Los cinco impedimentos (nīvaraṇa)
Ven. Ajahn Brahmavaṃso
4. Uddacca-kukkucca: desasosiego y ansiedad
Desasosiego, o inquietud, se refiere a la mente que es como un mono, siempre saltando de rama en rama, incapaz de permanecer mucho tiempo con alguna cosa. Es causado por el estado mental excesivamente crítico que no logra satisfacerse con las cosas tal como son y que, por eso, tiene que seguir su búsqueda en la esperanza de algo mejor, siempre un poco más allá.
El Buddha comparó la inquietud con ser un esclavo, continuamente saltando tras las órdenes de un amo tiránico que siempre exige la perfección y nunca permite un descanso.
La inquietud es superada con el desarrollo del contentamiento, que es el opuesto de la crítica excesiva. Uno aprende la simple alegría de satisfacerse con poco, en lugar de siempre estar queriendo más. Uno se siente agradecido por este momento, en lugar de contrastar sus deficiencias. Por ejemplo, en la meditación la inquietud es, a menudo, la impaciencia de pasar rápidamente al próximo estadio. Sin embargo, el progreso más rápido es alcanzado por aquellos que están satisfechos con el estadio en el que se encuentran ahora. Es la intensificación de ese contentamiento lo que madura el estadio siguiente. Por lo tanto, uno debe tener cuidado con el «deseo de progresar» y, en cambio, aprender cómo descansar en el contentamiento apreciativo. De esa manera, el «hacer» desaparece y florece la meditación.
La ansiedad, o remordimiento, se refiere a una clase específica de inquietud que es el efecto kámmico de nuestras malas acciones. La única manera de superar el remordimiento, la inquietud de una mala consciencia, es purificar la propia virtud y volverse bondadoso, sabio y moderado. Es prácticamente imposible que alguien inmoral o autoindulgente haga un gran progreso en la meditación.
5. Vicikicchā: duda
Duda se refiere a las cuestiones internas perturbadoras en el momento en que uno debe estar yendo silenciosamente más profundo. La duda puede cuestionar nuestra propia habilidad («¿puedo hacer esto?»), o el método («¿es esta la manera correcta?»), o, incluso, el significado («¿qué es esto?»). Debe recordarse que tales cuestiones son obstáculos para la meditación porque son preguntas en el momento equivocado y, por consiguiente, se vuelven una intrusión, oscureciendo nuestra claridad.
El Buddha comparó la duda con estar perdido en un desierto sin ningún mojón para orientarse.
Tal duda es superada reuniendo instrucciones claras, teniendo un buen mapa, de modo que uno pueda reconocer los mojones sutiles en el territorio desconocido de la meditación profunda y, así, saber qué camino tomar. La duda de la habilidad propia es superada nutriendo la autoconfianza con un buen maestro. Un maestro de meditación es como un entrenador que convence a su equipo de que puede lograr el éxito. El Buddha declaró que uno puede alcanzar el jhāna y la Iluminación si cuidadosa y pacientemente sigue las instrucciones. ¡Lo único incierto es «cuándo»! La experiencia también supera la duda acerca de la propia habilidad y la de si este es el camino correcto. Cuando uno realiza por sí mismo los bellos estadios del camino, descubre que, de hecho, es capaz de lograr lo más elevado y que este es el camino que lo conducirá allí.
La duda que toma la forma de la evaluación constante «¿esto es jhāna?, ¿cómo voy?», es superada al darnos cuenta de que es mejor dejar tales cuestiones para el final, para los últimos minutos de la meditación. Un jurado sólo llega a su veredicto al final del juicio, cuando toda la evidencia ha sido presentada. De igual manera, un meditador hábil se dedica silenciosamente a reunir evidencia, analizándola sólo al terminar para descubrir su significado.
El fin de la duda, en la meditación, es descrito como una mente que posee completa confianza en el silencio y, por eso, no interfiere con ningún discurso interno. Es como tener un buen chofer: uno se sienta todo el viaje en silencio por la confianza en el conductor.
Cualquier problema que surja en la meditación será uno de estos Cinco Impedimentos, o una combinación de ellos. De modo que, si uno experimenta alguna dificultad, debe utilizar el esquema de los Cinco Impedimentos como una «lista de control» para identificar el problema principal. Entonces, sabiendo cuál es el remedio apropiado, debe aplicarlo cuidadosamente para superar el obstáculo y lograr una meditación más profunda.
Cuando los Cinco Impedimentos son totalmente superados, desaparecen las barreras entre el meditador y la dicha del jhāna. Por lo tanto, la prueba segura para saber si estos Cinco Impedimentos han sido realmente superados es la habilidad para acceder al jhāna.
Notas
[1] Nīvaraṇa.
[2] Absorción meditativa.
Ajahn Brahmavaṃso, «The Five Hindrances (Nīvaraṇa)», Newsletter April 1999, Buddhist Society of Western Australia, www.bswa.org. Traducción y notas: Alejandro P. de León, Buenos Aires, 2005. Corrección: María Isabel Zapico. Revisión: 05-Abr-2006.
Fuente: http://appamadanet.webs.com/