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Hacia el encuentro de la felicidad

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El maestro Khenpo Karma Tsultrim habla acerca de la filosofía del budismo tibetano

Khenpo Karma Tsultrim comparte sus conocimientos para disfrutar la vida a plenitud. ESPECIAL
Khenpo Karma Tsultrim comparte sus conocimientos para disfrutar la vida a plenitud. ESPECIAL
GUADALAJARA, JALISCO (18/JUL/2014).- Shechen México es una fundación dedicada al estudio y práctica de aspectos culturales y espirituales del linaje Nyigma del Budismo Tibetano. En México se cuenta con dos grandes maestros; Khenpo Karma Tsultrin, quien reside en Guadalajara, y Löpon Tashi, en el Distrito Federal.

La fundación ha programado la conferencia “Cultivando la felicidad”, el próximo 21 de julio, en el Teatro Degollado, donde se darán cita dos grandes de esta práctica que proviene del hinduismo: Dilgo Khyentse Yangsi y el maestro Matthieu Ricard, quien además es el traductor directo del Dalai Lama.

El budismo tibetano se conoce de muchas maneras, “fenómeno cultural” “religion no teísta (sin dios)”, “filosofía”, “método de transformación”, esta práctica cree en “el dharma” que en sánscrito significa “ley natural”. Uno de los aspectos más destacados del budismo es su profundo interés y origen humanista, propone la meditación como camino de conocimiento y el control del espíritu propio sin juicios ni pasiones externas.

Khenpo Karma Tsultrim, el maestro residente en Guadalajara de la Fundación que está impulsando este acercamiento al público en el Degollado, charla con este diario acerca del budismo y la felicidad, puntos concéntricos de lo que sera un intercambio con el púbico tapatío. Tsultrim es originario de Bután e ingresó muy joven al monasterio de Shechen en Nepal, ha sido maestro Shedra del monasterio de Nepal, de las monjas de Shechen en Bután y de los monjes del monasterio de Shechen en Bodhagaya, India. Fue nombrado “Khenpo” en 2008 por su disciplina, práctica y enseñanza. Para comenzar, el maestro afirma que “el budismo tibetano es entrenar nuestra mente, transformarlas para desarrollar la sabiduría y la compasión”.


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