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La venerable Maestra Cheng Yen

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La fundadora de Tzu Chi

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La venerable Maestra Cheng Yen nació en una ciudad pequeña llamada Chingshui, en la parte central de Taiwán, en 1937. Cuando tenía veintitrés años, dejó su casa para convertirse en una monja budista.

En 1966, estableció la Fundación Budista de Compasión y Alivio Tzu Chi, y por más de tres décadas, Tzu Chi ha concentrado sus actividades en las cuatro misiones principales de caridad, medicina, educación y cultura.

Como la cabecera de un pequeño templo budista en Taiwán, sus generosos seguidores superan los cuatro millones. Por medio de su influencia y sus obras, la fundación Tzu Chi ayudó a numerosas regiones del mundo azotadas por diferentes desastres. Esto incluyó mandar camiones de comidas, frazadas y viviendas directamente a personas necesitadas, así como construir hospitales, escuelas, centros de investigación, y desarrollar programas sociales, culturales y de educación.

La maestra Cheng Yen fue premiada con la medalla Eisenhower por sus contribuciones a la paz mundial. También fue nominada en 1996 para el premio Nobel de paz por su generosa dedicación al prójimo y por traer a este mundo turbulento una visión renovada de compasión en acción. En julio del 2000, la revista Business Week nominó a la Maestra como una de las cincuenta «estrellas de Asia», un líder en la vanguardia del cambio.

Para una información más completa sobre la vida de la Maestra Cheng Yen, por favor lea «Maestra del Amor y de la Misericordia: Cheng Yen» por Yu-ing Ching (editorial Blue Dolphin). Ésta es la crónica de su búsqueda de la sabiduría y del desarrollo de las numerosas obras sociales de compasión, hechas por sus seguidores en todo el mundo.

_1.jpgDHARMA MASTER CHENG YEN

La Maestra Cheng Yen, fundadora de Tzu Chi, preside un pequeño templo budista en Hualien (Taiwán) y los programas de caridad de Tzu Chi en el mundo.

Sus experiencias la inspiraron a buscar una forma del budismo que permitiera demostrar el amor incondicional por medio de acciones. Varios sucesos formaron su visión, sintió una llamada superior y estuvo determinada, de alguna manera, a servir a toda la humanidad: cuando su padre sufrió un ataque de corazón, sintió remordimientos por no haberlo cuidado antes de que él falleciera; más tarde, vio a una pobre mujer aborigen sangrando en el piso de un hospital denegada de tratamientos médicos; en otra oportunidad, un misionario católico le dijo «ustedes, los budistas, son un grupo pasivo e ignoran las necesidades de otros.»

Comenzando con solamente cinco monjas, y cincuenta centavos (US$ 0.013) de ahorros diarios de treinta familias, la Maestra Cheng Yen desarrolló sus misiones de ayudar a los pobres y educar a los mas prósperos. Ella tenía una visión de un mundo de bondad, compasión, alegría e igualdad.

Hoy, la influencia de la Maestra Cheng Yen en el mundo se revela a través de las inspiradoras historias de sus discípulos y el trabajo internacional de la Fundación Tzu Chi.

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