¿Sabéis qué es el mindfulness? Se trata de una filosofía vital que nació con el budismo en el siglo IV a.C y que, actualmente, ha sido recuperada por la psicología occidental como método terapéutico para controlar el estrés, la ansiedad, la falta de sueño o, incluso, el dolor. Consiste en realizar diversos ejercicios de meditación concentrándonos en diferentes áreas de nuestra vida o cuerpo y conseguir mejoras a través del poder de nuestra mente.
Aunque pueda sonar un poco místico, todas conocemos la importancia de los pensamientos positivos en nuestra vida diaria y cómo la actitud determina las diferentes maneras de afrontar un mismo problema. Para aquellas ocasiones en las que (por diferentes motivos) hemos perdido el control de nuestras emociones, el mindfulness puede convertirse en un gran aliado, tal y como nos detallan desde la Fundación para la Educación y el Desarrollo Transpersonal. Esta organización sin ánimo de lucro nos ha enumerado ocho de los muchos beneficios de esta práctica:
1. Reduce la ansiedad, la impulsividad y la depresión: Mediante la concentración aporta calma y serenidad interior y por tanto reduce la sensación de malestar que nos provocan algunas circunstancias de nuestra vida.
2. Mejora la capacidad de superación de los conflictos: Alivia los procesos de duelo y disuelve los rencores que se quedan anclados en el subconsciente y que nos provocan una negatividad constante.
3. Favorece el auto-conocimiento: El mindfulness favorece la maduración emocional de la persona y nos proporciona el auto-conocimiento que nos permitirá entendernos mejor a nosotras mismas y aceptar las evidencias de nuestra vida.
4. Despierta la creatividad y originalidad: Aumenta nuestra lucidez mental y gracias a ella conseguiremos que nuestras ideas positivas fluyan más fácilmente.
5. Favorece la empatía: Nos permitirá dejar de lado nuestro propio ego y nos ayudará a ponernos en el lugar de los demás para entender mejor determinada circunstancias.
6. Previene el alzheimer: Cuanto más estimulemos nuestra mente, menos opciones tendremos de sufrir esta enfermedad.
7. Desarrolla nuestra capacidad de concentración: Ayuda a reducir distracciones y a focalizar en una única tarea. De hecho, el mindfulness puede aplicarse como solución complementaria para las personas que sufren de trastorno por déficit de atención.
8. Ayuda a conciliar el sueño más rápidamente: Nos libera de las preocupaciones que impiden que conciliemos el sueño.
Tales beneficios son una buena razón para empezar a prácticar mindfulness. Sin embargo, ¿en qué consisten exactamente estos ejercicios de concentración? Hoy os desvelamos uno de ellos, facilitado por la Universidad El Bosque:
* Debemos sentarnos cómodamente con los pies tocando el suelo y los ojos semi-cerrados o cerrados
* Analizamos nuestro estado emocional y nuestros pensamientos sin juzgarlos ni extraer conclusiones
* Relajamos nuestro cuerpo y respiramos profundamente
* Realizamos una respiración abdominal en cuatro tiempos. Esta respiración consiste en ‘inflar’ nuestro estómago mientras inhalamos y ‘desinflarlo’ cuando exhalamos
* Ponemos una mano en nuestro pecho y otra sobre el estómago
* Cada vez que nos distraigamos, volvemos a centrar nuestra atención en la respiración
Este sencillo ejercicio de meditación tendría que realizarse diariamente durante 15-20 y nos aportará la calma interior que jamás nos debe abandonar. Ante todo, positividad.
– Fuente : www.nosotras.com
