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Arte budista – El vajra

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Arte budista

Vajra, China, siglos XV –XVI

Le vajra

Ya presente en la literatura más antigua de la India, el vajra se distingue en el universo simbólico asiático por su impresionante perennidad y por el prestigio desigual con el que ha sido apreciado según las épocas y los diferentes contextos religiosos. Si todo su poder en el universo brahmánico ha declinado con el del dios Indra, su prestigio en el seno del budismo no ha cesado de crecer y su identidad simbólica de enriquecerse. El vajra se ha convertido, también, en emblema del budismo tántrico que se desarrolla especialmente en las regiones del Himalaya.

El término vajra significa rayo o diamante. A1quello que se reviste con las cualidades del vajra es duro, duro como el diamante, diamantino, indestructible, indivisble.

Vajra, Camboya, siglo XIV estilo Post-Bayon (1250-1431)
Vajra, Camboya, siglo XIV estilo Post-Bayon (1250-1431)

Durante largo tiempo tuvo un lugar discreto en las fuentes budistas, es con el desarrollo de los textos del Mahayana que progresivamente se contruye la autoridad simbólica del vajra. Los personajes sagrados portadores del vajra se multiplican y la identidad del vajra se dibuja poco a poco. Al principio, el vajra es descrito como una energía radical aniquilante del error de las percepciones habituales y de todas las expresiones de la dualidad. Es, también, el signo de la no dualidad, de la vacuidad, del vacío, como noción clave del pensamiento budista. « El vacío que es la esencia inmutable, indestructible, imposible de reducir, de consumirse, es nombrada vajra.». En algunos textos finalmente, el vajra no designa una única y sola identidad : « Lano dualidad, la suprema, consciencia del despertar, el vajra, el Vajrasattva, el totalmente iluminado y la iluminación, (…) encarnación de todas las perfecciones. » Yogaratnamâla

Vajra, Nepal

Designado como un absoluto, un símbolo supremo en bastantes textos, es utilizado en los rituales tántricos en doblete con la campana. La campana representa el principio femenino, la perfección de la sabiduría ; el vajra, principio masculino, representa las prácticas, los procedimientos hábiles (upâya) utilizados por los guías espirituales para conducir a los fieles hacia la realización.


Fuente: www.guimet.fr

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