El 14 de abril de 1966, la Venerable Maestra Cheng Yen fundó la Sociedad de Méritos Tzu Chi en Hualien con el apoyo de treinta amas de casa, quienes ahorraron diariamente 50 centavos de sus gastos de compras para establecer un fondo de caridad. Su objetivo era proveer ayuda y asistencia a los pobres.
Durante los primeros cinco años, ayudaron a un total de treinta y un ancianos y enfermos de quince familias pobres. A medida que la noticia fue diseminándose, más y más personas comenzaron a participar y el programa ganó reconocimiento. La Sociedad se expandió mas allá de Hualien hacia otras partes de Taiwán, e incluso hacia otras islas cercanas.
Hoy, nuestra organización cuenta con más de cuatro millones de personas que la apoyan en el mundo. La oficina central está en Taiwán. En Estados Unidos hay siete divisiones con un total de setenta oficinas distribuidas por todo el país. Un corazón lleno de bondad, compasión, alegría y generosidad inspira los ideales de Tzu Chi. Por más de treinta años, Tzu Chi se ha concentrado en misiones de caridad, medicina, educación y cultura. En décadas recientes, Tzu Chi ha ampliado sus actividades; hoy en día también incluyen donación de médula, socorro internacional, conservación del medio ambiente y voluntarios de la comunidad.
La resolución de Tzu Chi
Nosotros, los miembros de la Fundación Budista de Compasión Tzu Chi, nos comprometemos a ayudar a los pobres y educar a los ricos. Aceptamos reverentemente la enseñanza de Buda de «gran compasión hacia el prójimo y gran piedad para todos», y seguimos las instrucciones del venerable Maestro Yin Shun de «estar constantemente comprometida con el budismo y con todos los seres vivos».
Con amor, compasión, alegría y dando desinteresadamente, tratamos de hacer realidad el mundo puro de Tzu Chi ayudando a los necesitados, dándoles alegría y eliminando el sufrimiento. Invitamos a toda persona de buena voluntad a cultivar un campo de bendiciones y a crear una sociedad de amor.
Trabajamos en obras de caridad, medicina, cultura y educación con un espíritu de sinceridad, integridad, confianza y honestidad. Creemos en la igualdad de todos los seres vivos y en el Buda latente que reside en cada persona. Por medio de la caridad, los ricos pueden obtener bendiciones y alegría, mientras que los pobres pueden recibir seguridad y paz.
Tomando la compasión del Buda y la dedicación de la Maestra Cheng Yen como si fueran nuestras, tenemos mil ojos para ver los sufrimientos de este mundo y mil manos para ayudar. Podemos ayudar inmediatamente a aliviar el sufrimiento de otros seres cuando escuchamos sus voces, lo que no es diferente de Kuan Yin -el Bodhisattva de la Gran Compasión- quien tiene mil ojos para ver el sufrimiento en este mundo y mil manos para ayudar.
El Buda observa bondadosamente todos los seres vivos, como una benévola luz de luna, como la lluvia del darma que cae sobre la tierra reanudando montañas y campos. Nosotros tenemos personalmente que participar en obras de caridad y hacer buenas acciones con la fe y la mente correcta. Haciendo esto, esperamos comprender el verdadero significado del nacimiento, la vejez, las enfermedades y la muerte en esta vida; y la esencia de la formación, continuación, destrucción y el vacío de este universo. Planeemos y trabajemos juntos para poder sobrellevar las misiones de Tzu Chi y para dejar una memoria valiosa para las futuras generaciones.
Aprovechemos bien cada oportunidad porque el tiempo es efímero y la vida es corta. Plantemos buenas causas, para así obtener buenos frutos. Tenemos que aprovechar lo más posible nuestras vidas en este mundo.
Somos realmente muy dichosos por haber nacido como seres humanos. Tenemos que cultivar la sabiduría y las bendiciones diligentemente, llenar nuestra sociedad de amor y tratar de ser budistas fieles, con la fe y la mente correcta.
Por eso nos comprometemos a apoyarnos los unos a los otros con amor y sabiduría, y a caminar mano a mano en el trayecto de los Bodhisattvas.
Nuestros Objetivos: pureza en nuestras mentes, paz en la sociedad, un mundo sin catástrofes.
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