Inicio Interreligioso India: una nación que hechiza y condena a sus habitantes

India: una nación que hechiza y condena a sus habitantes

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Todas las religiones en la India logran convivir en armonía, sin interferir ni boicotear las costumbres de otros. No obstante, si bien el país por si solo es lo suficientemente exótico y deslumbrante, también llega a ser muy injusto y hasta chocante.

La inigualable belleza de la India
La inigualable belleza de la India

India quizás es el país más diverso a nivel mundial. No sólo por su extravagante gama cultural que la hace ser única, sino por su gran influencia religiosa. Incluso caminando por sus grandes avenidas se puede dimensionar su alto nivel de religiosidad con sus glamorosos y gigantes templos y mezquitas, o bien con sus eternas y sacrificadas caminatas que se realizan a la orden del día. Acá, el concepto ateo sencillamente no existe.

La ciudad de Haridwar, ubicada al norte de India cuenta con uno de los ríos más sagrados del país, El Ganges. Habitantes de la zona, e incluso de las ciudades aledañas, se reúnen todos los días a las cuatro de la mañana y a las seis de la tarde, para presenciar la ceremonia del amanecer y atardecer. Sin importar de qué clase social provengan, miles de hindúes se sumergen a diario en sus heladas aguas como una forma de venerar a sus dioses y de asegurarse que serán bendecidos en ese día.

Un país marcado por las diferencias sociales.
Un país marcado por las diferencias sociales.
Lo mismo sucede con las otras religiones existentes en el asiático país. Si bien el Hinduismo es la tercera religión con más adeptos en el mundo, también es el tercer país con mayor cantidad de musulmanes. Además, sus tierras dieron origen al Budismo y otras tantas creencias completamente identificables por su vestimenta y estilo de vivir.

Hombres que deciden dejar la vida que les tocó porque simplemente no les gustó, y optan por caminar sin cesar con una llamativa vestimenta de naranjo fluorescente, son tratados con el máximo de los respetos. Ellos son los Sadhus, que con larguísimas barbas y melenas, reciben de la gente comida y dinero sin que se les pida nada a cambio. La idea es que puedan seguir su camino y encontrar la iluminación divina que tanto buscan.

Todas estas religiones, con sus máximas expresiones, logran convivir en armonía, sin interferir ni boicotear las costumbres de otros. No obstante, si bien India por si sola es exótica, también llega a ser muy injusta a la vez. “El fanatismo religioso de mi país se debe a la gran variedad de religiones que viven juntas. El punto malo es lo que sucede con los intocables, aunque hoy se están haciendo cosas para ayudarlos”, explica Neeraj Mohammad, de religión Hinduista.

El rostro de la India reflejado en esta menor.
El rostro de la India reflejado en esta menor.
En algunos sectores queda al descubierto como familias enteras viven de limosnas y duermen en la calle sin importar el caos generado por el tráfico. Ellos son los llamados “Dalit” o “intocables”, que tal como lo dice su nombre, no pueden recibir ayuda y no tienen derecho a estudiar. Su pecado es su pasado. Por tanto, ahora están pagando el haber nacido fuera de la estructura social llamada “castas”.

Las castas es la forma en que los indios dividen su sociedad desde el año 1500 A.C. y que son estipuladas y detalladas en los mismos libros sagrados del Hinduismo. Pese a los miles de años trascurridos, es algo que aún hoy determina su destino.

Muchos de ellos se pasean con sus hijos enfermos y aclaman por alguna moneda. Sin embargo, son unos pocos quienes se detienen para darles dinero, pero la gran mayoría sigue su camino ignorándolos por completo.

El impresionante fervor religioso.
El impresionante fervor religioso.
“A ellos no se les puede dar nada porque todo lo venden. Algunos estamos conscientes de que hay que seguir trabajando, pero nuestro Gobierno no hace lo suficiente. Los congresistas prefieren robarse el dinero que invertirlo en ellos”, agrega Manuj Singh, que pertenece a una religión llamada Sikh que aborrece el sistema de castas, y que entrega una posible razón que explicaría por qué no han querido cambiar esta injusta estructura social por muy milenaria que sea.

De esta manera se vive social y religiosamente en India: por un lado sorprende y contagia por su fervor religioso, pero a su vez irrita y provoca tristeza por la evidente y cruda desigualdad.


– Por Denisse Flores
– Fuente : noticias.terra.com.pe




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