Alcohol, medicamentos, marihuana, cocaína, para superar cualquiera de estas u otras adicciones, el yoga y la meditación toman la batuta como herramientas terapéuticas para superarlas.
En el presente artículo, presentamos un caso, estudios y varias voces que verifican los beneficios de esta nueva tendencia basada en antigua sabiduría.
¿Qué le pasa al Buda cuando medita mirando un punto impreciso frente a él?
Antes se sostenía que con el yoga y la meditación los pacientes salían relajados, pero no se entendía bien cómo, ni porqué. Hoy se sabe lo que le pasa a esa persona que está siendo intervenida con una técnica de yoga: cambian sus patrones de ondas cerebrales -explica la especialista Diana López.
Los pacientes son sometidos a prácticas de yoga dos veces por semana desde hace ocho años, pero -como explica esta antropóloga especialista en adicciones- recién ahora se conoce el cómo y el porqué de sus beneficios.
Sólo en los últimos años, la ciencia se ha hecho eco de esta antigua sabiduría, con descubrimientos lo suficientemente alentadores como para animar a los escépticos a practicar, no sólo por las bondades de ejercitar el cuerpo, sino porque los estudios apuntan a que meditar puede influir en la experiencia que se tenga del mundo remodelando la estructura física del cerebro.
Concretamente, en el caso de las personas que abusan de sustancias tóxicas y han desarrollado un cuadro de dependencia, las bondades del yoga y la meditación se traducen en una mejor tolerancia del estrés, disminución de la ansiedad, baja de la impulsividad y una mejor disposición para la introspección.
Así lo resalta el médico psiquiatra Rodrigo Santis, quien tiene una maestría en ciencias con mención en adicciones de la Universidad de Londres.
Los pacientes logran modular una serie de síntomas, como, por ejemplo, síntomas ansiosos. Se tornan menos impulsivos. El ánimo tiende a estabilizarse. La concentración mejora. Todo esto es muy útil, particularmente en la primera etapa de tratamiento, llamada «estabilización». Sin embargo, hay una cualidad de la meditación que es la más relevante: permite que el sujeto descubra una nueva realidad, que es vivir centrado en las experiencias del presente y no en los juicios que nuestra mente hace en el presente.
Beber hasta olvidar
Jorge (nombre ficticio que emplearemos en esta nota para proteger su verdadera identidad) llevaba 20 años bebiendo alcohol. Comenzó en el colegio, siguió en la universidad mientras estudiaba Ingeniería Civil, paralelamente empezó a fumar marihuana y, con el tiempo, se volvió lo que los especialistas llaman un «drogodependiente».
Cuenta el mismo Jorge: «Uno empieza a mentirse: hoy voy a tomar sólo dos copitas, voy a bajar la cuota, yo puedo, depende de mí. Pero no podía porque en el fondo el alcohol y la droga eran el medio más rápido para desconectarme de lo que no me gustaba. Era la manera de sentirme anestesiado, olvidar, apagar».
Por eso, una madre le puede llorar a un hijo «por favor, no sigas consumiendo» y el hijo simplemente no podrá dejar de hacerlo.
Por su parte, el también psiquiatra Daniel Seijas, , apunta en la misma dirección: «No pocas veces en estos 20 años he visto que las terapias psicofísicas o espirituales ayudan a los pacientes a no consumir y mejorar su autoestima».
En 1995, Seijas trabajó en un estudio sobre dependientes de benzodiacepinas. Comparó un grupo sometido a tratamiento con trabajo psicofísico (yoga, técnica Alexander y wado) y otro grupo sin él. ソConclusión? «A pesar de mi escepticismo científico inicial, los grupos con trabajo psicofísico tuvieron mejores resultados: mayor adhesión al tratamiento y mejor reporte de autosatisfacción».
¿Con esto llegamos al tema de la plasticidad cerebral?
Exactamente. El cerebro tiene una capacidad (denominada «plasticidad cerebral») de reestructurar su organización dependiendo de los estímulos que recibe. Incluso se ha visto que dentro de esa plasticidad hay una capacidad de regeneración neuronal, si es que el cerebro es estimulado correctamente. La meditación pudiera ser uno de estos estímulos que facilitan la reaparición de nuevas neuronas.
Jorge, ha superado su adicción al alcohol y la marihuana. Después de año y medio de terapia, recibirá el alta. Dice que sin el yoga no habría sido lo mismo:
Me acuerdo de que cuando me preguntaban qué te gusta, yo decía el silencio. El yoga me trajo de vuelta a algo que había dejado de tener: un espacio alejado de la vida cotidiana, de las fuentes de estrés, para poder entender qué es uno como persona. El yoga es un espacio de silencio y el silencio equilibra -dice, antes de excusarse y volver a su trabajo en un alto cargo de una empresa de servicios”. /Intopress
¿Qué pasa cuando se medita?
A esta pregunta responde Paula Andrade, periodista y profesora de yoga. «El yoga me trajo de vuelta a un espacio que había dejado: lejos del estrés, para entender qué es uno como persona», refiere de la historia de uno de sus pupilos, un ex adicto.
La meditación generaría un cambio estructural en el cerebro al facilitar la reaparición de nuevas neuronas.
Fuente: http://nuevaprensa.com.ve