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Shantideva – Bodhisattvacharyavatara VI: La paciencia (Versos 31-70)

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Shantideva
Bodhisattvacharyavatara

Homenaje a los Budas y los Bodhisattvas.

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VI. La paciencia

[31]

Así, todo depende de otros factores;

Que dependen, ellos mismos, de otros factores y no tienen autonomía.

Habiéndolo comprendido, no hay que ponerse airado

contra cosas que son como apariciones.

[32]

«-En ese caso, ¿quién hay allí para eliminar a qué?

El acto de eliminar tampoco sería apropiado-».

Es apropiado, pues está admitido

que por actuar así el sufrimiento es detenido.

[33]

Entonces, si veo a un enemigo, o incluso un amigo,

cometer una acción incorrecta,

por pensar: «-Eso proviene de las condiciones-»,

guardaré un estado de ánimo feliz.

[34]

Si las cosas viniesen a exitir según nuestro deseo,

como nadie anhela sufrir,

ningún ser

tendría que soportar sufrimientos.

[35]

Por su falta de atención,

algunos se hieren con espinas y otras cosas.

Algunos, por tener una mujer, por ejemplo,

obsesionados, se privarán de alimento u otras [cosas].

[36]

Otros se perjudican a sí mismos

por acciones desprovistas de méritos,

como ahorcarse o saltar a un precipicio,

tragar veneno, o un alimento malsanos.

[37]

Si dominados por las perturbaciones

se matan, aunque se amen,

¿cómo se abstendrían entonces

de hacer daño al cuerpo del otro?

[38]

Incluso si no desarrollo compasión

por aquellos que, bajo la influencia de las perturbaciones

atentan [contra] su propia vida,

al menos, que no me ponga airado.

[39]

Si dañar a los demás es

la naturaleza de los pueriles,

no es apropiado enojarse contra ellos;

pues sería como reprochar de quemar al fuego.

[40]

E incluso si este defecto fuese pasajero,

al ser los seres sabios por naturaleza,

sería tan poco justicado enojarse contra ellos

como reprochar al espacio el dejar subir el humo.

[41]

El bastón es el que, en verdad, me golpea.

En vez de enojarme contra aquél que lo maneja,

y que, a su vez es un instrumento, puesto que [está] movido por el odio,

es, pues, contra él [-el odio-] que debiera dejarme llevar.

[42]

En el pasado he infligido

a los seres un mal semejante;

es, pues, justo que este mal me recaiga,

a mí que les he causado entuerto.

[43]

Es su arma y mi cuerpo

quienes, cada uno, son causas de mis sufrimientos.

Cuando de él viene el arma y de mí este cuerpo,

¿contra quién hay que airarse?

[44]

Si me aferro con ciego apego

a este absceso, doloroso, con forma humana

y que no soporta ningún contacto,

¿contra quién airarme cuando es herido?

[45]

Los pueriles seres no desean el sufrimiento,

a la vez que están atados pasionalmente a sus causas;

es, pues, culpa suya si el mal los golpea.

¿Cómo harían reproches?

[46]

Si, igual que los guardianes de los infiernos

y el bosque de hojas tajantes,

esto es producido por mis propias acciones,

¿contra quién airarme?

[47]

Incitados por mis propias acciones,

aquellos que me perjudican se manifiestan.

Si a causa de ello esos seres van al infierno,

¿no es [acaso] yo quien los destruye?

[48]

Gracias a ellos, ejerciendo la paciencia

purifico muchas fechorías;

pero ellos, a causa de mí, sufrirán

durante largo tiempo en los infiernos.

[49]

Entonces, puesto que yo les cometo entuerto,

mientras que ellos me hacen [el] bien,

¿por qué tú, espíritu ilógico,

te enojas de tan erróneo modo?

[50]

Si tengo cualidades de espíritu

no iré a los infiernos.

Pero si, así, me protejo a mí mismo,

¿qué hay de los demás?

