Como bien decía Theilard de Chardin, Ciencia y Fe no son dos actividades opuestas; probablemente sean dos polos de una misma recta o quizá dos caminos que confluyan en la misma meta.
Científicos modernos, escépticos al principio, han experimentado personalmente eventos místicos que los han llevado a opinar que el mundo es algo más que los fenómenos.
Aquí tenemos el testimonio de Karl Heisenberg, (premio Nóbel de física), científico y uno de los fundadores de la física cuántica. Sin estudiar o practicar yoga, Heisenberg espontáneamente experimentó el Samadhi. Esto le sucedió en varias ocasiones después de estar profundamente concentrado en sus investigaciones científicas, sus pensamientos cesaron de ser activos…, entonces Heisenberg se encontró en la quietud del Vacío y así logró conocer su interior.
En 1929 visitó la India para impartir conferencias sobre la interpretación de la interpretación a mecánica cuántica. Quizá ese mágico y misterioso país haya dejado una inadvertida huella en el alma de este científico alemán, la cual años más tarde lo conduciría al Samadhi.
Cuando Heisenberg estaba agonizando dijo respecto al proceso de morir: «Es muy fácil, desconocía todo esto, ahora veo que la física no es lo fundamental, el mundo es una ilusión”.
Comprender la naturaleza ilusoria del mundo físico representó para Heisenberg el hecho más decisivo -aún más que el Nóbel- en su distinguida carrera científica. Ojalá que más hombres y mujeres dedicados a la ciencia puedan experimentar el sublime Samadhi, aprendiendo así que lo espiritual es básico en el estudio del universo.
Fuente : www.ametep.com.mx
