Inicio Interreligioso John Algeo (The Theosophical Society) — Karma con Libertad

John Algeo (The Theosophical Society) — Karma con Libertad

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The Theosophical Society

Theosophy
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El segundo de los profundos y misteriosos aspectos del Karma es la indagación de
que si el Karma permite cualquier oportunidad para la acción independiente.

Si, como
William Q. Judge dice en sus Aforismos sobre el Karma , el Karma es invariable e
infalible y “actúa incesantemente”, ¿hay entonces alguna posibilidad para las opciones e
incertidumbre que la elección y el libre arbitrio exigen? Si pudiésemos tener una elección
libre, deben haber alternativas para esta elección, no todo puede estar determinado por el
pasado y debe haber una incertidumbre sobre la elección que haremos – el futuro no puede
ser completamente previsible. Así, es precisamente la idea de una ley universal lo que con
certeza la determinará.

Puedo recordar muy bien que yo, como joven teósofo, quedé perplejo con este
asunto. Si toda causa tiene un efecto inevitable, que a su vez se torna en otra causa con un
efecto consecuente, parece que toda la vida está predeterminada por la causa que primero
opera. Todo lo que siempre fue o lo que será parece ser el resultado directo o indirecto de la
primera acción en el Cosmos. Y esto significaría que yo no podría ser libre. Aún así, el
anterior Presidente de la India, S. Radhakrishnam, escribió (conforme a lo citado por
Christmas Humphreys en Karma y Renacimiento): “Libertad y Karma son dos aspectos de
la misma realidad.” Y, como diría el Rey de Siam, esto es un rompecabezas.
Así como el primero, tal vez este enigma sea el resultado de andar en los bajíos. Su
solución está un poco más lejos en las profundidades. La solución implica reconocer que
somos espiritualmente criaturas anfibias: vivimos simultáneamente en dos mundos. Uno de
estos mundos es el mundo en el cual el Karma es la ley natural fundamental.

Esto es, el
mundo del Samsara, el mundo de existencia objetiva, del nacimiento y la muerte. El otro es
el mundo del Nirvana. Y el Nirvana no está regido por el Karma, sino por una ley
diferente, el Dharma.

La palabra Dharma significa muchas cosas, pero aquí queremos contrastarla con el
Karma. La palabra Karma se origina en una raíz que significa “hacer o formar”; y lo que
nosotros hacemos en este mundo, es “sentido”. La palabra Dharma se origina en una raíz
que significa “conservar y soportar”, es lo que nosotros somos en el otro mundo del “Ser”.
Karma es destino, el que construimos por nosotros mismos en el pasado; Dharma es
el destino que nos aguarda en el futuro. Karma es antiguo y cerrado; Dharma es nuevo y
abierto. Karma nos empuja; Dharma nos inspira. Karma es el condicionante de nuestra
personalidad y la causa de nuestras circunstancias materiales: Dharma es la espontaneidad
de nuestra individualidad y el propósito de nuestra vida espiritual. Karma se origina en
nuestro ego humano; Dharma se origina en nuestro Ser divino. Karma forma los Skhandas
* de nuestro ser inferior y nuestro temperamento, Dharma es la emanación del carácter de
nuestro super yo o ser superior. Karma establece limitaciones; Dharma, posibilidades.

Karma es horizontal; Dharma, vertical.

Karma es a lo que San Paulo llamó “la Ley”;
Dharma es a lo que Él llamó “Gracia”. El Karma opera en el mundo de Maya o ilusión; el
Dharma se origina en el mundo de Satya o Verdad. El Karma es inicial y real; el Dharma,
es creativo y potencial. El Karma crea una red y jerarquía en nuestras vidas; el Dharma es
el principio de la jerarquía sagrada o unidad integral. Dios
Como el Maestro K.H. nos recomendó, debemos estudiar y tornarnos
completamente familiarizados con la doctrina del Karma, porque él gobierna el mundo del
Samsara de la existencia objetiva en la cual vivimos ahora. Pero, debemos igualmente
estudiar y tornarnos bien familiarizados, tanto como podamos, con la doctrina del Nirvana,
porque este es el mundo de la Verdad, de la Bondad y de la Belleza, el mundo de
Satchidananda (Ser, Conciencia y Alegría), que es nuestro lugar verdadero. En realidad
somos seres de un reino donde toda separatividad y egoísmo, toda ignorancia y avidez,
todas las limitaciones y condicionamientos fueron eliminados. Somos seres de Luz, de
Amor y de Libertad. La libertad es esencial a nuestra naturaleza. ¿Cuál es entonces nuestra
relación con este mundo condicionado de la existencia objetiva?

El mundo del Samsara y del Karma es, por así decir, una red multidimensional que
se extiende delante de nosotros. Sus dimensiones son el espacio, tiempo, planos y
posibilidades. Es un mundo de cruzamientos de realidades alternativas. Cada una de estas
alternativas es completamente determinada, tiene un padrón condicionado de vida. Existen
no obstante, más padrones alternativos de lo que podemos imaginar. No hay un mundo del
Samsara, sino un número incontable de estos mundos, todos existiendo aquí y ahora, en un
laberinto o confusión de posibilidades.

Conforme recorremos la confusión Kármica del Samsara, somos obligados a seguir
el camino delante de nosotros. Pero, llegamos repetidamente a las ramificaciones de este
camino, son alternativas que se abren delante de nosotros. Y, aunque el laberinto total esté
establecido y determinado, nuestra elección de cual camino a seguir en la confusión, no está
determinado. Nosotros lo seleccionamos.

Nuestra naturaleza esencial es la trinidad de Atma-Buddhi-Manas. Atma es la
voluntad, esto es, el libre arbitrio a través del cual podemos hallar nuestro camino en el
laberinto del Samsara. Buddhi es la sabiduría, discriminativa de lo que necesitamos para
hacer nuestras elecciones en las encrucijadas. Y Manas es la conscientización esmerada
con la cual ejecutamos esta elección.

Nos encontramos en el laberíntico mundo del Samsara, el mundo del Karma, el
mundo de la mente empírica, del deseo, de los condicionamientos y de las formas limitadas.
Pero realmente nosotros pertenecemos al mundo del Nirvana, al mundo del Dharma, que
mantiene y sustenta, el mundo del libre albedrío, de la sabiduría que discierne y de la plena
atención. Entonces ¿por qué Radhakrishnam dice que: “Libertad y Karma son dos aspectos
de la misma realidad?” La respuesta a esta pregunta es simple.

Nirvana y Samsara no son dos lugares; ellos son uno solo. Difieren solamente bajo
el punto de vista de lo que vemos. Veamos, la Primera Proposición Fundamental nos dice:
“solamente una suprema realidad”. El Nirvana está en “ningún lugar” y el Samsara está
“aquí y ahora”, pero ellos difieren solamente cuando los dividimos. En el Bhagavad Gita
Arjuna aprendió que la verdadera libertad está en cumplir su propio Dharma, porque este
Dharma es nuestra naturaleza esencial. Al haber comprendido nuestro Dharma y saber
quienes somos en realidad, sabremos como debemos actuar en todas las circunstancias;
sabemos nuestro Karma. Por lo tanto, en cierto sentido Dharma y Karma son lo mismo.

Libertad es la libertad de actuar como quisiéramos – siendo “nosotros” realmente
“nosotros”, el Atma. Y de esta manera libertad y Karma son, en realidad, dos aspectos de la
misma y de la única realidad.


Source : www.upasika.com

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