintura tradicional tibetana por excelencia, se convirtió en una disciplina universitaria.

Dampa Rabten provenía de una ilustre familia de pintores, pero carecía de experiencia en la enseñanza de la pintura tradicional tibetana como disciplina universitaria. Por lo tanto, el desempeño del puesto de profesor universitario entrañaba para él un gran reto. Sin embargo, valiéndose de su sólida base teórica y su prolongada experiencia práctica, empezó a buscar una metodología didáctica adecuada al sistema educativo moderno y a elaborar un exhaustivo plan de estudios. En 1996, Dampa Rabten redactó el libro La pintura tibetana, obra en la que agrupó las técnicas pictóricas autóctonas en cinco escuelas, rompiendo así los esquemas teóricos de la pintura tradicional tibetana.

thangka_negro.gif“Creo que esta ruptura fue un primer paso necesario para proteger e impulsar un florecimiento sin precedentes de nuestra valiosa cultura. Ahora, mis alumnos, además de ser hábiles pintores, poseen profundos conocimientos sobre el desarrollo histórico del arte de los thangkas, sus diversas escuelas y sus respectivas características. Además, la Universidad del Tíbet imparte actualmente cursos de licenciatura y de maestría, y ya ha solicitado poder impartir cursos de doctorado. Todo ello nos permite ser muy optimistas con respecto al futuro del arte de los thangkas, lo que me hace sentir muy contento.”

A medida que el Tíbet se abre más y más al exterior, y el deseo de acceder a su cultura espiritual se generaliza, los thangkas están convirtiéndose en una de las técnicas tibetanas más solicitadas por jóvenes que desean difundir su cultura.

El profesor Dampa Rabten, es uno de los tantos cultores de este arte milenario de la cultura del Tíbet que ha protegido y trasmitido los Thangkas para conocimiento del mundo occidental.


Fuente: muzderauli.wordpress.com

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