Efímera seta
Kôdô Sawaki
En el sueño se distinguen claramente los seis destinos,
tras el despertar todo es vacío, incluso ya no hay universo.
(Shôdôka. Yôka Daishi)
Se conceptualiza el Buda y se imagina que convertirse en buda [es decir, para Kodo Sawaki, practicar zazen] y tener el satori son dos cosas distintas. Los novicios no comprenden y se sorprenden: “¡Desde el instante en que me siento en zazen, llegan las pasiones!” Esta observación está justificada, a condición de que se haya hecho ya experiencia de zazen. Si las pasiones llegan durante zazen, bueno, dejadlas llegar. Cualquiera que sea su número, nuestra intención no es ahuyentarlas. Es por la práctica de zazen que se nos hace evidente que todas las cosas son iguales, zazen de la misma forma que los fenómenos.
Cuando zazen no abre a la trasparencia de nosotros mismos, todas las cosas, satori, enseñanza de Buda e incluso zazen se convierte en el pellejo de la mentira. Esto es lo que significa esta frase: En el sueño, se distinguen claramente los seis destinos. Los seis caminos o destinos son las condiciones de existencia de la rueda de la vida: el estado infernal, de la avidez, animal, colérico, humano y celeste.
Dôgen ha escrito en un poema: “Hombre estúpido, pisoteas por seis caminos en lugar de de ir directamente a la meta” ¿Cómo se puede dar vueltas en redondo en los seis caminos todos los días de la vida sin pararse nunca? Es incomprensible. La verdad es que un hombre no es nada en absoluto. Considerada desde una perspectiva biológica, la existencia de un hombre es tan efímera como la de una seta. Cada cual se compara con su vecino, uno es alto funcionario, el otro es rico, cada cual gradúa la escala de valores a su gusto y, sin embargo, todo esto no son más que naderías. ¡Un soplido y todo vuela! ¡Setas de una noche! Vayamos más lejos, decimos que todo pertenece al mundo de los sueños. Incluso la verdad no existe y los conceptos que forma nuestro espíritu son también del dominio de los sueños. En un texto budista antiguo, esta dicho: “Realizar que el bien y el mal son exactamente sueños es trascender de forma inmediata la ley de causalidad y realizar la esencia de la nada.” Consecuentemente los conceptos que la vida humana hace nacer en nosotros cada día son sueños. Lo que amo hoy, lo detestaré mañana. Cualquiera que sea este amor, no es eterno, pronto llega la dejadez. La vida es un sueño, una burbuja en el agua, un relámpago. Los seis destinos pertenecen al mundo del sueño, y si se pregunta si aparecerán después del despertar, la respuesta es no: Tras el despertar, todo es vacío, incluso ya no hay universo.
Takuan Osho, a punto de morir, escribió un poema sobre el sueño a petición de uno de sus discípulos, que le rogaba que dijese sus palabras testamentarias. Respondió: “Yo no las tengo – ¿Cómo, no tenéis nada… nada que decir?” Pronunció entonces una sola palabra: “Un sueño”, y expiró. He aquí el poema Takuan, la caligrafía está conservada, la caligrafía es conservada en Tôkai-ji en Shinagawa:
«Cien años, treinta y seis mil días
¿Miroku y Kannon son buenos? (1) ¿Son malos?
Miroku es un sueño, Kannon también es un sueño
el bien es un sueño, el mal es también un sueño
El Buda ha dicho: “Las cosas son exactamente así”»
Así es como las vemos, también nosotros . Cien años, treinta y seis mil días… ¡No se puede decir que sobresaliera manejando las cifras sobre su ábaco!
Leer en Buddhachannel: Biografía de Kodo Sawaki
(1) Miroku, en japonés, Maitreya en sanscrito (El buda futuro). Kannon, en japonés, Avalokitehvara, en sánscrito (El bhodhisatva de la compasión)
(Fragmento traducido del libro con los comentarios de Kôdô Sawaki al Shôdôka de Yôka Daishi “Le Chant de l’Éveil. Le Shôdôka commenté par un maître zen. Ed. Albin Michel. Paris 1999)
Fuente: http://huellaszen.blogspot.com