El conocimiento de la mente y la materia
Ven. Webu Sayādaw
Una vez que tomas los preceptos morales (sīla) debes perfeccionarte en la moralidad. Sólo si te perfeccionas en la moralidad realizarás tus aspiraciones. Serás feliz ahora y en el futuro.
Nada excepto las enseñanzas del Buddha puede darte verdadera felicidad, tanto en el presente como en el resto del saṃsāra, el ciclo de nacimiento y muerte repetidos. Las enseñanzas del Buddha están contenidas en el Tipiṭaka, las Tres Cestas de las Escrituras. El Tipiṭaka es muy extenso. Si extraemos la esencia del Tipiṭaka hallaremos los «treinta y siete factores del despertar» (bodhipakkhiyā-dhammā). La esencia de los treinta y siete factores del despertar son los ocho constituyentes del Noble Óctuple Sendero. La esencia del Noble Óctuple Sendero es el «triple entrenamiento» –moralidad superior, mente superior, sabiduría superior. La esencia del triple entrenamiento es el Dhamma, la Ley Universal.
Si tu cuerpo y tu mente están bajo control, no habrá ninguna aspereza proveniente de la acción física o verbal. Esto es «moralidad superior» (adhisīla).
Si la moralidad se fortalece, la mente se volverá pacífica y tranquila y perderá su rudeza. Esto se denomina «mente superior» o «mente concentrada» (adhicitta). Si la concentración se fortalece y la mente permanece unidireccional por un largo período, te darás cuenta de que en una fracción de segundo la materia surge y desaparece billones y billones de veces. Si la mente (nāma) conoce la materia (rūpa), sabe que la materia se origina y desintegra billones y billones de veces en un abrir y cerrar de ojos. Este conocimiento del surgimiento y la desintegración se denomina «sabiduría superior» (adhipaññā).
Cada vez que inspiramos o espiramos, el aire entrante y saliente toca en algún lugar en o cerca de los orificios nasales. La materia sensitiva registra el toque del aire. En este proceso, las entidades que tocan son materia y la entidad que conoce el toque es la mente. Entonces, no vayas por todas partes preguntando a otros acerca de la mente y la materia; observa tu respiración y sabrás de ellas por ti mismo.
Cuando el aire entra, toca. Cuando el aire sale, toca. Si eres consciente de este toque en forma continua, la codicia (lobha), la aversión (dosa) y la ilusión (moha) no tendrán oportunidad de surgir, y los fuegos de estas impurezas se apagarán.
No puedes ser consciente del toque del aire antes de que realmente ocurra. Después de que se haya ido ya no podrás ser consciente de él. Sólo cuando el aire se mueve hacia adentro y hacia fuera puedes sentir la sensación del toque. A esto lo llamamos «momento presente».
Mientras sentimos el toque del aire, sabemos que sólo hay mente y materia. Nos damos cuenta por nosotros mismos de que no hay ningún «yo», ni otras personas, ni hombre, ni mujer, y realizamos por nosotros mismos que aquello que el Buddha enseñó es, de hecho, verdad. No necesitamos preguntar a otros. Mientras somos conscientes de la inspiración y la espiración, no hay «yo» o «ego».
Cuando conocemos esto, nuestra visión es clara; esto es Comprensión Correcta. Sabemos en ese momento que no hay nada más que nāma y rūpa, mente y materia. También sabemos que la mente y la materia son dos entidades diferentes. Si de esta manera, sabemos cómo distinguir entre mente y materia, hemos alcanzado el conocimiento analítico de la mente y la materia (nāmarūpapariccheda-ñāṇa).
Si somos conscientes del toque del aire tal como y cuando ocurre, nuestra mente tendrá claridad y obtendremos beneficios de eso. No creas que los beneficios que obtienes de ese modo, incluso en una fracción de segundo, son pocos. No creas que aquellos que meditan no obtienen ningún fruto de su práctica. Ahora que has nacido en un plano feliz y has encontrado las enseñanzas de un Buddha, puedes obtener grandes beneficios. Cuando medites, no te preocupes por la comida y otras necesidades, sino haz todo el esfuerzo que seas capaz de hacer.
Fuente: http://appamadanet.webs.com