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Mandalas El círculo origen de todo

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Círculos cargados de colores, con semillas, con arenas de color o incluso pintados con lápiz. Todos significan algo y, además, son útiles para mejorar la memoria y ayudar en la concentración.
 
La palabra mandala proviene del sánscrito, que es la lengua antigua de la India. Significa círculo, y como tal todo lo creado tiene la energía del círculo.
 
Hoy estos círculos son una herramienta utilizada por educadores y psicólogos para ayudar a mejorar la memoria y a alcanzar la concentración.
 
En diálogo con El Tribuno, Mercedes García Lousteau, especialista en la producción de mandalas, explicó el valor de estos «círculos sagrados». «Así como es arriba es abajo. Entonces si miramos el cielo podemos visualizar la luna, el sol, la tierra.
 
Cualquier galaxia que tiene forma redonda. Y si miramos hacia abajo podemos ver las piedras, las montañas, el cuerpo humano con sus curvaturas en codos. hombros y cabeza. Todo tiende a la redondez, al círculo. Esto tiene que ver porque la energía se mueve en forma circular. Entonces cuando se habla de mandalas se puede decir que todo lo abarca y todo lo contiene, siempre está relacionado con la vida», detalló Mercedes, explicando la significancia de estos dibujos que acompañan al hombre desde hace milenios.
 
La especialista afirmó que para entender esto de que la energía se mueve en círculos, se puede observar que en China, cuando se levanta una construcción se busca evitar los ángulos rectos. «Para lograrlo en las esquinas se pueden colocar plantas, cántaros u otros elementos para evitar que energía choque, y lograr que circule, que gire», afirmó al hacer referencia al Feng Shui.
 
Recordando el camino histórico de los mandalas, Mercedes García explicó que cada cultura trató en función de su religiosidad o espiritualidad al círculo sagrado. «Oriente es el centro del trabajo interior, de la introspección, de ir para adentro, del trabajo comunitario. Y esto también ocurre en los pueblos originarios, como los que todavía existen en Salta», recordó.
 
En estas culturas de Oriente, el budismo incorpora al mandala como una enseñanza de vida. Una de estas enseñanzas que deja Buda es «todo cambia».
 
Uno de los centros de enseñanza de esto es la construcción de mandalas. Esta técnica se aplica hasta el día de hoy en los templos budistas. «Allí, durante semanas los sacerdotes construyen mandalas que luego son vistos, en este caso, por el Dalai
Lama y se guardan, no se conservan. Y esto porque la segunda enseñanza de Buda es el desapego», explicó. Mercedes también destacó que otros de los sitios donde se elaboran mandalas desde la antigüedad es en la India, donde también se utiliza el mandala como camino de liberación. Por otro lado, las comunidades en la India creen en varias deidades. Cuando construyen un mandala eligen a un dios tutelar al que ofrendarán su creación. Acá también se trabaja en forma comunitaria, y una vez terminado se cuelga en los altares. Los mandalas acompañan al hombre desde siempre. Comienza en las tribus cuando se reúnen en círculo alrededor del fuego sagrado.
 
Los beneficios
 
Carl Jung es quien estudia los beneficios psicológicos de los mandalas, que son los que en la actualidad se utilizan. Luego de una larga investigación y pruebas con sus pacientes, Carl Gustav Jung se da cuenta que cuando se pinta en forma espontánea, lo primero que se define es el centro, y luego la serie de círculos que los rodean.
En el centro se ubica el yo, el como se ve la persona. El primer círculo alrededor del centro son los vínculos con las personas más significativas de la vida, como padres, hermanos e hijos. El segundo círculo son los familiares, como tíos y los amigos, y el tercer círculo y el cuarto es la relación con el mundo.

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