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Monjes tibetanos para bendecir una producción de TV

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droseling.gifPara inyectar mayor carga de energía positiva, Pedro Damián, productor de Niña de mi corazón, convocó este lunes 7 de junio a ocho monjes tibetanos, encabezados por el Geshe Urgyen (El hombre de mayor sabiduría), procedentes del Monasterio Drepung Loseling, que impartieron sus bendiciones al elenco e integrantes de la producción.

La puja (ceremonia sagrada) fue celebrada en el Foro 7 de Televisa, San Ángel, donde se efectúan las grabaciones de esta historia encabezada por Erick Elías y Paulina Goto, junto con Damián, Maribel Guardia, Arturo Peniche, Lorena Herrera, Polo Ortín, José Elías Moreno y Alberto Estrella, entre otros.

Durante una media hora aproximadamente, los monjes celebraron la puja con cantos, recitación y danzas, mediante un acto de fe, acompañados de sus instrumentos como cuernos largos, cuernos cortos, platillos y campanas tendientes a eliminar cualquier energía negativa y atraer lo positivo para mantener la armonía.

Básicamente, el motivo de esta reunión es para recibir la bendición que impartirán los monjes procedentes del Monasterio Drepung Loseling, guiados por el Geshe Urgyen, explicó Damián momentos antes del inicio de la ceremonia.

Agregó que quiso aprovechar que están de paso por México, pues llevan a cabo una gira internacional y permanecerán algunos días en el país donde celebran una serie de actos grupales e individuales como parte de la impartición de las artes místicas del Tibet.

Los ocho monjes llevaron a cabo el ritual, con una serie de oraciones que fue escuchada en forma respetuosa por todos los ahí reunidos, los monjes situados al fondo del set utilizado como sala de la casa de los protagonistas, entonaron las plegarias para alcanzar la armonía y la paz espiritual.

Al término del acto, Damián fue el encargado de traducir la explicación de uno de los monjes, al señalar que el uso de los cuernos largos representan la Fuerza de la Tierra, y los cortos significan la Fuerza del cielo, permiten generar una energía inigualable.

Destacó que la combinación de ambos instrumentos permiten todavía incrementar el grado de energía, generando un canto multifónico efectuado por los monjes que durante la celebración del rito llevan a cabo la meditación que se requiere.

Preparación filosófica

Se informó que para poder celebrar este tipo de manifestaciones de fe los monjes deben de tomar una intensa preparación filosófica hasta alcanzar el grado de sabiduría requerido para encabezar los actos de bendición.

Dijo que los monjes, durante el acto polifónico, interpretan diversas notas al unísono (la primera, la tercera y quinta), generando una nota canalinidas; para la celebración se genera un Mantra con la finalidad de liberar la mente.

Explicó que en el budismo tibetano, cada mantra se considera el sonido correspondiente a un cierto aspecto de la iluminación y se recita para identificarse con ese aspecto de la mente iluminada.

Según el budismo, cuando se exige la recitación, el mantra se concibe con la finalidad de alcanzar un beneficio con cierta influencia espiritual.

En esta ocasión, el mantra fue elevado al Buda de la medicina, para la cura espiritual, no sólo para aquellos que en esta ocasión asistieron al Foro 7 de Televisa, sino para que todo el mundo lo reciba.

Finalmente, se dijo que los monjes tibetanos tienen programadas una serie de presentaciones en el Museo de Antropología y en la Casa del Lago en Chapultepec, así como en Cuernavaca y Saltillo, con sus Danzas Sagradas para la Sanación del Mundo.


Fuente: http://enelshow.com/

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