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Teej, el ayuno de las mujeres de Nepal

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teej.jpg Manesh Shrestha Katmandú, 11 sep (EFE).- El ayuno religioso más conocido del mundo quizá sea el Ramadán, pero en Nepal las mujeres hindúes celebraron hoy el «Teej», un festival durante el cual se abstienen de comer y beber y rezan por el bienestar de sus maridos.

El deseo de una duradera felicidad conyugal empujó como cada año a las hindúes a exhibir saris, pulseras y collares rojos y danzar ante los templos del dios Shiva esparcidos por Nepal, el último reino hindú hasta que en 2008 se proclamó la República. «Estoy aquí para rezar por una larga vida y prosperidad no sólo para mi marido sino para toda la familia», dijo a Efe Dev Kumari Gautam.

Ella es una de las decenas de miles de fieles que se han acercado al gran complejo templario de Pashupatinath, en Katmandú, el más sagrado en Nepal para esta religión que profesa aproximadamente un 80 por ciento de la población del país del Himalaya.

La devota explicó que durante todo el día no bebe agua y tan sólo come frutos secos una vez que la jornada finaliza y se llevan a cabo los últimos rituales en el hogar.

Un día para estar juntas

Este festival de la frugalidad, que tan sólo dura un día, es especialmente duro para ellas porque se dedican a reunirse, bailar y cantar frente a los templos, además de hacer las correspondientes plegarias.

Según la mitología hindú, la tradición se inspira en el ejemplo de Parvati, quien ayunó para seducir a Shiva, algo que convenció a este dios del panteón hindú de su fortaleza de espíritu.

De fondo está uno de los conceptos fundamentales de esta religión, «tapasya», ligado al ascetismo como guía espiritual, el sufrimiento, la voluntad y la meditación.

Ante las críticas al «Teej» por no obligar también a los hombres a ayunar, el experto en sánscrito Tikaram Sharma Poudel recordó antiguas tradiciones como el «sati» -en virtud del cual si un hombre muere su mujer debe ser incinerada para unirse así a sus restos- y sostuvo que durante esta jornada en realidad rezan, también, por ellas mismas.

Además, destacó que es una buena oportunidad para que compartan un día juntas.

«Antes, cuando los medios de transporte no eran como los de hoy, los padres y los hermanos acudían a casa de sus hijas y hermanas para llevarlas a su hogar natal. Ellas se reunían y compartían sus penas», dijo a Efe Poudel.

«No, mi marido no está ayunando», constató a Efe una devota de Katmandú, Ishwari Ghimire, de 50 años, que aseguró observar rigurosamente el festival desde que se casó a los 17 años.

Las mujeres ayunan y hoy es un día festivo sólo para ellas, pero se supone que sus maridos deben ser generosos y hacerles regalos para que pasen de la forma más agradable posible el día.

Durante los últimos años, las tiendas se han dado cuenta del tirón del evento y un mes antes del festival ya hacen ofertas especiales o descuentos en artículos para la mujer.

También las solteras

No sólo las casadas celebran el «Teej»: también las solteras, que esperan que su rezo sirva para encontrar un marido cuyas cualidades se acerquen a las de Shiva, algo para lo cual es fundamental la intervención divina, ya que muchos matrimonios en Nepal continúan siendo concertados.

«Estoy ayunando porque es una tradición», dijo Geeta Bhattarai, de 20 años.

«Pero también estoy ayunando y rezando para tener un buen marido», añadió luego con una sonrisa.


Fuente: EFE




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