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Cuatro clases de apego – Ven. Ajahn Buddhadāsa

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Cuatro clases de apego

Ven. Ajahn Buddhadāsa

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Los objetos del apego son numerosos, además de sutiles y profundos. Con esto quiero decir que son difíciles de ver, oír y entender. Sin embargo, podemos identificar cuatro clases o modos de apego. La primera categoría comprende todos los objetos materiales valorados por la sensualidad (kāma), como posesiones, artículos de primera necesidad, gemas, alhajas, oro y dinero; o, en otras palabras, las cosas que vemos, oímos, olemos, saboreamos, tocamos y pensamos. Estas son las bases de la sensualidad y la sexualidad. Son los objetos del apego a la sexualidad.

Las otras tres categorías son objetos del apego inmateriales. La segunda categoría consiste en nuestras opiniones, creencias, perspectivas y teorías incorrectas. Son las cosas que no podemos comprender, que quizá no podamos conocer, pero que, debido a la ignorancia (avijjā), las aceptamos y nos apegamos a ellas. Tenemos muchas de esas opiniones y visiones incorrectas.

La tercera categoría incluye las actividades y prácticas tradicionales que observamos. Todas ellas, tanto las religiosas como las seculares, son supersticiones. Hay muchas de esas costumbres con las que nos identificamos.

La última, y la más importante de todas, es la categoría que comprende todas las cosas a las que nos apegamos como si fueran «yo» o «mío». Estas cuatro categorías de apego principales abarcan todas las cosas a las que nos aferramos. Obsérvenlas y comprendan el dolor y el sufrimiento de apegarse a ellas. Comprendan la importancia de no apegarse a ellas. Examinen continuamente cada clase de apego con cada inhalación y exhalación. De esta manera nos vamos liberando de ellas en un soltar automático. Libérense de los objetos del apego. Suéltenlos, suéltenlos, suéltenlos.

Cuando examinamos el Cristianismo, vemos que comparte esta inquietud acerca del apego. De hecho, el símbolo más importante de la Cristiandad, la Cruz, enseña el «yo» (la vertical) y la remoción del «yo» (la transversal). Esto simboliza la disolución del apego. Todas las religiones concuerdan en su meta principal: la erradicación del apego a «yo» y «mío». Esta es la práctica más alta y sublime. Remueve aquellas dificultades fundamentales –el egoísmo en particular– que son la fuente de todos los problemas. Al cortar el egoísmo, los problemas terminan. Debemos interesarnos en la práctica de soltar todas las cosas. Soltar las cuatro clases de apego es lo mejor que podemos hacer.


Buddhadāsa Bhikkhu, «Mindfulness with Breathing», Wisdom Publications, Boston, 1997. Traducción: Alejandro P. de León, Buenos Aires, 2003. Corrección: María Isabel Zapico. Revisión: 17-Nov-2007.

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