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El alcance melódico de la antigua cítara china

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La antigua cítara china (guqin o simplemente qin (Wade-Giles ch’in)) es más que un instrumento musical. La cítara tiene una larga historia, y connotaciones culturales ricas y profundas. Antiguos eruditos y líderes la consideraron como una expresión de los ideales o de la cultivación individual, la armonía familiar, del arte de gobernar y la estabilidad social. Fue un símbolo de intelectualidad. En el Libro de ritos, está escrito: «un intelectual no se aleja casualmente con su cítara o se [un gran instrumento musical de cuerda]». Confucio también dijo: «[se] apasionado en la poesía, observador en ritos y experto en música».

Ejecutar la cítara aspira a la concepción artística—apreciando el significado interno, en lugar de detenerse en la mera perfección técnica. Esto trasciende los límites de la música, incorporando la armonía entre la humanidad y la naturaleza, el concepto cósmico de la relación entre el cielo y el hombre y las ideas de vida y moralidad. Por lo tanto, se convierte en una herramienta para cultivar el carácter moral, iluminarse a verdades superiores y edificar a las personas. Los estudiosos hablaron de la virtud de la cítara o el Tao de la cítara. En «Manual de Cai Yong de cítara», dice: «En tiempos antiguos, Fuxi hizo la cítara para controlarse y protegerse contra el desarrollo de la lujuria, de modo que uno pueda cultivarse racionalmente y regresar a su verdadero ser original». En Yueji, un antiguo documento musical, se señalaba: «la virtud es lo más recto de la naturaleza y el músico es el más magnificente de los virtuosos». La virtud es la naturaleza innata del hombre, y la música es la sublimación de la virtud. La música en un plano alto es una expresión de los principios celestiales. Mientras que la gente disfruta la música, se inspira moralmente y se eleva a otro plano filosófico.

En la antigûedad, la cítara era un instrumento musical indispensable que un caballero tenía que aprender y cultivarse con él. El músico tenía que tocar con una mente y pensamientos rectos con el fin de alcanzar armonía de cuerpo y alma. En la historia, muchos famosos ejecutantes de la cítara eran de carácter noble, virtuoso e incorruptible. A menudo mostraban un decoro dignificante, y tocaban la cítara con respeto en un ambiente escénico exquisito. Sus mentes eran serenas, permitiéndoles alcanzar armonía con la naturaleza e iluminarse a una verdad superior, tal como se describe en un poema de Jikang:

Mis ojos contemplan el retorno de los cisnes,

mis dedos rasgan las cinco cuerdas

Levanto y bajo mi cabeza en gozo.

Mi mente se separa, ¡viajo en el vacío!»

Incluso en un escenario ruidoso, uno puede mantener una mente tranquila, tocando la cítara sin perturbarse. Tal como lo describió Tao Yuanming (220A.D.-589A.D.):

«Construir una choza con techo de paja en un medio ruidoso,

como si ni el ruido de carruajes o caballos estuviera cerca.

¿Cómo puede aguantarlo, señor?

Si la mente está lejos, lo cercano está naturalmente fuera del camino».

La mente es lo principal para tocar la cítara. Una mente recta produce música recta. Una mente elevada produce música con profundos significados, que a su vez toca los corazones de los oyentes, estremeciéndolos y permitiéndoles comprender y resonar con el contenido moral de la música, la disposición y amplitud de la mente del ejecutante. Así es la naturaleza de las artes.



Por: Zhi Zhen – Clearwisdom

Publicado en: www.lagranepoca.com

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