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Eliminar enemigos mediante la paciencia – Lama Zopa Rinpoché

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¿Qué hacer cuando te encuentras con alguien que no te quiere, que está enfadado contigo? Practicar la paciencia. En lugar de interpretar las acciones de esa persona como negativas o dañinas, las interpretas como positivas o beneficiosas. En vez de pensar en cuán doloroso es el hecho de que esa persona esté enfadada contigo, que no te ame, piensa en lo beneficioso, en lo necesario, en lo útil que es. Del mismo modo en que consideras importante tener en tu vida una persona que te ame, siente que tener a alguien que no te ame es igualmente necesario. Piensa en lo mucho que necesitas a la persona que se enfada contigo. Piensa que la persona que no te aprecia es tan valiosa como la que siente compasión hacia ti. En lugar de considerar esa experiencia como negativa, considérala positiva y beneficiosa.

Si en lugar de concentrarte en lo dolorosa que es tal experiencia, practicas paciencia en ese mismo momento pensando en lo útil que es, si en lugar de pensar en lo inútil que es piensas en lo necesaria que es, experimentarás paz y tranquilidad en tu mente en ese mismo instante. En vez de agitarte, te sentirás feliz en ese momento y en ese lugar. Además, no te verás impulsado a vengarte y, por consiguiente, evitarás dañar a los demás. De este modo, no crearás el karma negativo de perjudicar a los demás con cuerpo palabra y mente.

Si dañas a los demás impulsado por el enfado, dejas en tu propio continuo mental impresiones negativas que, después se manifiestan como problemas en esta vida, en las vidas futuras o en ambas: problemas como enfermedades, malos tratos, muerte prematura, etc.

Todas estas experiencias desagradables reciben el nombre de «resultados kármicos similares a la causa que se experimenta», y las creamos nosotros mismos respondiendo negativamente a los que se enfadan con nosotros.

Así pues, cuando practicas la paciencia no dañas a los demás y, de este modo, no te dañas a ti mismo. Si no practicas paciencia, dañas a otros y, por consiguiente, te dañas a ti mismo. Además, cuando practicas paciencia y te abstienes de dañar, estás protegiendo a los otros de vengarse como respuesta al mal que les has causado y evitas que creen karmas negativos adicionales, la causa del sufrimiento -proteges a los demás de tener que experimentar los resultados kármicos de dañarte- Así pues, cuando practicas la paciencia, creas para ti la causa de felicidad en esta vida y en las futuras y, al mismo tiempo, ayudas a otros seres a experimentar felicidad en esta vida y en las futuras.

Como resultado de practicar la paciencia y de evitar dañar, la persona que está enfadada contigo deja de dañarte. No sólo obtienes paz y felicidad para ti y para la otra persona en esta vida y en las futuras, sino que, además, estás adiestrando tu mente a ser paciente. Esa persona te está ayudando a adiestrarte en la paciencia. Gracias a ella, estás aprendiendo a ser paciente con el resto de tu familia, con el resto de tus colegas, con todos los otros seres humanos y con todos los seres en general. La persona que se enfada contigo te está ayudando a adiestrar tu mente a ser paciente y positiva en lugar de seguir enfadada y negativa.

Cuando erradicas de tu continuo mental el enfado y lo sustituyes por la paciencia, el resto de los seres no reciben perjuicio alguno de ti. La ausencia de perjuicio, el que los demás no reciban de ti daño alguno es paz. Lo que los demás seres reciben de ti es felicidad.


Fuente: www.nagaryunagr.org/index.php




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