[51]

Sin embargo, si respondo al mal con el mal

no es ello lo que los protegerá.

Mi propia conducta también degenerará

y por consiguiente mi ascesis será destruida.

[52]

Puesto que el espíritu no tiene forma física,

nadie puede destruirlo, de ningún modo.

Pero, porque está pasionalmente apegado al cuerpo,

los sufrimientos físicos lo perjudican.

[53]

Puesto que ni el desprecio, ni las palabras hirientes,

ni los discursos desagradables,

pueden perjudicar al cuerpo, ¿por qué tú, espíritu,

te pones tan airado?

[54]

El hecho que otros no me quieran,

ni en esta vida, ni en otra,

me devorará.

¿Por qué, pues, temerlo?

[55]

Si es porque me impide

enriquecerme, por lo que lo temo,

deberé dejar mis bienes aquí, de todos modos,

y sólo mis fechorías permanecerán inconmovibles.

[56]

Más vale que muera desde ya,

que tener una vida larga pero deshonesta.

Incluso si seres como yo viven largo tiempo,

nos acechan los sufrimientos de la muerte.

[57]

[Tanto] para aquel que de un sueño se despierta,

tras haber gozado cien años de felicidad,

como para aquel que de un sueño se despierta

no habiendo de ella gozado más que un instante,

[58]

al despertar, ni para uno ni para otro,

la felicidad volverá.

Así, [ya] sea la vida larga o corta,

en el momento de la muerte [no hay] difrencia alguna.

[59]

Incluso si vivo dichoso durante largo tiempo,

tras haber amasado bienes muchos,

debo partir desnudo y con las manos vacías,

como si bandidos me hubiesen desvalijado.

[60]

«-Mis bienes me permitirán vivir, y entonces

mis fechorías disminuirán y méritos crearé-».

Pero si, a causa de los bienes, me pongo airado,

Pero si, a causa de los bienes, me pongo airado,

¿no disminuirán [acaso] mis méritos?, ¿[acaso] no comenteré fechorías?

[61]

Si el hecho mismo de estar con vida

me trae a la degenerescencia,

¿para qué puede servir buenamente la vida,

de alguien que no hace más que el mal?

[62]

«-Me irrito contra aquellos que dicen mal de mí,

pues ello debilita la confianza que en mí tienen los seres-».

Entonces, ¿por qué no indignarse

contra aquellos que hablan mal de otro?

[63]

Si aguantas pacientemente la falta de confianza

cuando a los demás concierne, ¿por qué no eres paciente

con el mal que de tí se dice,

puesto que está ligado a la aparición de las perturbaciones?

[64]

No es justo ponerse airado

contra aquellos que denigran las imágenes santas,

los relicarios y el Dharma, o los destruyen,

pues nada puede perjudicar a los Budas.

[65]

Debo detener el ponerme airado contra aquellos

que perjudican a mis Maestros, mis amigos o mi familia,

tras haber visto que ello proviene de condiciones,

así como ha sido descrito precedentemente.

[66]

Puesto que lo animado y lo inanimado

dañan a los seres,

¿por qué dejarse ir solamente contra lo animado?

Practiquemos, pues, la paciencia hacia todo lo que nos perjudica.

[67]

Si algunos hacen el mal por ignorancia

y si otros, por ignorancia, se ponen airados,

¿Quién está en el error?

¿Quién no lo está?

[68]

¿Por qué he cometido en el pasado esas acciones,

causas del mal que me hacen los demás?

Si todo depende de las acciones,

¿hacia quién guardar rencor?

[69]

Tras haber comprendido eso, debo, a toda costa,

dedicarme a las acciones meritorias,

a fin de traer todos los seres a desarrollar

un ánimo de mutuo amor.

[70]

Por ejemplo, si un fuego que abrasa una vivienda

se está propagando a otra,

es bueno quitar y arrojar el heno

y todo lo que lo haría extenderse.


Fuente: http://sambodhi.iespana.es/

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