Inicio Budismo El diario de Dharamsala – Por Thubten Samphel

El diario de Dharamsala – Por Thubten Samphel

64
0

EL DIARIO DE DHARAMSALA

Por Thubten Samphel

lunes, 27 de abril de 2009

Dharamsala
Dharamsala
El gobierno chino se convenció de que ha “liberado” a Tíbet. Para llevar a casa esta convicción y al resto del mundo ha comprado páginas de publicidad en periódicos desde Malawi a India para declarar las buenas nuevas del día de la liberación de la servitud de Tíbet. En Tíbet, las autoridades intentaron directamente con el soborno de manera que los siervos “liberados” se unieran gustosamente a la celebración. El título de The Economist expresa cuán exitosas fueron las autoridades en este esfuerzo: “Te maldigo, alégrate”.

A diferencia del resto del mundo que está pasando por un período de ajuste de cinturón por causa el actual tsunami financiero, China está llena de efectivo. Como todo nuevo rico, China hace gala de su importancia por todo el mundo y el bloque vecino. En Arunachal Pradesh, China detiene un proyecto de desarrollo de $60 millones que será financiado por el Banco de Desarrollo de Asia. En Nueva Delhi compra cuatro páginas del Hindustan Times para decir que los “siervos” al otro lado se consideran “liberados”. Como Estados Unidos en una era distinta, China piensa que cualquier problema se resolverá retirando y poniendo dinero en él.

El pueblo tibetano tiene su punto de vista distintivo en el debate sobre “la liberación”. Ellos se sienten agónicamente esclavizados.

¿Qué pasa con los chinos? ¿Qué piensa el pueblo chino sobre su “liberación”? Aquí también existen dos opiniones. Aquellos que se han enriquecido con el socialismo dicen que ellos están realmente liberados. Ellos dicen que Marx es grandioso, que el socialismo es grandioso, el Partido Comunista Chino es más grandioso aun porque nosotros somos ricos, no podemos lograr más en la China comunista.

¿Qué piensan aquellos al fondo de la masa china? Deben haber tantos puntos de vista como chinos en el mundo. Más de 1,3 billones en el último recuento. Un chino particular tiene su visión apasionada del tema y la forma en que lo presenta refleja la enorme capacidad del pueblo chino de ‘tragarse la amargura’. Aparece en un nuevo libro destacable, El Camino de China: Un Viaje al Futuro de un Poder Emergente por Rob Gifford. Este libro se publicó un año antes de que el mundo se viera afectado por la crisis financiera. Antes de que él dejara su cargo en la Radio Pública Nacional en Beijing, Rob Gifford, un reportero veterano, quien estudió en China y habla el idioma como un nativo, tomó el camino desde Shanghai hasta el límite mismo de Xingjiang, frontera con Kazakshstan. Cuando entró a Xingjiang, Rob Gifford conoció a Lao Zhang, un chino que tenía un restaurant de fideos en Xingxingxia. Éste es el relato del autor:

“Me encuentro junto a una ventana abierta y simplemente le pregunto cómo va la vida. Mi pregunta abre una compuerta.

“¿Cómo va la vida? ¿Cómo está la vida? La vida no está bien. ¿Sabes por qué? Porque los oficiales sellaron nuestro pozo. El pozo que ha dado agua a Xingxinghai por siglos fue sellado con concreto’.

“Él levanta su mirada del wok ennegrecido, luego esparce salsa de soya en el sartén, que chisporrotea. “’Los oficiales aquí son el mal, increíblemente inmorales, ponen a prueba toda creencia’.

“’Pero, ¿por qué querrían ellos hacer eso?’”, le pregunto.

“’Porque…’” Se detiene nuevamente y retrocede de la cocina, con el wok en la mano, para mirarme. “’Porque ellos están a cargo de la compañía de agua, y quieren forzarnos a todos a comprar su agua’.

“Incluso cuando se cree saber algo del grado de corrupción de los oficiales chinos, las historias como ésta todavía te pueden quitar el habla. Lao Zhang dice que les reclamó, pero no lo escucharon. Dice que ellos usaron el típico argumento después del 11 de septiembre de los oficiales de gobierno en Xingjiang. ‘Ellos dijeron que si seguía protestando, me arrestarían como un terrorista’.

“’Entonces, ¿hay algo que se pueda hacer al respecto?’”, le pregunto finalmente.

“’Aguantar. Eso es todo lo que podemos hacer. Podemos y debemos resistir. Eso es todo lo que hemos podido hacer’.

“Lo quedo mirando y lentamente muevo mi cabeza. Él acaba de resumir miles de años de historia china. Resistir es todo lo que Los Cien Nombres Antiguos han podido hacer. Por todo el progreso en las partes más adineradas de China, resistir es todo lo que cientos de millones de gente común en el campo más empobrecido y las regiones occidentales se ven haciendo a futuro”.

Rob Gifford registra otra opinión. En su camino a X’ian, el punto de partida de todo viaje de China por el Camino de la Seda en tiempos antiguos, el escritor sube a un bus y de inmediato es abordado por el colector de pasajes, quien le pregunta de dónde es. El viajero le dice. El colector responde, “’Hong Kong está bien porque ustedes lo gobernaron’.

“Una fila delante de mí, al otro lado del pasillo, hay un hombre chino que parece joven con un corte circular y zapatos muy lustrosos. Él más bien parece un soldado en su día libre y objeta lo que el colector de pasajes ha dicho.

“’Así es que piensas que Grana Bretaña debería gobernar toda China, es eso?’

“Claro. Este montón… no podría hacerlo peor’”

*Thubten Samphel es el autor de la novela, “Cayendo por el Techo”, publicada el año pasado por Rupa & Co. India

Fuente www.casatibet.org.mx

Artículo anteriorLa Espiritualidad y el Lugar de Trabajo
Artículo siguienteVimalakirti Nirdesa Sutra – Capitulo 1: Purificación del campo de Buddha